SETH

16 2 0
                                    

Miércoles, 10:00 am

Mis brazos estaban bajo la cabeza de Lisa que dormía plácidamente en ella como si fuera su maldita almohada, la miré incrédulo aún pensando en cómo diablos una chica que era relativamente tranquila se dejó influenciar por mi, mi oscuridad dándole brillo a su vida, quien diría que cogería de la manera que lo hacía, no imaginé jamás que sabría darme tanto placer aún siendo una virgen sin experiencia.

Moví mi brazo lentamente esperando que no despertara con el movimiento, por suerte tenía el sueño lo suficientemente pesado para no sentir mis movimientos ni los de la cama.

Fui directo al baño para tomar una ducha fría antes de tomar mis cosas para salir a verme con un empresario, el señor tenía poder sobre dos empresas grandes con mucho poder, una manejaba los medios, las revistas, periódicos y la televisión eran su fuerte, por otro lado tenía la empresa de bienes raíces, sus terrenos estaban por toda la ciudad y por muchas ciudades más, era increíble la expansión que logró.

Quedamos de vernos en una de sus mansiones, la casa estaba repleta de lujos, oro y diamantes por donde volteaba. Admito que tenía buenos gustos.

-Pase, el señor lo espera- me guió uno de sus empleados.

Nuestra idea era hacernos socios del hombre, tenía poder, casas y mucha información, pero sobre todo, tenía ansias de más dinero. Tenía una esposa bastante caprichosa y una estúpida hija que cada vez que la trataba sentia como me aplastaba las bolas, era tan estúpida y infantil.

El pasillo por el que me llevo el sirviente estaba lleno de cuadros de su familia, algunas fotos de mujeres desnudas y mucho oro, los cuadros estaban hechos de oro puro.

-Seth, me alegra que hayas venido- Mario se levanta de su asiento para saludarme.

-Igualmente, Mario- le devuelvo el saludo y tomamos asiento frente a frente.

-¿Quieres algo de beber? Tengo un vino que me regalaron- lame sus labios- delicioso, ¿gustas?

-Sí, gracias.

-Bien, no estamos aquí para beber vino ¿o sí?

-No, es claro que no- adopto una posición más recta- Esto es así, tú tienes dinero y poder, nosotros también, pero sabemos que necesitas más dinero y para eso estoy aquí hoy, mi padre y yo queremos que te asocies con nosotros, habrán más beneficios que desventajas- tomo la copa de vino que me ofrece el empleado tomando un pequeño sorbo- el dinero aumentaría para ambas partes y los clientes también, tendrías más compras de casas por parte de nuestro lado, recientemente hemos tenido escasez de terrenos donde instalarnos y aliarnos contigo nos vendría de maravilla, además ganarías con el hecho de tener entrevistas privadas con nuestra agencia- suspiré fingiendo preocupación- ambos sabemos que no es fácil conseguir entrevistas con nosotros y que tú seas uno de los pocos, lanzaría a la cima a tu empresa.

-¿Qué ha dicho tu padre?- sus ojos estaban fijos en su copa de vino.

-Está emocionado por nuestra asociación, Mario, pero si gustas podemos reunirnos todos y platicar mejor, Agatha estaría encantada de platicarnos los beneficios para ambas empresas.

-Quiero reunirme con tu padre, me gustaría que charlaramos los tres y ver si tu padre tiene más propuestas para mí- sonríe.

-Claro, es más, podemos llamarlo justo ahora ¿te parece bien?- meto la mano en mi bolsillo sacando mi celular.

-Me parece genial.

-De acuerdo...- llamo al número de la oficina de mi padre hasta que hay respuestas.

-Buenas tardes, Empresas Hoffmann Y Asociados, en que podemos ayudarle?

-Habla Seth Hoffman, quiero hablar con Anton- respondo.

DULCE RENCORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora