SIETE.

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¿Café or Coffee?
-Camiseta.

Joseph.

-¿Sigues enojado?.- Es la quinta vez que Emmalin me pregunta eso, y por quinta vez no respondo.

Nos bajamos de la camioneta frente al hotel y dando un portazo camino hacia la entrada.

-Cariño.- Escucho como Viktor le habla y la detiene.-Dejalo estar y subamos a descansar.

Escucho un pero por parte de ella y sigo caminando.

Honestamente no se que hacer con ella cuando busca una manera de desahogar lo que está fecha le hace sentir.

Hoy es el día en que nuestra madre murió.

El día en que también morimos junto a ella.

Y la odio por eso.

Me siento agotado y la sien comenzó a palpitarme desde que bajé del auto. La búsqueda de Emmalin y este día en particular me hace querer estar solo y emborracharme hasta el día siguiente así que eso haré.

Me detengo frente al elevador esperando que este baje, es raro que nuestro padre no haya llamado para saber si habíamos hecho alguna compra... O por si la hemos cagado.

Mi mente regresa a la chica de aliento apestoso que me desafiaba con la mirada, Alana era su nombre.

Anoche en el evento había vistos que sus ojos eran de color cafés, pero hoy, cuando estuvo lo suficientemente cerca noté unas pequeñas manchas verdes, tenia ojos de color almendrados.

Emmaline le dió su tarjeta, me pregunto ¿Cuánto tiempo tardará en llamarla y pedirle un trabajo?.

No puedo culpar al alma caritativa de mi hermana melliza, al menos uno de los dos tenía que ser un poco más humano.

Y en el mejor de los casos, tener un alma.

Allí es cuando entro yo, alejando a todo aquel o aquella que quiera aprovecharse de su buena voluntad y bondad.

Las personas no siempre son lo que dicen ser, y no demuestran lo que realmente son.

Eso es algo que mi padre nos repite casi a diario, gracias a su experiencia con nuestra madre.

Theodore Alexandrie alias el viejo, Aka Padre, es un hombre de muy poca paciencia y mano dura.

Hasta que conoció a Meredith, nuestra madre.

Luego Meredith murió y el viejo regresó a ser quien era. Fin.

El ding del elevador me hace salir de mi cabeza y entro en el, al igual que Viktor y Emmalin, ambos están callados.

Mejor así. En estos momentos solo quiero...

-Josep.-susrra Emmalin.

Carajo.

Solo la mire frunciendole el ceño. Ella tomó mi brazo apretando mi bícep, sus ojos estaban rojizos por las lágrimas que comenzaban a acumularse en ellos.

Suspiré internamente con cansancio. No quería hacer que se cohibiera de llorar a nuestra madre.

Aquí vamos de nuevo.

-Extraño a mamá.

Y con eso rompió a llorar. La abracé, Viktor guardó silencio, pero colocó una mano en su espalda.

El ding sonó de nuevo, las puertas del elevador se abrieron mostrandonos un lujoso y alfombrado pasillo. Las Suits vip, era donde nos habíamos hospedado en este hotel, caminé con mi hermana abrazada a mi mientras Viktor nos seguía, el abrió la puerta de la habitación de ambos y entramos.

MAYBE SOME DAY...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora