Capitulo 12

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El frio invierno llego al bosque de avellanos. Los árboles desnudaron sus ramas, que se quedaron esqueléticas y frías, mientras la escarcha colgaba ahorcada de ellas... El suelo se cubría de un manto de nieve blanca y limpia, solo marcado por las huellas de los animales que no habían emigrado, como ciervos o zorros. Las hojas del otoño habían sido cubiertas por la nieve, y el bosque se había transformado de un colorido y hermoso paisaje lleno de los dorados colores del otoño y el verano, a un frío ambiente blanco y gélido, donde predominaban el blanco y el negro, casi haciendo parecer el bosque un lienzo con solo trazos de contorno, pero surgían a veces frutos rojos que aún permanecen en los arbustos, sirviéndole de comer a los animales y aves que aún permanecen.

No había dejado de nevar durante días atrás, los gemelos se habían tenido que quedar en casa mientras veían nevar intensamente en la calle. Los prisioneros de guerra estaban condenados a vivir refugiados del frío en miserables chozas, muchos de ellos habían muerto de frío, enfermos o de hambre... Sus cadáveres habían sido arrojados a los perros como alimento, para ahorrarse el esfuerzo de enterrarles.

Arnold y Peter mientras tanto, vivían cómodos y calentitos en su gran hogar, con comida caliente siempre que lo desearan, chocolate caliente y churros si lo deseaban. Con fuego en la chimenea siempre encendido para calentar el hogar, mantas forradas con nórdicos y ropa de abrigo para toda la temporada.

Todd ya casi se había recuperado de la batalla, y mientras seguía en reposo, el abuelo Volker continuaba ayudando a Leda a cuidar de los gemelos. Podía pasar horas contándoles experiencias, aventuras y travesuras que experimentaron de mozo, mientras la niñera y los niños le escuchaban atentamente, interesados ​​mientras comían galletas y descansaban entre las mantas del sofá.

Una buena mañana de invierno, los gemelos, Leda y el abuelo Volker salieron a jugar a la nieve. Volker construyó un fuerte de nieve y rocas y lo usó como trinchera para esconderse de los ataques de bolas de nieve de sus nietos, que fueron apoyados por Leda.

Las calles se habían llenado de niños y adultos jóvenes dispuestos a depender de la nieve, y aunque al principio sólo se daban guerras individuales, los fuertes fueron uniéndose los unos con los otros hasta convertir el patio común del pueblo en un humilde campo de batalla de nieve, liderado uno por Volker y el otro por Leda y los gemelos.

Fueron horas las que pasaron hasta que la batalla de nieve cesó, y los pequeños tuvieron que irse a dormir, pues la noche ya había caído y era la hora de descansar. Estaban listos para otra mañana divirtiéndose juntos en la nieve ¿Con más bolas de nieve? ¿Con trineos? ¿Con muñecos de nieve...?

...

A la mañana siguiente la nieve continuaba en el bosque, lista para que los lugareños continuaran con sus juegos invernales mientras los prisioneros limpiaban la nieve de los campos, la quitaban de los caminos y seguían teniendo bajo las brisas del invierno, que rebotaba por sus débiles y miserables cuerpos y resonaba en sus huesos como las teclas de un órgano... Que tocaría la muerte cuando el viento les llevara allá donde no siguieran ocultar...

Peter y Arnold habían sido prácticamente educados para ignorar a los prisioneros y fin simplementegir que no existían, mientras eran conscientes de que estaban allí, pasando y trabajando para ellos. Esa mañana, Volker y Todd se quedaron en casa a charlar mientras Leda y los niños, acompañados por Giovanni y Naoki, salían a jugar a la nieve como siempre.

Pasaron toda la mañana jugando con nieve, hielo, carámbanos y todo lo que pudimos encontrar, realmente se divirtieron. Todo cambió cuando llegó a casa en la hora de comer, pues había un coche negro grande y lujoso en la entrada de la casa, y no era el coche que había traído al Abuelo Volker... ¿Quién sería?

PeterWhere stories live. Discover now