Quince

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Dedicado a Cristy

A la mañana siguiente fui a buscar a Belth a su dormitorio, la puerta estaba entreabierta, ella estaba sentada en una silla de madera y sus brazos estaban apoyados sobre una mesa de cristal grueso. Un gran número de escritos estaban colocados sobre el cristal, sostenía uno de ellos con su mano derecha. En cuanto me descubrió giro su cabeza ligeramente y me recorrió con la mirada de arriba abajo, sus ojos metálicos me hacían sentir incomoda.

—¿En qué puedo ayudarte? —volvió la vista hasta el pergamino que estaba leyendo—. No te quedes ahí parada, entra, no muerdo.

Caminé hasta donde se encontraba y me senté en frente de ella, la enorme ventana a mi espalda dejaba entrar una gran cantidad de luz, la habitación olía a humo. Todo estaba acomodado en su lugar, me sorprendía la manera en que ella a pesar de ser un ser femenino se imponía ante sus compañeros guerreros, me intrigaba la manera en que había logrado sobrevivir y tener el respeto de los demás. Un ser femenino nunca habría sido aceptado por las fuerzas armadas de Halam.

—Quiero saber sobre el constructor —tomé uno de sus escritos—. Dime todo lo que sepas de él.

—Siento decepcionarte, no sé nada, no hay información sobre de él, la mayoría de los pergaminos están escritos en un lenguaje muy antiguo, me es difícil traducirlos —me quito el pergamino de las manos y lo colocó en su lugar.

—Dime ¿por qué te caigo tan mal? —entrelace mis dedos y la mire directamente a los ojos.

—¿Quién te dijo esa mentira? —me sostuvo la mirada—. Haces deducciones en el aire.

Trague saliva sin dejar de mirarla. Ella volvió la vista al escrito. Me quedé sentada por un rato observándola, era bastante incómodo. Sus acciones me decían que no me soportaba.

—Me intrigas, es solo eso. Pero si quieres podemos ser amigas. ¿Sabes leer?

—Creo que no —me sentí bastante avergonzada.

—Como gesto de buena voluntad puedo enseñarte —me regaló una sonrisa—. El padre de Arquin ha ordenado que regresemos lo antes posible a Argán, pero Arquin no quiere, de todas formas, la guerra está por terminar, ya no tenemos tropas, nuestros guerreros están recuperándose en Galafas. Puedes venir con nosotros, Loth estará feliz —me guiño un ojo.

—¿Entonces el rey negro ganará la guerra?

—Supongo que sí. Está ofreciendo tratados de paz y apoyo incondicional a los reinos que se rindan, mil años de guerra han hecho mucho daño, la mayoría de los reinos están destruidos, no hay alimento ni recursos, los sobrevivientes ruegan por la paz -dejo escapar un largo suspiro.

—¿Cómo pueden rendirse? —apreté los puños de los manos.

—Quizás sea lo mejor. Sin embargo, apoyaré a Arquin en la decisión que tomé, aún que no sea lo mejor para mí. Hay rumores de que Orquídea fue devorada por Dilrub de ser verdad Arquin no descansará hasta asegurarse de que la bestia está muerta.

—¿Dilrub, está muerta?

—No se sabe con exactitud, son los rumores que corren. Lo que sí puedo asegurarte es que el padre de Arquin no está nada contento con la desobediencia de su hijo y hará todo lo posible para hacer que acate sus órdenes —recargo su espalda sobre el respaldo de la silla.

—El padre de Arquin está del lado del rey negro.

—Es correcto, supongo que el rey negro debió de haberle ofrecido un muy buen acuerdo a cambio de que retire su apoyo a la resistencia —se levanto del asiento—. Me marcho, tengo unas diligencias que realizar, hazme un favor entregarle esto a Lalahin —me entrego un objeto envuelto por una tela blanca y brillosa—. Confió en ti. Nos vemos por la noche.

La Diosa Perdida #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora