Capítulo 5

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El coronel miraba la espalda desnuda del gemelo con atención pues tenía una cicatriz desde su cuello a la lumbar grande y sobresaliente a más no poder, por ahora o durante el acto no le preguntó, pero le hacía entender que no le importaba ya que ama todo de él hasta el último sector, dejo esa idea de lado y se coloco nuevamente a su lado a abrazarlo hasta que escucho una risa, aprovecho para morder el hombro que lo hizo ganarse un golpe en las costillas.

—Eres demasiado virgen para mi—Bromeó para seguir molestándolo.

—No tengo culpa que cierto señor, no sepa hacerlo con alguien como yo—Contraaataco firme.

—Yo soy un hombre que todas quisieran—Contestó orgulloso.

—Que quisieran de abuelo—Se rio de esto último—Y si me pega es por que tengo razón—El coronel se detuvo antes de apretarlo.

—Eso es un juego de niños—Hablo algo molesto, el gemelo le sonrio para girarse hacia su dirección quedando frente a frente.

—Si, pero no me pego, quien es peor, yo por decirlo o usted por seguirme el juego—Explicó riendo.

—Bien tu ganas—Se escondió en su pecho para dormir un rato mas—Vamos a descansar, así que duerme.

La pareja se acomodo aún mejor en la cama, se pegaron quedando sus piernas entrelazadas, sus pechos se juntaron y sus respiraciónes se coordinaron, se preparon para dormir un rato más hasta que la puerta fue golpeada muy fuerte.

—Esto si que tiene que joder—Dijo el gemelo para salir de la cama.

—Sin duda nos iremos hasta un lugar que nadie nos moleste—Golpeó la cama para buscar un pantolon y ponérselo, el gemelo se fue al baño para limpiarse un poco el sudor y otros fluidos que no dira, Quaritch suspiro harto, abrió la puerta para ver a uno de su tropa preocupado, Josep no era así de estresado—¿Qué sucede?

—Mi coronel, ¿El gemelo está aquí con usted?—Pregunto con temor, el coronel asintió muy serio—Es que su hermano ayer en la noche fue atacado por Santos—Susurro con temor.

—¿Qué?—El gemelo estampó la puerta del baño para ver a los dos mirarse entre ellos—Josep contestame ¿Qué le paso a mi hermano?—Se acercó para tomarlo de la camisa.

—No te enojes conmigo—Pidió con profundo temor.

—Dime de una vez, me estás matando con tu silencio—Lo soltó para que respondiera de una vez por todas, Josep dudaba pero tomó un respiro para tomar sus manos con apoyo.

—Santos lo intentó abusar ayer en la noche—Contestó finalmente—Tu hermano está en la enfermeria.

El gemelo torció su cara solo pasar de largo al coronel y salir de la habitación para ir hacia la enfermería, sus pasos se convertieron en una frenética carrera por llegar, su enojo se bajó entrando las ganas de llorar, preocupado por su hermano, llegó hasta la puerta con el pecho subiendo con rapidez, cuando entró estaba su gemelo con la mirada perdida, sin esperar más se acercó abrazándolo con fuerza.

—Me alegra que vinieras—Le contestó algo suave.

—Llora si quieres—Le dijo acariciando la espalda de su gemelo, solo sintió como sus uñas se incrustaban en su piel, su hombro se humedecio—Dime ¿Qué quieres que le haga? Dimelo—Preguntó separándose un poco, apartó las lágrimas con su dedo—No debió desquitarse contigo—Él otro negó para volver a llorar y pegarse al pecho de él para desahogarse—Está bien no me digas nada, ya se lo que deseas con todas tus fuerzas.

—Asesinalo, hazle mucho daño—Le pidió con súplica, su hermano lo vio sorprendido por tal petición y asintió para dejar un beso en su frente.

—Te lo prometo—Se comprometió para acostarse a su lado escuchando su llanto que parecía no acabar nunca.

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