4. Tormento

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¡Hola! Aquí el nuevo capítulo en tiempo récord. Al final más notas, espero les guste 😊

Mandémosle algo de amor a la autora original, link del capítulo en inglés aquí:

https://archiveofourown.org/works/29096127

Tags de la autora original:

-Edging, -dinámicas d/s, -declaraciones de amor, -angst, -cicatrices, -violencia típica del canon, -descripción de tortura en el pasado, -adoración del cuerpo, -matrimonio arreglado, -mal uso de las reglas con fines sexys, pero incluso más esta vez

Resumen:

"Me desnudaron," dijo Jiang Cheng, "y me hicieron recostarme, y amarraron mis manos y pies. Nunca me había quitado la ropa frente a nadie más que mi hermano y hermana, y no lo he hecho desde entonces. Y luego... tenían el látigo. Uno de ellos lo dejó colgando para lo que lo viera."

Pausó, miró hacia abajo y a un lado. Por un instante su rostro pareció suavizarse.

"Traté de estar callado," dijo. "No había nada más que hacer, después de todo. Y por como tres latigazos, lo estuve."

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"Un poco más," dijo Lan Xichen. "Aguanta sólo un poquito más."

"Quiero – oh, rayos – Quiero – "

Jiang Cheng tenía la cabeza hacia atrás, su cuello indefenso expuesto mientras jadeaba. Su expresión parecía más de agonía que de éxtasis. El sudor brillaba en su piel y su cabello se pegaba a su rostro como listones oscuros.

"Quieres, y eres tan hermoso cuando quieres. ¿Podrás seguir 'queriendo' para mí, sólo un poco más?"

"Oh, déjame venirme, déjame – "

Lan Xichen tenía una mano metida dentro de las túnicas de Jiang Cheng, masajeándole despacio, apenas suficiente.

"¿Sabes lo que yo quiero?" le susurró. "Quiero seguir viéndote así. Cuando estás más hermoso. Por sólo un momento más."

Jiang Cheng jadeó. Lan Xichen sabía que no estaba jugando justo. Jiang Cheng haría cualquier cosa para ganarse un cumplido sincero. Y Lan Xichen hubiera estado dispuesto a halagarlo mucho más seguido de lo que ya lo hacía, pero era más fácil para Jiang Cheng creen en los elogios que ganaba tras esforzarse. Así que tal vez era para el bien de los dos llevarlo al límite, y luego elogiarlo mientras lo mantenía al borde.

"Un minuto," dijo. "Puedes darme un minuto más."

La expresión en el rostro de Jiang Cheng era preciosa. En todo su desespero, se mostraba resignado. Sabía que iba a hacer exactamente lo que le pedía Lan Xichen.

"Bueno," dijo entrecortadamente. "Sí. Sí."

Lan Xichen lo masajeó, observando su rostro. Aquellas afiladas, esculpidas facciones, retorcidas con deseo.

"Cuenta el tiempo," susurró. "La novena estrofa."

En los Recesos de las Nubes, el lento pasar de las horas se calculaba con el caer de la ceniza de los palos de incienso. Para periodos más cortos de tiempo, hicieron un mantra con la Pared de Disciplina. Tres estrofas de diez reglas para cocinar fideos; seis estrofas para enfriar hierro forjado en agua; nueve estrofas para hervir seda. La Pared regulaba sus vidas en todo sentido.

"Mantén tu autodisciplina," susurró Jiang Cheng. Listó las disciplinas rítmicamente, sin apuro a pesar de todo. "No seas promiscuo. No disfrutes en exceso. No te hundas en los lujos y el placer. Entrena el cuerpo y la mente. Evita los malos hábitos. Se estricto contigo mismo. Ten compasión por los demás. No mantengas rencores. Ama a todos los seres."

He Dejado el Hogar que Conozco [Xicheng]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora