El enérgico negocio del laberinto

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La hermosa joven dejó escapar un suspiro mientras miraba como su rostro se reflejaba en la hoja ondulada de su nueva espada.

"Oh, se ve deprimida por algo. ¿Hubo algún problema?" Pregunto Laplace, un demonio y miembro de la tropa de arlequines moderados.

"Realmente no lo se. Prácticamente le estoy sirviendo, pero a la vez no. Nunca me ordeno, simplemente me deja actuar de la manera que a mi me plazca. Fue un golpe duro para la confianza que habia formado, y me hizo pensar que tenemos que reconsiderar nuestros planes. Es ridículo oponernos".

"¿Reconsiderar nuestros planes?"

Kazaream, el ex Rey Demonio que ahora se hace pasar por la secretaria de Yuki, Kagali, repitió las palabras directamente en Laplace.

"¿No me digas que ya olvidaste como nos derroto Arnos? No debemos enemistarnos con el Rey Demonio de la Tiranía, ahora estamos a su servicio, pero actuaremos bajo nuestras propias creencias. Creo que él quiere eso, quiere que me vuelva más fuerte y me convierta en la protectora del mundo desde las sombras. No pelearemos con Arnos y Tinasha, los evitaremos a toda costa".

"Entonces, deberíamos mantener una relación cercana. Estoy listo para explorar esas ruinas en poco tiempo, así que pensé que nos mantendríamos en términos amistosos..."

"El plan sigue siendo el mismo. Es solo que ahora, no involucraremos tanto a Arnos y Tinasha".

"Si, no quiero hacerlo enojar de nuevo. No creo que debamos levantarnos contra la Reina Demonio Tinasha tampoco, esos dos se protegen entre ellos y pienso que, si llegáramos a hacerle algo o alguien le hiciera algo a Tinasha, el mundo sufriría las consecuencias. Si es posible, debemos evitar que Tinasha salga herida si esta envuelta siquiera un poco en nuestros planes futuros. Mantener la calma sera nuestra salvación, si no hacemos olas nadie saldrá herido, ¿verdad?"

Laplace tampoco era tonto. Dado que su amigo Clayman ya no estaba vivo, sentía enemistad hacia Arnos y Tinasha, pero no estaba dispuesto a desafiar las órdenes de su jefa, Yuki, solo para comenzar una pelea. Y Laplace no estaba solo, Footman y Tear tenían la misma opinión y, como líder de los arlequines, Kagali comprendía bastante bien los peligros de dejar que las emociones impulsaran su comportamiento.

En este mundo, la única regla suprema era la supervivencia del más apto. A través de sus experiencias compartidas, Laplace y su equipo habían aprendido que nada bueno provenía de tomar medidas imprudentes antes de asegurar la victoria. Clayman no solo falló por completo en obtener su venganza contra el rey demonio Leon; incluso murió en el intento. Gracias a eso, incluso con el revivido Kazaream entre ellos, los arlequines moderados estaban de regreso desde donde empezaron. Si decidían abrir hostilidades contra los Reyes Demonio Arnos y Tinasha en este punto, serian borrados de la existencia.

Incluso pensarlo siquiera un poco, hacia temblar a Laplace.

Todos entendieron eso, por lo que los arlequines se tomaron su tiempo, tal como ordenó Yuki. Pero luego, Yuki les informó de un problema.

"Bueno, respecto a eso, creo que eso se ha vuelto un poco difícil para nosotros también", dijo Yuki.

"... ¿A qué te refieres?"

"Fue el propio Arnos quien me dio esta espada y una fuerza increíblemente inmensa, por lo que creo que confía plenamente en mi y por alguna razón no quiero decepcionar sus expectativas. Pero Tinasha sospecha de nosotros, en especial de mi... posiblemente no le agrada la idea de que traicionemos la confianza que el Rey Demonio de la Tiranía a depositado sobre nosotros".

"¿Qué? Espera, ¿hiciste algo para que desconfiaran de nosotros?" Pregunto Laplace.

"¡Oh, no seas tonto, Laplace! ¡A diferencia de ti, la jefa nunca cometería un error como ese!"

Novela Web de Yo en Tensei Shitara Slime Datta Ken (Finalizada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora