CAPÍTULO 4.

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Después del pequeño disgusto que tuvimos con el albúm familiar regresó con las pastillas, me las entregó para tomarlas pero no sabia que yo no podía tomar pastillas.

-Bien, toma esa pastilla y hará efecto para el dolor de cabeza- me entregó una pastilla bastante grande.

-No puedo.

-¿De qué hablas?

-Yo... no se tomar pastillas enteras- jugaba con mi camisa apenada por el hecho.

Se empezó a reír como si le hubiera contado el chiste más estúpido de la vida hasta que a los segundos me miró a los ojos y notó que no era una broma.

-No es... ¿broma?- su postura cambió de una tranquila a una más seria y recta- ¿En serio?

-Sí, en serio.

-Mierda, pues vas a tener que aprender ahora porque la tienes que tomar si o si.

-Pero es que no puedo!

-Tienes que poder, asi que preparate.

-¿Para qu- no terminé la frase cuando Seth se subió arriba de mí y me tomó de las mejillas intentando forzar mi boca a abrirse y poner la pastilla dentro.

-Abre, mientras más rápido me obedezcas más rápido me quito de encima- acercaba la pastilla a mi boca pero yo me retorcia bajo él impidiendo que déjara caer la medicina.

-BÁJATE DE MÍ, ANIMAL!- pataleaba como podía bajo de él pero no servía de nada, era más grande y pesado que yo.

-No hasta que abras la maldita boca.

-Que te bajes te digo, Seth!

-No me molesta estar así, ¿sabes? Tú decides- cruzó sus brazos en su pecho.

-Bien, me alegra que pienses así, porque no tomaré nada.

-Bien, me pondré cómodo- se sentó sobre mis piernas impidiendo que me pare pero por lo menos dandóme movimiento en la parte superior, aunque admito que pesaba más de lo que pensaba.

Pasaron algunos minutos más y yo estaba firme en mi desición de no tomar nada, la última vez que me tragué una entera casi moría ahogada, asi que no me pienso arriesgar. Seth estaba sentado muy cómodo en mis muslos con su teléfono viendo no se qué, pero yo ya estaba dejando de sentir las piernas por la presión.

-¿Ya te quitarás de encima?

-Ya te lo dije, mientras no te tomes la pastilla no me quito- seguía con la vista fija en el aparato.

-Quítate Seth, te lo advierto.

Me miró a los ojos fijamente- ¿O qué? ¿Me vas a quitar tú?

-Yo...

Dejó el teléfono de lado y se abalanzó sobre mí quedando a unos centimetros de mi cara- ¿Qué harás, Lisa?

-Yo te...

-¿Qué?- se acercó aún más casi rozando mis labios- ¿Me besarás?- dijo en un susurro.

Inconscientemente abrí lentamente la boca esperando impacientemente ese beso.

-O prefieres... esto?- sentí su mano empezando a subir y acariciar mi cintura y espalda, con cada roce de su mano a mi espalda se arqueaba mandando corrientes electricas a todo mi cuerpo, incluyendo mis pezones los cuales se empezaban a resaltar sobre mi blusa.

-Carajo- su pecho rozaba con el mío por lo cual sintió la reaccion que tuvo mi cuerpo- ¿desde cuando ansiabas mi tacto, Lis?

-Cállate- mi voz salía temblorosa.

DULCE RENCORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora