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Daniel

Me impresionaba la facilidad con la que Jin me hacía sentir raro... en pocas palabras, me hacía sentir como su omega.

El día de hoy él vendría a mi habitación está vez para terminar lo que empezamos hace dos días, aunque está vez quería que actuará como su novio o su amante.

Para mí el chupar su miembro fue un poco incómodo... Me dolía la mandíbula aún.

Jin me había dicho que me debía preparar... Que no quería que le fuera a cortar el miembro cuando lo metiera dentro de mi, lo cual me parece un tanto incómodo...

Aún no me acostumbro a la idea de él penetrandome, pues siempre solía ser yo él lo hacía, me senté en la cama mientras estaba desnudo y con las piernas abiertas.

Pronto lamí uno de mis dedos y empecé a llevarlo hasta abajo, para ubicarlo justo en mi pequeño hoyo que se encontraba realmente sensible, al primer toque me estremecí un poco, luego lentamente empecé a meterlo, mordí mi otra mano para aguantar y no gemir o jadear, pues el había dicho que quería que los guardara para él y solo para él.

Después de un rato, pronto pude meter dos dedos, el interior de mi se sentía caliente y húmedo, pronto ya estaba lo suficiente aflojado como para que Jin me penetrara las veces que el quisiera.

Saque los dos dedos y suspiré mientras me acomodaba en la cama, posteriormente alguien abrió la puerta, supe inmediatamente quién era, era Jin.

Una vez que el entro hasta la habitación me miró impresionado al ver que estaba preparado para él.

- Hola, cariño... -

Jin se acercó a mí y me tomo de la barbilla para luego besarme profundamente, sus labios eran calidos y suaves con un cierto sabor a mora azul.

Se separó un poco pero no lo suficiente para no sentir su respiración.

- Te amo... Te amo mucho Daniel.- yo sabía que era pura actuación... Pero de alguna manera él lo decía de una forma que se sentía tan real.

- Yo también te amo Jin.

Yo sabía que mi forma de decírselo sonaba falsa y pues así era.

No es como que me vaya a enamorar tan rápido y fácil, esas cosas no pasan en la vida real.

- Daniel... Dan... Me permitirías entrar en ti está noche, quiero poder sentirte- él acarició mi mejilla suavemente y sonrió levemente, mientras yo asentía.

- Por favor, hazlo, quiero ser un omega para ti.

Me sonroje un poco ante eso, realmente sigo sin creerme las cosas que digo o hago.

- Abre las piernas por favor.

Me impresionaba la manera en que Jin me trató tan distinto a como lo hizo hace dos días, hice caso y abrí las piernas.

- Si te duele... Me dices, amor.

Él me jalo un poco para estar más cerca, luego empezó abrir sus pantalones y pronto sin darme cuenta ya había sacado su miembro, no estaba seguro si de esa cosa me cabría allá abajo.

Pero Jin se veía tan seguro de si que él posicionó su miembro en mi trasero.

- ¿Si te preparaste para mí?

- Si, lo hice como me dijiste.

- Genial, que lindo eres.- él se sonrojo y luego empezo a meterlo lentamente dentro de mi, de un momento a otro ya tenía más de la mitad dentro.

- Ahh... S-Se siente raro, me pica el estómago.

Dije mientras me arqueaba un poco la espalda y apretaba con mi mano las sábanas de la cama.

- Es normal, no te preocupes, voy a comenzar a moverme, si te duele, me dices.

asentí levemente mientras él comenzaba a embestirme primero lento y luego empezó a hacerlo más rápido.

Se sentía tan extraño, no era malo, solo incómodo, pronto por alguna razón empecé a querer gemir y jadear de lo rápido que lo estaba haciendo.

Jin se inclinó y luego empezó a besarme mientras se movía y soltaba uno que otro gemido, cuando me separe de su boca un poco él dijo.

- Aferrate a mi espalda, puedes rasguñarme si lo deseas, Dani.

¿Dani? Que raro que me llame así.

Solo una persona solía llamarme así... Mi esposa.

- E-Esta bien- hice lo que él me dijo y comencé a gemir más seguido.

Continuamos así por un rato hasta que ambos llegamos al climax.

Él se vino dentro y yo por accidente manche su camisa.

- Ay dios... Perdón.

Jin solo se rio un poco  y yo solo quedé totalmente avergonzado.

- No, está bien, solo préstame una camiseta para poder irme después a mi habitación.

Él salió de dentro de mi luego se acomodo la ropa, se quitó la camiseta y la dejo encima de la cama, mientras yo me levanté de la cama algo incómodo, busque en el cajo una camiseta y luego se la di.

- Espero que te quede, es la más grande que tengo.

- Si, no te preocupes, está bien.

Él se la puso y luego de un rato, él se fue dejándome solo en la habitación.

Me coloque una bata y me quedé sentado en la cama reflexionando lo que había pasado.

Me coloque una bata y me quedé sentado en la cama reflexionando lo que había pasado

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𝓓𝓮𝓵𝓽𝓪 [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora