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Narrador omnisciente.

Mientras Charles se dedicaba a meditar sobre su siguiente movimiento, su esposo, Erik, estaba concentrado en desconcentrar al hombre de cabello largo.

—Que lindos ojos. — murmuró.

—Gracias.

Un rápido movimiento hizo que Erik volviera la mirada al tablero. Ambos parecían atrapados en esta rutina, pero de ninguna manera aquello se volvía realmente repetitivo.

El disfrute de ambos comenzaba en las miradas, provocaciones y caricias que ambos hombres se propinaban intentando ser el ganador de la partida.

—¿Crees que hoy podrás conmigo, Erik Lehnsherr? — preguntó un burlón Charles – Xavier.

—Lehnsherr–Xavier, pequeña rata. — sonrió con coquetería el mayor mientras se robaba una pieza de su esposo. — Ups.

—Suerte de principiante.

—Que mal perdedor.

—¿Lo dice quien no dejó de intentar ganar una guerra perdida? — insistió Charles peinando su melena.

Ambos se observaron fijamente sin ningún tipo de intención por apartar la mirada.

El mayor se moría por besar a su esposo, lo volvía loco la manera en que podía restregarle en la cara los conflictos y la manera en la que él fue el ganador de aquello, el egocentrismo de Charles–Xavier y la forma pícara en que solía demostrar ser un hombre inteligente simplemente parecían tener un efecto profundo en la cordura de Erik, es por eso que había decidido formar una familia con él.

—¡Que no es justo, que he llegado antes! — chilló una voz pequeña entrando en casa.

—¡Que no, Peter, que he sido yo!

—¡Wanda! A que he sido yo. — insistió lanzando su bolso al suelo.

—¡Otra vez!

—¡Bien! Ven, Wanda. Sostendrás los bolsos.

—¡Que no, que me he cansado!

Los tres niños de ocho años parecían molestos unos con otros.

—¡Que mala hermana, Wanda!

—¡Sí, Wanda, que mala persona!

—¡Pues no me importa! — insistió la pequeña castaña y subió las escaleras rápidamente.

—¡A que llego primero! — gritó Peter.

—¡A que yo llego primero! — contestó su hermano.

Ambos muchachos corrieron escaleras arriba dejando una ventisca que azotó los cuadros de la pared junto a la escalera.

El más grande de los padres dejó ir un suspiro mientras rascaba su barba de tres días.

—Hoy es tu turno para llevarlos al baño. — dijo Charles antes de que su esposo siquiera se atreviera a poner aquellos ojitos de cachorro desentendido. — me encargaré de sus tareas después de la cena, ve y verifica que todos se den un baño.

—¿Debo ir?

Charles no dijo nada más, se puso de pie con ayuda de su bastón compañero y se dio media vuelta.

"Ve ahora mismo" mencionó telepáticamente a su esposo quien maldijo el momento en que decidió que un telépata era un buen partido.

Sus pies lo hicieron avanzar sin que realmente él quisiera ir.

La partenidad para los Lehnsherr – Xavier lo era todo. Desde que supieron de la posibilidad de mezclar su genética y crear a un pequeñín que fuese la mitad de ambos, aceptaron aquella aventura con un entusiasmo palpable, lo que ocasionó que fuesen muy queridos dentro de la escuela Xavier.

Once upon a time [Cherik - Wandanat]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora