3.

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Charles masajeó el cabello de su esposo una última vez mientras Erik lanzaba su camiseta al suelo.

—Son monstruos, Charles. No les importa quién acabe dañado en sus jugarretas. No logro comprenderlo.

Erik se veía lo suficientemente heridos como para que su esposo no quisiera contradecirlo. La corriente que le recorrió todo el cuerpo, parecía haberle quemado algunas partes de la piel, sin embargo fue mínimo. Nada que él no pudiese manejar.

A Erik realmente no le interesaba el daño físico, le dolía sentir que si algo iba mal con sus pequeños, era su culpa. Tal vez el no haber sanado completamente su niño interior al haber decidido criar con Charles, no le permitía educar buenos niños...

—Es mi culpa. — dijo mientras observaba a su esposo curarle algunas quemaduras. — no he sido un buen padre, no he sanado lo suficiente como para poder educarlos de buena manera y sé que debí...

—Erik... — dijo Charles tomando el rostro de su esposo. — deja de juzgarte, realmente no es tu culpa.

—¿Y entonces de quién, Charles? Eres increíble con ellos, y no parecen darte problemas, pero cuando se trata de mí...

—Se sienten más cómodos contigo, Erik. Llevo años siendo educador y conozco como funciona, se comportan conmigo, pero no es porque me amen más o me respeten de otra manera. Confían en ti, se sienten libres y es el motivo por el que...

—¡Pues no lo veo así!

El pelirrojo parecía realmente molesto, sentía que Charles intentaba manipularlo, pero lo que no sabía es que si su esposo realmente hubiese querido convencerlo de algo, no habría intentado ningún truco mental.

Bastaba con que el bajito hiciera un puchero y un poco de palabras dulces bien encaminadas para convencer a Erik de actuar en su favor, pero este no era el caso. No quería eso.

—Erik, baja la voz. — pidió Charles observando a su marido bastante alterado.

La piel rojiza y escamosa sólo lograba ponerlo más irritable que antes, no se sentía cómodo con nada de lo que estaba ocurriendo en su vida actualmente.

—No quiero ser un mal padre.

Erik dejó caer aquellas palabras para que su esposo le dijera que podía mejorar, ayudarlo a mejorar sería una idea excelente, pero Charles contestó de tal manera que las esperanzas del pelirrojo se escaparon de sus manos.

—No eres un mal padre.

—No lo entiendes.

El mayor salió de la habitación con lágrimas atoradas en las pestañas, intentaba relajarse.

Le había relegado demasiado el trabajo familiar a Charles, no había logrado enfocarse y aquello lo estaba matando. Buscaba una explicación, un momento exacto para saber cuándo. Cuándo ha fallado. En qué momento.

¿Por qué? ¿Por qué no podía cumplir el sueño de aquél pequeño que vio morir a su madre?

Quiso ser un buen padre. Ese era el propósito para aceptar el deseo que Charles tenía sobre tener una gran familia.

Erik siempre tuvo miedo, pero el amor por sus hijos era enorme, tanto que nublaba el temor que se le metía por los poros.

Charles se puso de pie avanzando a paso lento, la columna seguía matándolo. Necesitaba encontrar un tratamiento nuevo, o de lo contrario seguramente perdería la movilidad para evitar el dolor tan punzante que últimamente sentía...

Aunque esta vez era diferente.

Muy diferente.

Su columna punzaba desde la zona lumbar hasta la cervical, pinchazos de electricidad que no daban fin y no lo dejaban enderezar la espalda.

Once upon a time [Cherik - Wandanat]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora