🌙 ━━ ━ • • • ❪ 𝐌𝐀𝐍𝐆𝐀𝐓𝐀 ❫
❛ Porque Hyacinth era el reflejo
distorsionado de la Luna de su
pasado sobre el océano de su
futuro ❜
🌙 ━━ ━ • • • ᭡࿔
━ ❛ Black clover fanfic, Yuno × Fem! OC
━ ❛ Mención a temas sensibles
━ ❛ Gráficos hecho...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
⿻ꦿ ❛ MANGATA ❜ ⸼ꪮᤢ₊̣̇ página diez ❫:•
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
A Hyacinth no le importaba mucho seguir órdenes, era preferible saber qué tenía que hacer en lugar de estar hundida con sus pensamientos mientras formulaba un plan. Sobre todo si iba drogada. Sí, gracias a eso tal vez se desviaba del curso que debía de llevar varias veces, pero al menos tenía una idea de lo que debía hacer.
Hyacinth confiaba demasiado en Yami, nunca le había preguntado el propósito de las misiones a las que la enviaba, ella solo acataba la orden de ir y realmente nunca había tenido la necesidad de hacerlo, de alguna u otra forma el seguir órdenes era lo suyo. Pero ahora estaba tan confundida respecto a lo que el anciano decía que no pudo evitar regresar a donde Yami para jalarlo de su manto.
—¿Qué carajo es una "piedra mágica"? —soltó la pregunta, sin controlar del todo el tono de su voz y sonando molesta. Bien, tal vez sí lo estaba un poco, ¡le había quitado todos sus cigarros!
Yami la miró con el mismo cansancio con el que miraba a los demás y pasó de ella, aceptando lo que había dicho el anciano. Bufó, ni siquiera le contestaba su maldita pregunta y ahora no sabía en qué rayos la estaba metiendo. Soltó un largo y cansado suspiro antes de acercarse a Vanessa, queriendo tirarse sobre su espalda antes de que ocurriera lo que fuera que aceptaron hacer.
El universo la odiaba, ya lo había mencionado antes, primero le quitaba sus cigarros, luego la metieron a quién sabe qué trato y ahora ni siquiera la dejaban abrazar a Vanessa porque el anciano gritó algo sobre una batalla en el templo y diez luces aterrizaron justo atrás de él. Eran diez personas con un pésimo gusto en ropa, iban de túnicas blancas con cabezas de pescado sobre sus rostros. Mierda, esas cosas solo las habría imaginado dragada.
—Vanessa —llamó a su amiga ya impaciente—, ¿qué diablos pasa?
La de cabellos rosa volteó a verla algo extrañada y preocupada, podría decirse que sus ojos violeta la miraban como venía haciéndolo desde ya hace semanas, sino es que meses. Ella ya se había percatado, algo le preocupaba con respecto a ella pero no le decía nada y ella prefería no escucharlo.
