SEIS

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Así como puedes ser el
héroe o heroína para
alguien también puedes
ser el tuyo. Al final
todos estamos ocupados
tratando de salvarnos a
nosotros mismo.
-Vanessa ATC.

Alana.

-¿Perdón?.

El hombre que tocaba a la puerta enarcó una ceja , mientras me fruncía el ceño. Sus ojos azules tenían cierto tinte rojizo, cómo si no hubiera dormido.

-Te perdono-. Le dije. Y la sonrisa burlona de su compañero creció.- Pero no tuve nada que ver...

-Cariño.- Emmalin apareció detrás arreglándose el cabello mientras su aspecto era lindo aún siendo desaliñado. -Puedo explicarlo.

-Si.-El otro hombre se levantó del barandal de las escaleras y ya no sonreía. Era alto, Muy alto, se acercaba mientras quitaba los lentes de sol y el verde de sus ojos mostraba su enojo.-Debes explicar ¡¿por qué mierda te escapas y ni siquiera nos dices dónde vas a estár?!.

Idiota.

Era mi turno de intervenir.

-Oye tú. -La valiente Alana dando un paso al frente.-No le grites. ¿Quien te crees que eres, para venir a gritar en mi casa?. -Me detuve frente a él. Alzando un poco mi cabeza. Mi 1,73 cm no se compara con su 1,90 aproximado.

El idiota me evalua de arriba abajo enarcando una ceja de forma despectiva.

Era guapo. Muy guapo.

Cómo que muy, muy guapocaliente.

Su piel era clara, sin embargo pareciera estar un poco bronceada, sus ojos verdes era iguales a los de Emmalin, verde claros, tenían la misma nariz solo que la de él era un poco más grande, sus facciones eran casi similares pero las de el más varoniles, el color de su cabello era castaño oscuro, a diferencia de Emmalin que era negro.

¿Hermanos?. ¿Mellizos? .

-Tu aliento apesta.-Me dijo él idiota.

Espera.

Tragué un poco probando mi saliva.

Mierda tiene razón.

Jum, que más da .

Me le acerque aún más, mis pies descalzos tocando la punta de sus elegantes zapatos.

-Si, ¿Y?.-Traté de que expulsar más aliento de lo normal en esa respuesta.

Su ceño se frunció aún más y tensó su mandíbula, me fijé en sus labios y..

¿Que?.

Por si no lo sabían, tengo derecho a detallar semejante especimen de hombre caliente.

Parecían labios hechos para algo más que besar.

Él idiota no dejaba de mirarme, tratando de intimidarme, pero a estás alturas nada de eso me afecta.

Y pareció notarlo, por qué retrocedió y giró para irse, una sonrisa de victoria adornaba mi apestosa boca.

-Acabas de firmar tu sentencia de muerte.- Él otro hombre sonrió con burla mientras Emmalin le daba un manotazo.

-Mira cómo tiemblo.- Dije mientras me cruzaba de brazos.

-Alana él es mi prometido Viktor, y él que estaba aquí era mi hermano, Joseph.

-Excelente, quiero mi dinero y dormir en paz.-Entré a la casa mientras que ellos se quedaron afuera resolviendo sus asuntos.

Louis estaba sentado en el sofá adormilado, lo ayudé a levantarse y lo llevé a su habitación.

MAYBE SOME DAY...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora