❛ 𝐌𝐀𝐍𝐆𝐀𝐓𝐀 ❜ ━━━ 𝗯𝗹𝗮𝗰𝗸 𝗰𝗹𝗼𝘃𝗲𝗿

𝐏𝐀𝐆𝐈𝐍𝐀 𝐍𝐔𝐄𝐕𝐄

⿻ꦿ ❛ MANGATA ❜
⸼ꪮᤢ₊̣̇ página nueve ❫:•

El cielo estaba totalmente despejado y el Sol brillaba sin reparo alguno, a Hyacinth le gustaba esa sensación de calidez mientras se hallaba sentada en la arena, jugando con la arena bajo sus manos y sonriendo cada que las olas del mar la cubrían hasta el pecho.

Llevaba bastante rato allí, desde que habían aterrizado en sus escobas en la playa no se había querido separar del mar. Era la primera vez que lo veía y sentía que no quería dejar de hacerlo, incluso rechazó la invitación de Vanessa de ir a sentarse con ella y las chicas bajo la sombra de una gran sombrilla. Al menos le llevó uno de los cócteles que estaba bebiendo.

Y, por supuesto, el hecho de que ya estuviera drogada solo hacía que la experiencia fuese mucho mejor.

Sus compañeros se la estaban pasando bastante bien, podía oírlos y verlos corriendo de un lado a otro (sobre todo los gritos de Magna y Luck), era un ambiente tan agradable que ayudaba mucho a relajarla. Estaba segura de que si seguía así, se acabaría durmiendo en la arena y sería arrastrada por el mar, ¿se imaginan? Era divertido imaginarse flotando…

Demonios, estaba desviándose mucho.

Se estiró un poco, riendo suavemente al sentir el nivel del mar llegarle al cuello y luego sentir como disminuía, le dio el último trago a su bebida y pudo sentir cómo el mundo daba vueltas por un instante.

—Es genial, ¿verdad? Te dije que lo veríamos juntos.

Volteó con cautela a su derecha, topándose a aquel niñato pelirrojo sentado a su lado como si siempre hubiera estado allí, sonriéndole como si fuesen los mejores amigos aún. No pudo evitar hacer una mueca y mirar al frente de nuevo, perdiendo su vista entre las olas del mar, no pensó que estaría tan drogada como para alucinar tan vívidamente.

A su mente llegaron todas esas promesas que se habían hecho por la rejilla de su cuarto, pensando cuántas de ellas no habrían cumplido ya e imaginándose todas las demás, no pudiendo evitar preguntarse cómo sería tenerlo a su lado, a ese niño lleno de emoción y esperanza antes del día de huida.