Ogros

456 29 9
                                    

Lo que vio fue a un rey eternamente atormentado. Una figura angustiada y solitaria, su corazón preocupado por su gente hambrienta, pero completamente incapaz de hacer algo para ayudarlos. 

La tierra se había secado y marchitado, matando sus cultivos y creando una hambruna masiva. Justo pasando la frontera, otras naciones se encontraban prosperando, abundantemente. Pero no había forma de ir allí. Era el territorio de un rey demonio, poner un pie ahí sería rebelarse contra el amo de la tierra misma. No haría falta esperar a que la hambruna los matara entonces. Él los mataría a todos antes de que eso pasara.

La tierra en la que vivían, estaba rodeada de un gran bosque y tres territorios diferentes, cada uno con su propio rey demonio sirviendo como líder. Sería imposible para una horda de monstruos de clase baja como ellos invadir hacia cualquier dirección. Lo que los dejaba con solo una opción. 

Un poco más allá de la frontera, el bosque permanecía imperturbable. Era natural que el rey recurriera a él para obtener una oportunidad, cualquier oportunidad, para sobrevivir.

Estoy muriendo de hambre...

Necesito algo... Lo que sea...

Su gente estaba cayendo una a una, gritando sus plegarias no escuchadas. Sus números no estaban decreciendo, en todo caso, se estaban multiplicando. La hambruna había avivado el instinto natural de su gente de preservar su especie, resultando en un pico en la tasa de natalidad. Solo haciendo peores las cosas.

Ellos nunca habían visto al rey sonreír, aun cuando distribuía sus propias raciones a los niños que más lo necesitaban. Aun así, juzgando por sus cuerpos frágiles y sus ojos sin vida, ellos seguro estarían muertos al día siguiente.

Entonces el rey cometió un acto considerado tabú. Dio su propia carne, su propia sangre, al último niño que seguía con vida. ¿Y quién pudo haberlo prevenido de intentar cumplir su fugaz sueño? Todo lo que él quería era salvar, por lo menos, a su propia familia.

Era un crimen del que nadie era capaz de convencerlo de evitar. No podía. Él vio un mundo en el que nunca nadie se comía. Y cada noche él tenía el mismo sueño. El rey, una escena horrible en el piso, y un niño inocentemente comiendo su carne. Él quería a alguien que lo ayudara, que los liberara de este infierno, uno del cual nadie veía el final. 

Ese deseo permanecía firme en su pecho como hoy, como cualquier otro día, empezó.

___________________________________________________________________________________________________________________________________________________

La paz había regresado a la aldea, y los hobgoblins habían estado actuando con notable calma y compostura ante Shizu a pesar del ataque de Ifrit que habia destruido el lugar.

Mi respuesta a sus inseguridades sobre Shizu fueron. 

"Desde este momento, Shizu queda bajo mi protección directa, no quiero escuchar quejas al respecto".

De manera de disculpa, Shizu apoyaba la construcción trasladando cosas y materiales. un secreto que nos compartió cuando estábamos inspeccionando la zona fue que se habia convertido en una Santa.

Escucho la voz del mundo hablar en su cabeza, reconstruyendo su cuerpo a una forma de vida espiritual.

Conozco a la perfección esta fase evolutiva de los humanos, la inmensa energia y fuerza que poseen los santos, en combinación con su naturaleza como formas de vida espiritual, les da el potencial de estar en pie de igualdad con los verdaderos señores de los demonios y los verdaderos héroes, así como un alma lo suficientemente fuerte como para albergar potencialmente una habilidad definitiva. 

Novela Web de Yo en Tensei Shitara Slime Datta Ken (Finalizada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora