Claude estaba en sus aposentos haciendo sus deberes de emperador cuando entro su primera sol.
-¡papi! ¿Me podrias hacer un favor? -dijo haciendo la cara mas tierna.
-Claro. ¿Que quieres? Jim te lo hara -dijo mientras la alzaba.
-¡Quiero una mascota! Uno muuuy tierno -dijo sonriendo feliz.
-Bien -sonrio levemente- ¿Que mascota quieres?
-¡Un tigre o un lobo! -vio como su padre ponia cara impactada.
-Pero, es muy peligroso para ti. ¿Que pasa si te rasguñas? Ya no seras tan hermosa como yo -dijo haciendo que a la niña se le saliera una gotita.
-Mi belleza es de mi madre. ¡Quiero un trigre o un loboo! Por favor papi... o acaso...¿ya no me quieres? -sus ojos se pusieron llorosos.
-No, no. Te amo. Esta bien, te lo comprare. ¿Cual de los dos quieres? -dijo mientras su semblante asustado desaparecia.
-¡Un lobo! Despues quiero un tigre -rapidamente las lagrimas dejaron de estar y se puso alegre.
"-Pequeña actriz. Me manipulas." -Penso Claude enojado.
Pero aun asi le iba a cumplir ese capricho.
Amalia se fue sonriendo, vio como su cabellera roja desaparecia por los pasillos.
Se levanto y cerro la puerta. Se dispuso a hacer sus deberes como emperador.
No mas de 15 minutos llego su querida Amalia llorando con un labio roto lleno de sangre.
El rapidamente se levanto y corrio hacia ella preocupado.
-¡Cariño! ¿Que te paso? ¿Quien se atrevio a tocarte? -dijo poniendose enojado, sus ojos ya brillaban intensamente gracias a eso.
-Fue una de tus concubinas, una de cabello rubio y ojos rosados -dijo llorando.
El rapidamente mando a llamar a Diana, la iba a castigar fuerte por eso.
Diana de esta no se salvaba. Eso lo tenian bien claro las personas de tortura.
Diana llego feliz con una sonrisa en su rostro.
Rapidamente se borro al ver a la pelirroja abrazada de el y Claude con los ojos brillando intensamente.
Trago en seco y con paso tembloroso camino hacia el.
-¡Emperador! ¿Para que me llamo? ¿Me extraño? -dijo con una sonrisa.
-¿Como te atreves a golpear a la hija de Jim? -su cara mostraba furia, sus ojos mas y las venas sobresalian.
Diana se estremecio al ver eso.
Comenzo a llorar y dijo.
-¡Emperador! Por favor, yo nunca hice eso. ¿Usted me ve capaz de hacer algo asi? Los niños mienten siempre, su hija igual debe ser una mentirosa. Por favor, creame -dijo mientras se hacia la indefensa y pobresita.
Claudio miro a su hija para ver su justificacion y ella hablo.
-Cuando me fui de tu oficina estaba por los pasillos explorando y viendo nuestros cuadros, cuando me choque con ella y me dijo que me moviera, yo le pedi perdon pero ella aun asi me insulto. Yo me defendi diciendo sus verdades y ella me golpeo. Despues de eso ella dijo que tu nunca me harias caso y me botarias junto a mis hermano con mi madre, que ella la podria remplazar mejor que ella -claramente, Amalia decia la verdad, lo pudo ver en sus inocentes ojos cristalinos.
-¡Mentira! ¡Mentirosa! ¡Como te atreves a acusarme de esa manera! ¡Soy la concubina imperial, favorita de su majestad! ¡No tienes el derecho de acusarme asi! -quiso decir otra cosa mas y ahi fue el limite de Claude.
Dejo a su sol en su escritorio y avanzo hacia Diana.
Ella pudo ver cariño en esos ojos.
-Gracias por creerme a mi y no a esa hija bastar -no pudo terminar de hablar cuando sintio que Claude le dio una cachetada.
Ella cayo al suelo por la fuerte cachetada y llevo su mano a su mejilla fuertemente roja y su labio roto.
-¿Como te atreves a hablar de mi mujer asi? Mas encima llamar a mi hija bastarda. ¡Tu eres inferior a mi hija! Tu castigo va a ser 5 minutos de tortura.
Diana sonrio, ella sabia que eso era un leve castigo.
Miro con burla a la pequeña niña que se encontraba sorprendida por eso.
Diana se levanto y lo abrazo por el cuello, diciendole "gracias, mi emperador".
-¡Guardias! Lleven a esta concubina a prision, diganle a los torturadores que se la dejamos una semana entera para ellos. No le den comida solo agua, tampoco cobija. ¡Felix! Encargate de todo -dijo viendo como la mujer tenia reflejado terror puro en sus ojos.
Y la escucho gritar a lo lejano.
-¡Como se atreve mi emperador! ¡Sere su emperatriz y haci me trata! ¡Soy mas valiosa que esa niña bastarda! -comenzo a gritar mas cosas pero Claude no le tomo mas importancia.
-¡Guardias! Informen que ahora sera 2 semanas -dijo viendolo friamente.
El soldado asintio y se fue sintiendo pena por la chica. Pero ella se lo buscaba, nadie podia tocar a la pequeña sol de Obelia, que pone a su padre y a todo el reino de buena alegria.
"-Si fuera el emperador ya le habria dado 1 mes de tortura."-penso el guardia mientras habia la prision y veia como una mujer en topa interior estaba llorando.
No habian pasado ni 5 minutos cuando ellos comenzaron su trabajo.
-Espero y se esten divirtiendo -dijo viendo a los señores y a los demas prisioneros que veian lujosamente a Diana- El emperador dijo que ahora serian 2 semanas de tortura, denle fuerte para que aprenda su leccion.
-¿Que hizo esta perra para que la mandaran aqui? Tanta belleza despreciada -dijo parando su trabajo para escuchar al guardia al igual que los demas prisioneros.
-Golpeo e insulto muchas veces a la princesa Amalia, dijo que podria ser mejor emperatriz y esposa que la señorita Anthia -vio como los torturadores se ponian enojados.
Ellos habian sido asesinos pero gracias a su emperatriz ellos podian hacer esto sin ir a la carcel.
La niña igual, gracias a ella, ellos pudieron sentir ese deseo de proteger a alguien.
Ellas dos eran los soles mas grandes de Obelia, al que ellos dos estaban obsecionados. No de amor, pero si de otra cosa.
¿Era independencia emocional? Tal ves.
Pero esa obsecion llegaba mas lejos que eso.
Los prisioneros comenzaron a gritar dando mas ideas para tortutar a la concubina.
Aunque ellos estaban ahi, admiraban mucho a la pequeña y a su emperatriz. Esa celda a pesar de su mal olor y hongos que tenia por todas partes, era su casa. La podian ver como casa gracias a ellas dos, ellas les daban comida para estar bien nutritivos y buenas cobijas junto con almohadas para dormir bien.
A pesar de ser prisioneros por crimenes grandes, ellas los trataban como personas normales.
El guardia se fue y escucho gritos, llantos de mujer, latigazos y risas burlescas.
La chica si se la estaba pasando mal.
Y eso le encantaba a el, a los prisioneros, a los señores, a Claude y a Amalia.
Si sus hermanos se enteran al igual que su madre, ella sufriria mas.
Y eso iba a hacer. Se iba a encargar de hacercelo saber a la familia de la pequeña Amalia.
"-¿Que paso con mi plan? ¿En que hice mal? Solo dije la verdad de esa niña bastarda."-pensaba Diana en medio de toda esa tortura.
(Ya comenzaran las torturas y mas problemas de aqui en adelante)
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La emperatriz (Claude x tu)
FanficUna historia que se me ocurrio en la cabeza, me agarro mas ideas leyendo.