Capítulo 22: Sin control.

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-¡CALLATE!- le grité, arrojándole lo primero que tomé, que sorprendentemente, fue un jarrón. Con su acostumbrada agilidad, lo esquivó sin problema.

-Bui... Mi cielo... Yo, yo...- tartamudeó.

-¡DIOS! ¡SI PUDIERA GOLPEARTE LO HARÍA! ¡PERO ESTOY CONVENCIDO QUE NI SIQUIERA TE INMUTARIAS!

Furioso, lo miré con odio, mientras tenía una mano fuertemente apretada a mi vientre, que tenía el tamaño justo para los 5 meses de embarazo que tenía.

-Cariño... Son solo galletas- dijo, nervioso. Indignado, lo miré.

-¡TE DIJE QUE NO QUERÍA DE CHOCOLATE! ¡NUNCA HACES LO QUE TE DIGO!- vociferé.

De acuerdo. Estaba exagerando.

Bible se había empeñado en cocinarme desde que aceptó al bebé, apenas permitía que los guardianes me prepararan el té. De modo que siempre que tenía algún antojo o capricho, él se encargaba de todo y no descansaba hasta que estuviera feliz y satisfecho.

Hoy le había pedido galletas de avena, pero él se percató de lo mucho que me fascinaron sus galletas de chocolate, y pensando que las comería gustoso, preparó estas en lugar de las que quería.

"-¿Qué es esto?- dije, confundido, mirando el enorme plato.

-Sé que pediste de avena, pero creo que estas son mejores- y me miró con ojos brillantes".

Luego me había puesto a gritarle y pelear con él sobre las miles de razones por las que la avena era mejor que el chocolate, y Bible me miraba con confusión y un poco de miedo, recibiendo los insultos sin quejarse.

Me dejé caer en el sofá, y respiré hondo varias veces, recobrando la tranquilidad.

-¿Estás mejor?- se acercó un par de pasos. Lo miré furioso, pero la ira se disipó cuando sus brillantes ojos azules me miraron con amor y cariño.

-Si... Lo siento. Son las hormonas- suspiré. Él se balanceó sobre sus pies, mirando a todas partes con los brazos en la espalda y frunciendo los labios. Reí y extendí mis brazos hacia él -Ven aquí.

Rápidamente se colocó de rodillas en el suelo y apoyó su barbilla en mis piernas, acariciando mi abultado vientre.

-Perdóname- acaricié su cabello -Últimamente pierdo mucho los estribos.

-No me molesta- negó suavemente, besando mis manos –De hecho, yo colaboré bastante para que estuvieras en esta situación, así que lo acepto todo sin problemas- y sonrió.

-Gracias por ser tan paciente.

-Soy el Padre Tiempo. He tenido siglos y siglos para entrenar mi paciencia. Esto no me hará enloquecer- y besó mis manos otra vez.

Riendo, lo atraje hasta mí y lo besé suavemente, delineando sus labios.

-Tengo un antojo de...- murmuré, separándome y mirándolo a los ojos.

-¿De qué mi cielo? Dilo y lo tendrás.

-Mermelada...

-Ya mismo estoy en eso- se puso de pie al instante, pero lo tomé del brazo.

-¿Y si mejor nos besamos y dejas que Jeff o Mile lo preparen?- enarqué una ceja.

Se sonrojó violentamente y asintió.

Sentándose a mi lado y besándome con ganas.

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Los entrenamientos fueron haciéndose cada vez con menos frecuencia, hasta que una tarde, Bible salía por la puerta principal con un libro y lápiz en mano. Al verme, se había alarmado.

El Nuevo Preceptor ࿐  [ BibleBuild ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora