Capítulo 11: "Quédate"

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Karla.

Dejarlo ahí solo no fue para nada grosero, ni incorrecto. Decirle que aún le quiero fue una tontería, porque tal vez él hará lo mismo que años atrás, ignorarme.

Pero eso no es lo que me preocupa, sino el hecho del juego que está jugando, me confunde, hace que mi corazón se emocione de nada y no lo puedo permitir, porque estoy segura de que eso no es más que uno de sus estúpidos juegos para divertirse.

—¿Tan solita? —una voz burlona me habla desde atrás —Cuidado, no vaya a ser que se coman a la princesita —se ríe.

—¿Qué quieres Dania?

—Decirte que Julio y yo estamos mejor que nunca —sonríe y mi corazón se contrae.

—Felicidades, los he visto besarse esta mañana en la cafetería.

—Espero que no te moleste, digo, después de todo lo que pasó.

¿Molestarme? Me emputa, que no es lo mismo. No sabe lo mentirosa que está siendo, solo quiero arrancarle las extensiones una por una.

—¿Por qué inventas lo que no es? —la enfrento.

—¿Disculpa?

—Vamos, que todo el mundo sabe que babeas por él, que él te hace un lado y tú te vas detrás suyo como perro faldero a lamerle las botas.

—Le lamo la polla que es mejor.

Pongo los ojos en blanco.

—Eso tampoco es un secreto para nadie, sabemos que le lames la polla a Julio y al noventa porciento de los hombres de la universidad, y que ninguno te toma enserio. Mírate Dania, no vales ni cinco centavos.

—¿Y tú si vales? —me escanea de arriba a abajo con asco.

Asco me da ella.

—Has cambiado, no lo niego, pero a pesar de tu cuerpo ningún hombre te mira ni siquiera para follar —me dice en tono burlón —Yo tengo la satisfacción de escoger con quién me acuesto.

Claro, típico de las zorras como ella, no me sorprende que esté orgullosa de lo sucia que es.

—Recuerda bien una cosa Dania, una mujer decente, jamás competirá con una de la calle.

Me volteo y entro al campus, buscando mi edificio me encuentro con Denisse en el camino y ella pega el grito en el cielo cuando se enteró de lo que pasó con Julio Jones en la tarde.

—¿Te volvió a besar?

Niego.

—Boba tú —mofa —Si al chico le gustas.

—Lo dices como si fuera cierto —cierro la puerta de la habitación cuando entramos.

—Oye, ningún hombre, por muy borracho que esté se enrolla con una mujer que no le gusta, y él se enrolló contigo.

—Seguro lo hizo por diversión —entro al baño y dejo a Denisse hablando de Julio como si fuese mi novio.

Me ducho por más o menos quince minutos y cuando salgo encuentro a Tal echa un ovillo en su cama y a Denisse consolándola.

—Tal —me acerco a su cama —¿Qué pasó con Trenton?

—No sé si es él o soy yo, pero siempre hay una barrera entre nosotros a la hora de hablar las cosas —solloza —No quiere escuchar, siempre cree que tiene la razón y una relación no funciona así, lo he dejado.

—¡Oh Talía! —Denisse acaricia su cabello —Guapa no es el fin del mundo, ya llegará un chico menos idiota para tí.

La codeo.

Todo lo que Nunca Pudimos Ser © [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora