OCHO

10 1 0
                                    

It's me, hi.


Joseph

La llamada telefónica es molesta, tomo mi teléfono y trato de colgar, hasta que veo el nombre del viejo. Me duele la cabeza y el estar medio borracho no ayuda, tomo la decisión de no contestar y cuelgo, lanzando el aparato de nuevo a la mesa de noche.

Bebí toda la maldita botella de whisky y luego me arrastré a la cama, soy un perdedor en estos momentos, las náuseas llegan y hago la patética carrera al baño para vomitar.

Tengo que salir de aquí.

Tomo una ducha, me visto y salgo de la habitación, camino al elevador escribo un corto mensaje a Viktor para saber de Emmalin y decirle que estaré afuera el resto de la noche.

Necesito un poco de diversión.

Mientras el elevador hace su descenso hacia el lobby la imagen de la chica, Ally, viene a mi mente.

Ella cantando esa canción, tan triste y a la vez sonriente.

Tiene una hermosa voz, no negare que es linda también. Sin embargo...

¡Ding!

Las puertas se abren e interrumpen mis pensamientos.

¿Que tienen estos elevadores?.

Son las ocho de la noche y hay mucha gente, vestidas con elegantes trajes y vestidos aún hay eventos para los inversionistas, yo por mi parte no invertiré aquí.

Algunas personas a mi alrededor me reconoce y saludan con un pequeño asentimiento.

Estúpidos.

Los ignoro y salgo afuera, hace frío y subo el cierre de mi chaqueta de cuero marrón parece que va a llover, las nubes grises manchan el cielo.

—¿Señor?.

El valet parking aparece y espera que le entregué mi ticket.

—Si. —Lo saco de mi bolsillo y se lo entrego. Espero solo un par de minutos, luego agradezco y subo a mi auto.

Está vez estaré solo, no quiero choferes o guardaespaldas, tal vez una prostituta me alivie un poco. Aunque no quiero caer tan bajo.

—...—

Llevo casi una hora conduciendo y no tengo ni puta idea a dónde ir. Hice una parada rápida y compre más whisky, no he tomado un trago de esa botella.

Aún.

¿Que?.

No me mires así, puedo llegar a ser un hombre medio responsable, además  estoy conduciendo.

Enciendo la calefacción del auto mientras comienza a llover, rápidamente las calles se mojan, las pocas personas que están afuera corren para cubrirse de la lluvia...

A excepción de una, está caminando, encorvada con los brazos cruzados al frente como si pudiera cubrirse, lleva una gorra y camisa de un espantoso verde, su mochila negra está empapada al igual que ella.

Pobrecita.

Acelero por qué no es mi problema, pero doy un vistazo al retrovisor noto que es la misma chica que cantó anoche y que cuidó a mi hermana.

MAYBE SOME DAY...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora