Capítulo 3

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El gemelo salto de su cama antes que el reloj sonara para ir a cambiarse y estar listo para el encuentro con el coronel, divisó a su gemelo levantarse con sueño.

—Apurate debemos ir con el coronel, vamos ya—Lo sumbo al baño.

El gemelo aún con sueño salió del baño colocándose ropa nueva, para ir detrás de él, que corría rumbo a la sala de entrenamiento, llegaron en pocos minutos para abrir la puerta y ver a varios militares entrenar antes de ir a las misiónes asignadas, caminaron hasta una mujer que levantaba pesas como si no le costará nada.

—Disculpa ¿Dónde está el coronel Quaritch?—Preguntó el gemelo serio, la mujer señaló al fondo—Gracias—Contestó para ir hacia dónde le dijo, su vista se clavo en el militar que nombró pero su sonrisa se cayó cuando vio al tipo que golpeó a su gemelo en la tierra hace tanto tiempo, siguió su camino hasta que frente a los dos hombres que reían algo fuerte, se cruzo de brazos para hacerse notar a ellos.

—Mire quien vino, la copia y el original—Se burló de los gemelos que solo rodaron los ojos.

—Iremos todos a entrenar juntos como un equipo—Aviso el coronel que se levantó para ir hacia una puerta metálica seguido de los cabos que para nada estaban contentos de ir con su enemigo.

Llegaron a una arena con varios instrumentos de pelea, cosas básicas que pueden ocupar para defenderse, había una plataforma con algunos escalones arriba.

—¿Vamos a combatir entre nosotros tres?—Miró al coronel Quaritch con duda, dicho esto el asintió.

—Tu y el gemelo—Señaló a ambos—Suban, cabo Santos y Salveron?—Ambos cabos le hicieron caso esperando órdenes de el—Tu solo vas a defenderte—Miró al gemelo—En cambio tu solo lo atacarás.

—Si señor—Contestaron al mismo tiempo.

Santos empezó la pelea tirando una patada rápida a la cabeza que el esquivo, se cubrió con sus antebrazos ante la potente oleada de golpes ante el, Salveron se giro para hacerle creer que iba a huir, pero sólo se detuvo de pronto para agacharse haciendo que se cayera al suelo de boca, se levantó para irse a una esquina y ver a su compañero enderezarse.

—Eso, acabalo, acabalo—Aviso el gemelo tímido abajo alentando a su hermano que estaba barriendo el suelo con el más grande hasta que Santos de tanto caer al suelo, tenía varios golpes y se notaba cansado.

—Ahora, Salveron puedes defenderte y tu ahora solo protegete—Afirmó el coronel aburrido dando un bostezo.

—Si señor—Sonrio con malicia el gemelo que sin esperar más le propinó un golpe en la mandíbula para colocarse encima dándole golpes en la cara repetidas veces, el más grande lo apartó de un tirón para ahocarlo con sus manos, el chico le dio un rodillazo en el estómago que lo hizo soltarlo, se escabullo para quedar nuevamente encima, con una llave y sus piernas amarradas a la cintura de este, presionando sin soltarlo hasta o que se desmayara o le ordenaran dejarlo ir.

—Ya dejalo—Le ordenó el coronel, el gemelo lo soltó para apartarse de él cuando se devolvió para golpearlo le dio una patada para calmarlo—Escuchaste Santos.

—Si mi coronel—Se quejo adolorido Santos poniéndose de pie.

—Ahora iras tu conmigo—Se giro al gemelo más tímido que se negó temiendo por su vida y sus huesos—No tengas miedo no te haré tanto daño—Se subió a la tarima rápido, el gemelo tímido abrazo a su hermano para llorar como un niño el otro lo abrazo para besar su frente susurrando unas palabras.

—Ya sabes, defiendete con todo, sin descanso y si vez que no puedes cierra los ojos—Le susurro para darle un pequeño empujon al gemelo que temblaba como una gelatina por el miedo de enfrentarse al coronel, al subir el hombre se estiraba los brazos tronando sus huesos con una sonrisa perversa.

¿Por que cambiaste tanto? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora