Parte sin título 6

1.1K 16 0
                                    


Estando sentada sobre sus piernas, Armando comenzó a acariciarme y a sobarme por todos lados. Me introdujo su mano bajo mi braguita y comenzó a ordeñar mi clítoris como él lo llamaba. Al rato, aquel pizarrín iba tomando forma, ya que, con las caricias y la masturbación, me estaba poniendo a mil.

Me quitó el sujetador y comenzó a lamer mis pezones, poniéndome aquellos lametones muy zorrona, como una pantera en celo. Cuando mi pollita se puso casi erecta, me mandó levantar, cosa que hice al instante y por detrás, agarró mi rabito y comenzó a estrangulármelo, como si fuera a intentar introducirlo en mi propio culo.

Al tirar hacia atrás con fuerza, aquello me producía un dolor horrible, comenzando a chillar como chilla una cerda cuando va al matadero. Lo hacía que, para evitar el dolor, me inclinara cada vez más hacia adelante, dejando mi chochete, cada vez más al descubierto.

Así cogida, osea con mi polla hacia detrás fuertemente presionado, Armando, me empujó y me hizo caminar inclinada hacia la mesa sobre la que habíamos cenado y dejando mi tronco caer sobre ella, tirándome más fuerte de mi rabo hacia detrás, se echó encima de mí, me retiró a un lado el hilo del tanga y empezó a presionar con su polla sobre mi coño.

Le suplique y resupliqué que no me follara, que no me violara, que era virgen y me iba a causar destrozos y lesiones muy importantes. A lo que contestó:

- Tu virgo, como tú, también me pertenece y por lo tanto, te voy a desvirgar ahora mismo, tengo que aprovechar el momento, eso es lo que hace un buen macho, aprovechar el momento y aprovechar la primera noche que tiene a su disposición una mujer como tú, la noche de bodas, hoy para nosotros es nuestra noche de bodas, ¿no crees...? Así que calla, disfruta si puedes y coopera para recibir mi polla..., una mujer como tú pretendes ser, estaría encantada porque la desvirgara su macho, haz lo que te digo, osea, colabora, porque en otro caso, te será más doloroso....

- Ayyyyy...., por favor no seas así de burro..., lubrícame un poquito por lo menos..., mi coño no podrá tragar a pelo ese trabuco que tú tienes ..., no podrás volver a usarme en un buen tiempo, por los desgarros..., no me hagas sufrir cariño..., por favor...., me está doliendo mucho. -clamaba y le suplicaba mientras la presión ejercida por su polla, me estaba destrozando como un cuchillo.

De improviso dio un fuerte empujón y se metió dentro de mí, yo pensé que me moría del dolor que notaba en mi coño y en todas mil nalgas, los alaridos que daba tuvieron que oírse en todo el barrio, gemía, chillaba, lloraba, me retorcía de dolor, pero él solo atendía al placer que aquel chochete nuevo le reportaba.

Una vez la tenía toda dentro de mi vagina, seguía barrenándome una vez y otra, yo totalmente vencida me deje hacer tirada sobre la mesa, lo que le servía a él, para continuar presionando fuertemente, tirando de mis hombros hacía aquella verga gorda y dura, que yo notaba como me reventaba por dentro. Agarrándome fuertemente de mis hombros y dando empujones hacia mi coño, creía que me iba a partir en dos. Yo notaba un calor sofocante, como si me hubieran metido por mi chocho un hierro ardiendo. También notaba como sus huevos daban sobre mis nalgas y como un líquido impregnaba aquella zona.

De pronto él empezó a resoplar y a dar fuertes gritos, hasta que note una gran descarga de líquido en mi vagina, mientras barrenaba más intensamente y más fuerte y después, iba bajando la intensidad. Tras saturar mi chocho con un río de leche. Armando cayó rendido sobre mis espaldas, en aquella mesa donde fui violada.

Me besaba el cuello, la nuca, la espalda y me pedía perdón por habérmelo hecho de aquella manera y alababa lo mucho que le había gustado y el placer que mí vagina le había proporcionado, llegando a decir que tenía un tesoro entre mis nalgas.

Saco su picha de mi chochete y se incorporó, ayudándome a mí a incorporarme, observando yo como su polla estaba totalmente impregnada de un líquido rojizo, semen y sangre consecuencia de mi hemorragia. Toqué mi vagina y toda la mano se me llenó de una gran cantidad de leche que salía de mi coño y también pude observar, como sangraba como una corderita. Estaba totalmente reventada.

ARMANDO ME HIZO MUJERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora