Sudaderas oversized

399 25 0
                                    

—¡Hola cariño!—. Lisa sonrió cuando entraste al dormitorio.

—Ey—. Respondiste con ojos cansados y una voz tranquila.

Lisa se sentó contra la cama y suspiró.

Ni siquiera tuvo que preguntar: podía ver que tuviste un día difícil y que estabas agotada por eso.

—Veo que tuviste un día difícil, cariño. ¿Hay algo que pueda hacer para ayudar a animarte? ¿Qué tal algunos abrazos?—. Sugirió con una brillante y feliz sonrisa en su rostro.

—Me gustaría eso—. Tu dijiste.

Te cambiaste tu ropa de trabajo y te pusiste un par de sudaderas y una de las camisas de Lisa antes de ir y acostarte a su lado.

Era agradable estar cerca de ella después de un día tan largo.

Pero, de alguna manera, se sentía como si no estuvieras lo suficientemente cerca de ella.

Querías estar aún más cerca.

La miraste, mientras ella miraba la televisión.

Te diste cuenta de que llevaba una sudadera con capucha oversized y al instante se te ocurrió una idea.

Estaba acostada boca arriba, por lo que podías arrastrarte fácilmente debajo de la sudadera con capucha y meter la cabeza por el agujero en la parte superior.

—¿Qué estás haciendo?—. Ella se rió mientras te miraba.

—¿Cómo se ve? Quiero estar cerca de ti, Lili—. Dijiste con una sonrisa de felicidad en tu rostro.

—Eres linda—. Ella sonrió.

Sus ojos se iluminaron, llenándose de estrellas mientras te miraba con amor.

—Me gusta esto—. Dijo mientras envolvía sus brazos alrededor de ti. —Se siente bien poder estar tan cerca de ti.

—A también—. Dijiste mientras envolvías tus brazos alrededor de su cuello.

Pusiste tu mejilla en su hombro y cerraste los ojos mientras ella besaba suavemente tu cabeza.

—Tendré que comprar más sudaderas oversized para que podamos acurrucarnos así más a menudo.

—Me gusta esa idea—. Dijiste mientras levantabas la cabeza de su hombro. —Y te amo.

—Yo también te amo, dulce niña—. Dijo con una sonrisa mientras acariciaba tu mejilla.

Cerrando los ojos, te atrajo para un dulce beso y no pudiste evitar derretirte cuando sus labios tocaron los tuyos.

—No puedo ni empezar a expresarlo—. Ella suspiró contenta. —Simplemente te amo y eso es tanto.

Le diste un par de besos más antes de volver a apoyar la cabeza en su hombro.

—Eres cálida—. Murmuraste.

—Tu también. Y tan acogedora—. Dijo mientras te apretaba un poco más fuerte.

Te acurrucaste a ella lo más cerca que pudiste estar antes de que comenzaras a caer en un sueño ligero.

Te sentías tan cálida y tan segura así con Lisa.

Se sentía como si todo estuviera bien ahora y nada más importara mientras se abrazaban y se mantenían lo más cerca posible.

Solo deseabas poder pasar una eternidad así; nada te haría más feliz.

Lisa Imaginas - Libro dosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora