Parte sin título 5

1.1K 19 0
                                    

Empecé a preparar la cena y él mientras veía la televisión atentamente. Cenamos los dos juntos como si fuéramos marido y mujer y aquella situación me atraía. Siempre también había soñado con ser algún día la ama de casa, encargada de la limpieza y del hogar, que espera la llegada de su hombre, del rey de la casa, al que debía atender con dulzura y encanto, en todo lo que él pidiera.

Él de vez en cuando, me tocaba y me abrazaba, manteniendo conmigo una fluida conversación, que me hacía ponerme muy sensual, ya que durante la charla se interesó por mí, al preguntarme:

- Desde cuando te sientes mujer?

- Y eso que importa ahora, me siento mujer y ya está -contesté.

- Seguro que desde siempre y seguro que has tenido engañados a tus padres, mis buenos amigos Juan y Soledad, quienes ignoran tus preferencias y deseos. ¿Verdad? -dijo Armando.

- Y qué más da Armando. Lo importante que estoy aquí ahora contigo y que ya no soy Juanito, si no una linda mujer a la que tienes a tu disposición...-contesté.

- Con cuantos has estado antes de estar conmigo? me preguntó Armando.

- Tú eres el primero -contesté.

- No me lo creo. ¿Nunca has comido un rabo?, no me lo puedo creer..., si lo haces mejor que una puta profesional..., yo he estado con muchas que no me han dado el gusto que tú me acabas de dar..., se ve que es algo que llevas innato, ... ¿nunca estuviste con un hombre? -Volvió a preguntarme.

-Te he dicho nunca, Armando, y nunca es nunca..., la primera pija que he tenido en mis manos, ha sido la tuya..., jamás había tocado un trocito de carne tan rico y menos lamerlo. -le contesté.

- ¿Ni con mariconas como tú? Insistió.

- Te he dicho que no. Ni con travestis, ni con ningún hombre, ni con ninguna mujer, ni con mariconas como yo, como tú dices. Soy virgen en todo y por todo cielo. -Contesté.

Armando abrazándome por la cintura y poniendo una de sus manos sobre mi entrepierna, dijo:

- Sabes.., como mujer eres maravillosa y me gustaría tenerte a mi lado para siempre, he pensado que no volverás a pisar más el bar para poner copas a nadie, tú las copas que pongas de ahora en adelante, solo me las pondrás a mi, a tu hombre, a tu marido, a tu chulazo, yo te mantendré y no te faltará nunca de nada, permanecerás aquí en mi casa hasta que vuelva Adela del pueblo, después, alquilaré un apartamento para ti, donde te visitaré y estaré contigo, ¿Qué te parece?

- Ser mujer es algo que siempre he tenido en mente y por eso decidí venir a Madrid..., pero tan joven atarme ya a un hombre no era la idea que yo tenía - contesté.

Aquello no le gustó para nada. Me soltó enseguida, enfadándose mucho y subiendo el tono de voz, volvió a salirle el macho duro que llevaba dentro y que a mí, en el fondo, me ponía muy perra y dijo:

- Tu harás lo que yo te mande..., ¿enterada?, ¿no te ha gustado como te he follado esa linda y sabrosa boquita que tienes? ..., Tú vas a ser mi mujer..., bueno mejor dicho mi querida, mi putita, puesto que a Adela no puedo dejarla a estas alturas de mi vida..., estarás ahí siempre para cuando yo desee estar contigo..., usarte, quieras o no..., ¿Te enteras? ..., así que ya lo sabes...

- Pero Armando, yo soy muy joven aún y no me puedo atar a una relación como la que me estas proponiendo, lo debes de comprender -replique.

- Tu harás lo que yo diga...- añadió Armando-, serás mi mujer en la calle cuando quiera llevarte por ahí de paseo..., mi esclava en mi casa para tenerla limpia y preparar de comer... y mi putita en mi cama y si quieres volar vuela..., pero serás para siempre la maricona de nuestro pueblo y tus padres, lo pasaran seguro peor que tú..., cuando vean tus fotos y videos comiéndome la polla..., cuando te vean babear mí lefa y saborearla..., ¿lo has comprendido?..., así que tu verás...., bueno..., cambiando de tema, siempre no puedo estar llamándote puta o putita..., que nombre utilizas cuando te reencarnas en ?.

- Y eso que es? exclamé yo.

- Tía burraca..., hay que ir cultivándose un poquito. Te he dicho que me digas como te llamas cuando te reencarnas en chica. -Dijo Armando dándoselas de ilustrado.

- No suelo utilizar ningún nombre...-contesté haciéndome la enfadada.

- Pues serás de las pocas, todas las maricas locas como tú, tienen uno...y ¿cómo te gustaría llamarte? -dijo Armando.

- Me da igual..., llámame como tú quieras, ¿no te pertenezco?, pues ponme el nombre que desees como si fuera tu esclava...- respondí yo.

Enseguida Armando contesto:

- No pretendo tener una esclava..., deseo tener una mujer como me gustan que sean las mujeres..., de las de toda la vida..., yo creo que a vosotras también os gusta el trato áspero y duro..., lo sé por Adela y otras mujeres a las que he tratado....

Volvió a arrimarse a mí y acariciándome como si fuera una gatita, me besó en la cara y lamió mis tetitas con su lengua y después de darme un beso en la boca introduciéndome su lengua, lo que me hizo ponerme muy caliente otra vez, alisándome el cabello, me dijo:

- Anda perrita no seas así..., no te enfades bombón..., estás guapísima y te pones muy fea..., me ha encantado besarte, besas muy bien..., a ti, ¿te ha gustado?

- Sí mucho..., así me gustaría que me trataras siempre y entonces...- contesté yo.

- Entonces ¿qué? Dilo...-respondió Armando.

- No me importaría ser tu querida como tú quieres..., con derecho a pelear con Adela por ti..., pues como toda mujer, yo también quiero tener un marido y ese podrías ser tu..., -contesté.

- Tanto ¿te gusto? Me preguntó.

- Me gustas mucho y me podrías gustar más..., ahora mismo estoy muy ilusionada contigo..., es el primer hombre que conozco. -respondí viendo por su cara que le gusto mi respuesta.

Tras mi respuesta, volvió a abrazarme con fuerza y a susurrarme en el oído:

- Tú me vuelves loco zorrona..., ves si tuvieras un nombre..., no tendría que llamarte zorra...

A lo que le contesté:

- La verdad que un poco sí que me gusta que me llames zorra, furcia, puta, putita..., cuando me llamas así, algo se me estremece por dentro y me gusta...

Y enseguida me interpeló:

- Bueno está bien..., te pregunto, putón ¿cómo te gustaría que te llamara?

- Yolanda...le dije.

- Yolanda no me gusta...-dijo Armando enseguida-, te llamaras Tatiana, es un nombre que de haber tenido una hija, se lo hubiera puesto... así que Tatiana, ¿entendido?

- Sí mi amo... -le contesté, lo que no le gustó mucho por la expresión que puso en su cara y dijo:

- Déjate de coñas conmigo. Tatiana recoge la mesa y vente aquí que quiero proponerte otra cosa... ¿vale?

Hice lo que me había dicho Armando y tras pasar por el baño y acicalarme un poquito, me dirigí al salón donde se hallaba ya sentado en el sofá.

- Siéntate aquí, sobre mis piernas...-me dijo.

- Sobre tus piernas?....uiii que peligro tiene eso. -Contesté.

- Siéntate ya jodía y no hagas más el tonto... -increpó Armando.

ARMANDO ME HIZO MUJERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora