2.2 Lentamente Rindiéndome Ante Ti

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Nota de traductora:

¡Hola de nuevo! Mil disculpas por la demora, los exámenes de mitad de semestre estuvieron brutales, pero aquí les traigo la segunda parte. Se agradecen comentarios y que compartan  ¡Más notas y anuncios al final, disfruten!

Link del capítulo en su idioma original en el anterior cap.

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El resto del día fue insufrible.

Le revoloteaban mariposas en el estómago. Le ardían las orejas cada vez que pensaba en lo ocurrido en la mañana, y el pensar en el futuro –

El futuro era impensable.

No se podía concentrar en la correspondencia del día, a pesar de que tenía deberes que atender como el... como el esposo de Zewu-Jun. Su mente le seguía arrojando fragmentos de aquella noche, de su primera noche, pidiendo saber si esta noche sería igual.

Dioses, ¿por qué se rindió? ¿Por qué le dejó saber a Lan Xichen cuánto le había gustado? Su esposo era generoso de por sí, y la primera noche era lo que la tradición dictaba, pero hacerlo de nuevo era una indulgencia, otra obligación –

No se veía obligado, cuando te miraba, dijo una voz en su cabeza. La voz era débil; insistente; no la había escuchado tan seguido antes. Se veía complacido.

Jiang Cheng se animó con eso, un poco, a pesar de la duda. Después de todo, ¿acaso la mayoría no disfruta hacer el amor? Y Lan Xichen sólo podría obtenerlo con él, ahora que están casados. ¿Seguramente preferiría hacerlo con él, a no hacerlo en absoluto? Tal vez estaría ansioso por ello, después de todo este tiempo; tal vez incluso impaciente –

Jiang Cheng movió toda la pila de papeles en su escritorio a un lado, escondió su cara en sus manos y gruñó.

Cuando estaba de este humor, usualmente practicaba con la espada o el arco, pero en este momento no podría soportar ser menos que perfecto en nada. No quería recordar la ausencia de su núcleo. Y cuando mentalizó uno de los mantras de los Lan, una estrofa del Muro de Disciplina, le recordó a lo último que le dijo Lan Xichen.

Hacen que el romperlas sea más emocionante...

Al final hizo copias de los textos usados en las clases anuales de los Lan. Mucho de la vieja librería se había quemado en la guerra, y estaba cansado de que los estudiantes se peleen al compartir las pocas copias existentes. Se quejaban de que no podían leer por encima del hombro de sus compañeros; que no habían tenido el libro lo suficiente para aprender las lecciones; que las copias nuevas no se podían leer bien por haber sido hechas al apuro. Bueno, ¡que digan que el esposo del Lord tiene mala caligrafía, si se atreven! Dejando de lado que su mano le temblaba de los nervios.

Cuando cayó la tarde, nunca antes había estado tan agradecido por la regla del silencio en las comidas de los Lan. Estaba seguro que sólo tendría palabrotas para quien sea que le hablara, y ¿a saber qué tipo de palabras tendría Lan Xichen para él? Su esposo tomó su asiento en la cabecera de la mesa, como siempre, y le sirvió arroz a Jiang Cheng a su derecha y a su tío a su izquierda, como siempre lo hacía, y le alcanzó a Jiang Cheng sus platillos de acompañamiento favoritos, como todos los días.

Su meñique trazó un camino por el dorso de la mano de Jiang Cheng al terminar. ¿Siempre hacía eso? Jiang Cheng no podía recordar. Se maldijo por su falta de atención, en estas semanas que había pasado tratando de no desearlo. Lan Xichen bajó la mirada y sonrió. Eso podía significar lo que sea.

Cuando acabó la cena, Lan Xichen se quedó en la mesa para hablar en voz baja con otros discípulos, pero Jiang Cheng escapó tan pronto pudo. Ven a mí esta noche, cuando sea la hora de dormir. Necesitaba un momento para recobrar el aliento.

He Dejado el Hogar que Conozco [Xicheng]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora