Nuevo día, nuevas aventuras, eso dirían si estuvieran simplemente explorando y no en un viaje a una mejor vida. Un viaje que ni siquiera era opción no ir, no si aún querías vivir.
El alfa y omega decidieron separarse para ver si encontraban algo de comida, estaban hambrientos y apenas quedaba un poco de comida, seguramente no duraría mucho más y todo se complicaría.
El alfa exploraba sin encontrarse con nada, no había ni pájaros cantando, tenía hambre, comería cualquier cosa que pudiera. Aún que realmente no lo necesitaba, el ser un híbrido de demonio tenía esas ventajas, podía estar mucho tiempo sin llegar a ingerir alimentos, solo que se había acostumbrado a este hábito de comer.
Por otro lado, el omega si le era necesario, necesitaba comer urgentemente, cada día que pasaba se sentía un poco más débil y eso no le gustaba. Aún seguía siendo bastante fuerte pero temía el no llegar a su objetivo por morir de hambre o alguna enfermedad.
Escuchó ruidos, como si las plantas se movieran.
“Viento.” pensó, pero poco duró aquello cuando escuchó unos pasos hacer crujir unas ramas y hojas, sin dudarlo sacó su arma y siguió caminando, yendo hacía donde provenían los ruidos.“Al fin comida, podré cazar de una vez.” Pensó nuevamente, sin saber que la presa en realidad era él.
Se movió con cuidado cuando de repente alguien se le acercó demasiado rápido como para poder hacer algo, sus manos fueron inmovilizadas.
— Pero miren a quien tenemos aquí… — Spreen gruñó al escuchar aquella voz, la voz de alguien con el que había tenido conflictos por diversas cuestiones.
— Que gede que sos chabón, ¿cómo mierda seguís vivo? — Habló molesto el omega, para luego intentar forcejear, estuvo a nada de dar una patada cuando una pierna se ubicó entre las suyas, provocando una sensación incómoda.
— 8cho, mira a quién tenemos aquí, vulnerable y solito. — Otro alfa se acercó a la escena, mirándolo con una sonrisa arrogante. Spreen otra vez gruñó esta vez mostrando sus colmillos.
— Encima atacan en manada, hijos de puta. Reborn, soltame pajero. — Exigió, rogando por que su compañero llegué a ayudarlo, lo necesitaba y justo ahora no estaba. — Son re cagones. —
— Yo no estaría tan agrandado si fuera tú, te recuerdo que estás frente a dos alfas. — Amenazó 8cho, el híbrido sintió la mirada de este mirándolo de arriba a abajo.
— ¿Tanto miedo a un omega le tienen? Si venía uno solo me lo hacía pollo. — Se quejó, nuevamente moviendo sus manos, zafando del agarre que tenía sus manos, rápidamente le dió un puñetazo al alfa que lo tenía atrapado haciendo que este retrocediera.
El híbrido apenas pudo tomó su espada y empezó a correr hacía donde vio por última vez a su compañero, rezando por encontrarlo. Escuchaba pasos detrás suyo pero era incapaz de voltear a ver, tenía miedo de que lo agarraran entre dos.
Su perdición fueron sus pies, los cuales se tropezaron con unas malezas, cayó y se levantó tan rápido como pudo pero ese tiempo bastó para que el dúo de alfas lo alcanzarán.
Ahora lo tenían atrapado contra el piso, no podía hacer casi nada en esa posición, puteaba internamente a su compañero, quería que llegara y lo ayudará a dar un combate justo.
— ¿Realmente creías que huirías? — Habló Reborn, acercándose peligrosamente al oso, quien bajó sus orejas. — Ya ni recuerdo la última vez que ví a un omega, pensé que todos estaban muertos. — Susurró mientras se acercaba al rostro del argentino.
— Déjame en paz. — Gruñó, pensando que decirle para evitar que ese alfa le haga algo. — Ya tengo un alfa, ni se te ocurra tocarme. —
— ¿Tener un alfa? ¿Tu? Es más probable que todo sea bonito de nuevo antes que eso, además… — Una mano se fue al cuellos del omega donde empezó a examinarlo, al igual que los hombros. — No hay marcá, no tienes alfa. —
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Pasivo agresivo. - Shadreen
أدب الهواةAu | Un mundo como cualquier otro, la codicia y malicia de los seres que lo habitaban provocó un desastre enorme, un castigo divino a todos, incluso a los inocentes. Todos tienen un nuevo objetivo, llegar a la tan aclamada "Tierra prometida". Adv...