Besándose después de un concierto

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––¿A dónde vamos?–– Lisa cuestionó mientras la conducías lejos de las chicas y los miembros del personal, por el pasillo hasta el vestidor.

Giraste la cerradura de la puerta antes de atraer a Lisa para darle un beso apasionado, haciéndola tararear contra tus labios.

––¿Qué pasa, cariño?––. Preguntó mientras pasaba sus dedos por tu espalda.

––Nada. Realmente te amo y estoy orgullosa de ti, y realmente te quiero en este momento.

Ella te sonrió brillantemente antes de volver a poner sus labios en los tuyos para otro beso.

––Sabes que siento lo mismo por ti, niña––. Ella dijo contra tus labios.

Te alejaste del beso unos segundos después y la llevaste a una silla en la habitación y la viste sentarse antes de palmear su regazo, diciéndote que te sentaras en ella, sin decir una palabra.

No perdiste ni un segundo en hacerlo e inmediatamente te sentaste en su regazo, donde ella te atrajo lo más cerca que pudo y luego te atrajo para un beso apasionado.

Esto es algo que han estado haciendo mucho últimamente; besándose después de los conciertos.

Amas mucho a tu chica y siempre se ve tan hermosa, pero hay algo en sus atuendos en el escenario y en verla desde el backstage mientras actúa, la mayoría de las veces de una manera muy sexy, y te hace desearla.

Así que los besos después de los conciertos se han convertido en algo muy común para ustedes dos.

––Lisa––. Suspiraste felizmente mientras besaba tu cuello.

––Te quiero tanto––. Ella susurró contra tu piel, haciendo que su nombre saliera de tus labios una vez más.

No pudiste resistir más y pusiste tus labios sobre los de ella y mientras lo hacías, ella tiró de tu camisa y la sacó de tu cuerpo.

Lanzándola por la habitación, aterrizó en el suelo en algún lugar, y pronto se unió a su camisa.

Ahora estaban aún más cerca la una de la otra, haciendo que la felicidad que ambas sentían aumentara aún más.

––Mi niña––. Le susurraste al oído antes de besar el punto dulce de su piel, haciendo que sus ojos se pusieran en blanco. ––Te amo mucho.

––Te amo más––. Dijo mientras volvía a poner sus labios en los tuyos para un beso lleno de vapor.

Pasaste los dedos por su cabello y luego pusiste tus manos sobre sus hombros, abrazándola con fuerza mientras ella continuaba besándote profundamente.

––¿Qué dices si salimos de aquí y volvemos al hotel para pasar la noche?

––Pero no he terminado.

––Yo tampoco, dulce niña––. Sonrió mientras colocaba un mechón de cabello detrás de tu oreja. ––Solo quiero llevarte a un lugar más privado.

Hizo una pausa cuando comenzó a besarte el cuello.

––Un lugar al que podamos ir sin interrupciones, donde podamos besarnos toda la noche.

––Eso suena maravilloso––. Accediste y besaste sus labios suavemente. ––De acuerdo, vamos.

Ella se rió de lo emocionada y lo apurada que estabas en llegar al hotel para pasar la noche.

Y no podía negar que sentía lo mismo.

Después de todo, ella te deseaba tanto como tú la deseabas a ella.

Así que ella estaba tan apurada como tú.

Se apresuraron al hotel lo más rápido posible y se registraron rápidamente antes de subir a la habitación.

Tan pronto como la puerta se cerró, te perdiste en un beso humeante y unos segundos después, tu espalda golpeó el colchón mientras Lisa te llevaba a la cama y se cernía sobre ti.

Viste el brillo en sus ojos y la sonrisa en sus labios cuando deslizó su mano debajo de tu camisa, lista para lanzarla de nuevo por la habitación, tal como lo había hecho antes.

Y todo lo que podías hacer era sonreírle mientras la misma mirada aparecía en tus ojos, ambas sabían que iba a ser una noche larga y sorprendente.

Lisa Imaginas - Libro dosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora