CAPITULO 4

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Le desagradaba salir tan temprano de su hogar, el maldito frío de la mañana le calaba los huesos, pero habia sido su decisión salir a esa hora

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Le desagradaba salir tan temprano de su hogar, el maldito frío de la mañana le calaba los huesos, pero habia sido su decisión salir a esa hora.

¿Por qué?

Pues había decidido que le llevaría un bonito regalo a su Omega, pero no tenía idea de que.

Vamos, Izuku era un ángel en tierra, había miles de cosas que darle, pero dudaba que alguna fuera tan especial para dársela al Omega.
Quizá exageraba un poco, pero cuando tratas de remediar años de abuso y rechazo, ningún regalo es suficiente.

¿Qué podía darle para que supiera que realmente se sentía arrepentido?

Un tipo chocó con él haciéndolo caer.
De inmediato se giró a verlo, notando la extraña sonrisa que llevaba antes de salir corriendo.

__¡Atrapenlo!

Se giró a ver al dueño de esa voz: un policía.

Un alfa.

De repente su cuerpo comenzó a calentarse, empezando por sus partes bajas.

¿Por qué mierda el trasero le ardía?

Supo diferenciar eso como un celo, pero no era como los celos que él experimentaba cada cuatro meses, a demás, su celo llegó durante las vacaciones, ¿Por qué volvía?

Sus feromonas comenzaron a salir alterando a todos a su alrededor y la incomodidad llegó cuando sintió un extraño líquido salir de su parte trasera.

¿Qué era eso?

El policía sacó de su bolsillo una mascarilla y lo tomó en brazos.

__¿Dónde vives?- su voz salía opacada gracias a la tela en su rostro.

__Alfa- murmuró y restregó su rostro en el pecho del mayor, buscando su aroma.

¿Qué carajos le pasaba?

__Deberia llevarlo al hospital- dijo una mujer y mostró un par de pastillas- está bien, cariño, no te preocupes, toma una, quizá no son como tus inhibidores, pero pueden ayudarte.

Pero ella era un Omega, ¿De qué le servirían sus inhibidores?

__Vamos, abre la boca.

Por alguna extraña razón acató la orden y tragó aquella pastilla.

__¿Le gustaría que lo acompañara?- preguntó la Omega al oficial.

__Por favor.

Mierda, que alguien lo ayudará, estaba colapsando por no tener una respuesta de su condición.

>......<

Entró a su salón encontrandolo extremadamente silencioso.

Miró a los presentes y cada uno tenía una plática con sus respectivos amigos.

__¡Hey! ¡Izu!- exclamó la pelichicle quien llegaba corriendo.

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