𝓓𝓮𝓵𝓽𝓪 [+18]

9

Daniel

Después de aquel día en el entrenamiento me di cuenta de que alguien me observaba.

Era raro, pero así era.

Me observaba cuando entrenaba, cuando iba al baño, cuando comía, incluso cuando dormía.

Y a pesar de haber revisado todos esos lugares, no encontré a nadie, pero aún así siento aquella presencia.

Una presencia muy pesada, tanto que es difícil no darse cuenta de que está ahí.

Me da curiosidad saber quién era mi acosador, pero me daba más curiosidad saber que cosas ha visto de mi.

Y si sabía sobre el trato que tenia con Jin.

Hablando de él, ya tiene bastante rato desde que iniciamos con el trato y bueno... Creo que las cosas han cambiado.

Cambio en el aspecto de que cada vez que me toca o me besa sentía ese algo en el pecho, no sabria como describirlo o como nombrarlo.

Pero creo empiezo a creer que eso es amor... O al menos cariño.

Y se que tal vez se trate de amor porque así me sentí cuando conocí a mi difunta esposa.

Pero... Está mal, se supone que la regla número dos dice que está prohibido que el empleado se enamore de su empleador.

Para mí mala suerte, creo que ya la rompí.

Jin

Dan había empezado a cambiar y podía notarlo, lo notaba al besarlo, al mirarlo, al despertar a su lado.

Él actuaba y reaccionaba diferente...

Parecía que él al fin estuviera enamorado de mi.

¿Y si realmente lo estaba?

Seria la cosa más genial del mundo.

Seria un sueño hecho realidad.

Pero... ¿Cómo puedo comprobarlo?

Ir y preguntarle o tal vez besarlo sin siquiera organizar un trabajo.

Tal vez el beso... Seria lo mejor.

Un beso sorpresa.

-¿Será que voy en este instante y lo beso?

Si, lo haré.

Jin estaba determinado en saber si Dan realmente sentía algo por el.

Así que tomo su celular y salió de su habitación de hotel y camino a la de Dan.

- Espero no quedar como idiota.

Entro al elevador y apreté el botón del piso de Dan.

Yo estaba tan metido en mis pensamientos que ni siquiera me percaté del señor con capucha que se encontraba a mi lado.

Una vez en el piso de Dan, baje del elevador junto con el señor de capucha que ignore por completo.

Camine con las manos algo sudorosas hasta la puerta de la habitación de Dan y cuando llegué me quedó ahí parado sin saber que hacer.

- Dios...

Me armé de valor y toque la puerta.

Espere por unos minutos y después Dan al fin me abrió.

- Oh señor Jin, no esperaba verlo hoy, ¿Que se le ofrece?

Dan sonrió amablemente.

- Yo... ¿Puedes dar un paso adelante?

Él me miró muy extrañado pero aún así lo hizo sin rechistar - Espero que me perdones por lo que voy a hacer...

- Perdonar qu-

Dan ni siquiera termino de decir la palabra cuando lo bese en los labios de forma dulce.

Y una vez que el oxígeno de ambos termino, me separe de él y lo miré con un sonrojo en mis mejillas.

- ¿P-Por qué el be-so?

Dijo algo nervioso y con las palabras algo entrecortadas.

-¿Por qué? Es por qué  ya no aguantó más Daniel Castillo, estoy estúpidamente enamorado de ti y quisiera tenerte y que me pertenezcas.

- Pero que idioteces dices, sabes claramente que los alfas no pueden estar entre ellos.

- ¿Y eso a mí que mierda me importa? Seas alfa, Omega, beta o incluso un delta, seguiré queriendo tenerte conmigo.

- ¿Lo dices en serio?

Mi corazón estaba vuelto loco, dios, esperaba con todas mis fuerzas que el dijera que si, o que pensará lo mismo.

- Claro que lo digo en serio, quiero estar contigo, quiero amarte y no solo quiero tener sexo contigo por dinero.

Tantos años enamorado de él que quiero tenerlo con mucha desesperación.

- Desde cuándo... ¿Desde cuándo has sentido esto?

Si pregunta me tomo algo por sorpresa pero aún así lo iba a responder.

- Desde que te conocí... Me enamore perdidamente de ti y dios, no puedo con esto, me estoy volviendo loco, porque te vemos todo el tiempo pero no puedo tenerte.

Me sonroje y di un paso más adelante quedando muy juntos el uno del otro.

- Eres el único que quiero amar, que quiero hacer mío, no me importa si el mundo no lo acepta, yo te quiero a mi lado todos los días de mi insignificante vida.