Capítulo 14

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- ¿En dónde estoy? -me pregunté a mi misma al despertar en una habitación oscura, apenas podían verse unos rayos de sol entrar por el la pequeña ventana.

Me senté con algo de dificultad, aún me dolía el cuerpo, pude darme cuenta qué había estado acostada en un pequeño colchón en el suelo.

Aún traía la pillama, podía ver las marcas ahora en un tono morado del cinturón en mis piernas y brazos, una de mis muñecas tenía la marca de sus dedos.

Esto pasó apenas hace tres días.

- ¿Que significa esto? -preguntó acercándose a mí mientras yo bajaba más la cabeza.

- No es lo que parece -dije en un susurró.

- Yo se lo qué parece -dijo.

Al ver cómo empezó a quitarse el cinturón me altere al punto de querer correr pero mi cuerpo no respondía.

No...

No de nuevo...

Cuando mi cuerpo por fin pudo reaccionar intente moverme pero el me tomo de la muñeca fuertemente tirandome al sofá.

Intenté detenerlo, intente explicarle más el solo seguía golpeándome, cada azote era más fuerte con el otro, inclusive llegó a golpearme el rostro.

¿La razón?

Mi labio roto, creyó que lo había hecho un chico.

«Eres una cualquiera»

«Saliste igual a tu madre»

«Debiste de morir junto a ella»

Me puse de pie caminando hacia la puerta que había, al poner la mano en la manija he intentar abrirla esta no se abrió, tenía seguro.

Volví a sentarme pero está vez en el suelo alado de la puerta, la habitación era pequeña y oscura, tenía humedad, era poca la luz que había.

No recuerdo mucho del como llegué aquí, solo recuerdo haber sentido algo cubrir mi boca y caer dormida.
No tenía caso gritar o algo haci, solo sería perder el tiempo.

No sé cuánto llevo aquí, no se porqué estoy aquí, pero seguro tiene algo que ver con mi padre, lo único qué se es que es de día y no tengo como escapar además de no tener fuerzas ni ánimos.

Escuché pasos venir hacia mi dirrección, no me moví solo me quedé quieta en mi lugar abrazando mis piernas con estás en mi pecho.
Escuché como empezaron a abrir la puerta, cuándo esta se abrió pude ver la espalda de un hombre luego pude ver su rostro.

- Despertaste -dijo cerrando la puerta.

No dije nada y el no tardo en ponerse frente a mí en cuclillas viéndome.

- ¿No tienes preguntas? -dijo- ¿Del por qué estás aquí? ¿Por qué tú?

- Sabía que no debía confiar en nadie -susurré sin verlo- ¿Qué ganaría preguntando el porqué? Se cada respuesta a mis preguntas -levanté mi mirada para verlo- no ganaré nada desesperandome.

- Es algo que tenías qué haber aprendido mejor -dijo con intenciones de tocar mi cabeza pero la aparte ligeramente.

- No me toques -susurré.

- Lo siento Yang Mi.

- No digas cosas que no sientes de verdad, por favor quiero estar sola.

Escuché como suspiro para ponerse de pie y salir de la habitación cerrando la puerta con llave.

- Jung Hyun...

Nunca confíes en las personas...

{...}

Cuatro días...

Eso llevo aquí.

- Yang Mi, tienes qué comer -dijo el chico aún frente a mí con un sándwich- no has comido desde que estás aquí.

- ¿Para qué? A ya, tienes que mantenerme viva o no valgo, pero para tu información no ganarás nada teniendome aquí.

La puerta se abrió fuertemente casi golpeándome de no ser por el chico frente a mí que la detuvo con su brazo.

- Al fin veo a la tal Yang Mi -dijo un chico viéndome con detenimiento y con una sonrisa escalofriante.

- Jae Min largo de aquí -dijo con voz sería viéndolo poniéndose de pie.

- ¿Por qué? Quiero ver a la chica por la cual aún su padre no a querido ni saber si está viva -dijo pero siendo sincera no sentí nada al escuchar esas palabras.

- Jae Min...

- Pensé qué habías dicho que era una chica bastante obediente pero al parecer hay que domarla.

Vi como su mano empezaba a acercarse a mi pero la mano de Jung Hyun lo detuvo con fuerza.

- No la toques.

- No ganarán nada conmigo -dije levantando la para verlo y ellos a mí- no le importó en lo absoluto haci que lo más fácil sería deshacerse de mí qué estar esperando algo que nunca llegará.

- Si ese es el caso -dijo sacando un arma de detrás de su espalda y no tardo en apuntarme- debemos sacar la basura.

No me moví solo me le quede viendo hasta que la misma mano volvió a detenerlo.

- Deja las estupideces Jae Min -dijo quitándole su arma de manera brusca- si le haces algo sabes que te mataré.

El chico solo río mientras rascaba su cabeza con una de sus manos.

- No te enojes, solo estoy jugando ¡Nos vemos después Yang Mi! -gritó saliendo de la habitación.

Ese tipo está loco.

- ¿Por qué? -pregunté viéndolo a los ojos- ¿Por qué no dejas qué me mate? Quiero morir...

- Yo no dejaré qué mueras -dijo viéndome por unos segundos antes de salir de la habitación.

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"Mafia" «Jungkook»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora