Capítulo XX - Aún en acción.

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Luego de una siesta larga, el ente se despertó, estaba más felíz de lo usual pero también sabía la razón de eso. Volteó a un lado observando a su hermoso omega descansar tranquilamente.

Se decidió por levantarse para poder darse un buen baño frío, se colocó una toalla en la cintura y con eso salió de la habitación. Aún era de día por lo que faltaba para que los argentinos llegarán, así que se dirigió directamente al baño donde dejó la toalla a un lado y abrió la ducha.

Antes de meterse al agua se miró en el espejo, analizando sus colmillos los cuales ya habían regresado a la normalidad, supuso que se había pasado un poco con las mordidas que le dió al oso y que más tarde debería desinfectar las heridas que le causó.

Entró finalmente al agua, mojando su cuerpo, sintiendo como su temperatura corporal disminuía lentamente. Se perdió en sus pensamientos como solía hacerlo en cada baño, normalmente pensaría en que haría al otro día o que podría hacer para cenar pero esos pensamientos ni siquiera se le cruzaron por la cabeza esta vez.

Solo pensaba en la figura de su pareja, los ruidos que este soltó, cada movimiento, cada toque. No quería pensarlo pero ahí seguía, el agua fría daba contra su cuerpo pero este se calentaba mucho más, estaba sonrojado ante cada recuerdo.

Se mordió fuertemente el labio inferior, frotó su rostro con ambas manos intentando despejarse pero esos recuerdos tan recientes no paraban de volver. Mientras más quería olvidarlo, más pensaba en eso.

Miró a su parte baja, avergonzado de volver a estar en ese estado por pensar en su omega. Se maldecía a sí mismo por eso, soltó un suspiro acalorado y tomó su propia hombría, no sin antes cerrar el agua. Estaría ahí durante un rato.

Empezó a mover lentamente su mano, apoyando un brazo contra la pared ocultando allí mismo su rostro. La culpa lo carcomía por dentro, no quería hacerlo pero también lo necesitaba, era doloroso.

Jadeos salían de su boca sin tener control sobre ellos, cerraba los ojos reviviendo las imágenes de lo que sucedió ese mismo día. Era silencioso, no quería llegar a despertar al omega por accidente.

Lo que no sabía es que este ya se había despertado, tan cual él hizo, se colocó una toalla alrededor de su cintura. Gruñía bajito, molesto porque el francés lo dejó solo en la cama, sin dejar rastros. Según él, el europeo había huido y luego lo encararía.

Su creencia de estar solo en la casa, lo hizo abrir la puerta del baño sin pedir permiso a nadie, encontrándose con la imágen de su pareja masturbándose.

— Bueno, al menos sé que no te escapaste. — Pensó en voz alta, el fuerte aroma a excitación volvió a golpear su nariz, tragando fuertemente, ¿debía ayudarlo?

El ente hizo contacto visual con él, la mano del argentino se apretó sobre el picaporte de la puerta, dudoso pero finalmente entrando a aquella habitación.

— Spree- — El más alto quiso explicarse, estaba nervioso pero especialmente avergonzado de ser atrapado en esa situación. Aún así el contrarió lo interrumpió sin dejarlo terminar.

— ¿En que pensas? ¿O te pajeas con la mente en blanco? — Cuestionó, mientras bajaba la tapa del inodoro para sentarse sobre este, sin despegar la vista del más alto. Analizando su comportamiento, se encontraba tensó y lo sabía. — ¿Pensas en mí?

El francés trago fuertemente, quería esconderse pero no había escapatoria, soltando un suspiro derrotado. — Sí, perdón. Aún ando caliente, no- — Nuevamente fue interrumpido.

Te dije que esperarás, ahora mismo podríamos estar en la cama empezando otra ronda. — ¿Estaba siendo regañado? Vió el rostro del argentino, quién lo miraba con una sonrisa ciertamente maliciosa, sacando la toalla que rodeaba su cintura y acercándose a él por la espalda. — ¿Me necesitas, Shadoune? — ¿Su omega lo estaba dominando? Shadoune ya no era tan irracional, estaba bastante consciente de lo que hacía y de cómo Spreen lo estaba tratando.

Pasivo agresivo. - Shadreen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora