Cada noche llora en silencio, el recuerdo de sus padres. A pesar de que lo ha intentado, no consigue informe de su paradero. Se ha puesto a espiar a Grace y a los demás que sirven en su casa pero, nada.
No le permiten salir, no le hablan más que de modales, reglas y actitudes. Sandra es una buena muchacha, que a pesar de lo ignorada que se siente, sigue siendo humilde y obediente.
No importa si sus padres no están en casa desde que cumplió 11 años, ella los ama con todo el corazón. No importa lo enojada e inútil que se sienta, ella sigue fingiendo que todo está bien, sin hacer preguntas.
No puede seguir recostada derramando lágrimas, siente que se ahoga con cada sollozo. Se pone de pie y camina hasta su ventanal. Puede ver el cielo y si inclina la cabeza a la derecha, logra identificar algunas estrellas. Esta noche no hay muchas.
-Algún día sabré la verdad.- se susurra para sí misma.
Todas estas noches de dolor y tristeza la tenían cansada. Comenzaba a sentirse prisionera en esa enorme casa. Ya había recorrido cada rincón de la mansión, ya había pasado su mano por cada pared, y ya había observado detenidamente cada flor y árbol de los patios.
No podía seguir con esta sensación de incredulidad. En ocasiones planeaba mentalmente las posibilidades de huir pero le parecía absurdo, no tenía por que irse. Esta era su casa aunque no se sentía como un verdadero hogar.
Después de más minutos de meditación, secando sus lágrimas y parando su llanto, Sandra vuelve a la cama. Tenía que descansar, mañana cumpliría años. Estaba segura que todos los que servían en la casa le habían preparado una sorpresa. Todos los años lo hacían.
Pero vaya sorpresa que se llevaría.
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Always Be White And Pure
RomanceUna joven sin experiencia en la vida real es obligada a separarse de las personas a quienes llama Familia. Se le ha tratado como a una princesa, y aunque todas en los cuentos viven en un mundo de hadas, ella está en el mundo real. Se le han oculta...