Por fin lograron salir del bosque, aquel bosque que parecía infinito y en cual habían pasado numerosas cosas, se sintieron aliviados de saber que no caminaron en círculos.
Ahora estaban en una pradera, tenían mucha mejor visibilidad y seguramente podrían seguir avanzando, estaría oscuro pero el cielo iluminaria el camino así que sería mucho más fácil ubicarse.
— Ya me estaba volviendo loco de tanto ver árboles. — Suspiró mientras frotaba sus ojos con la palma de sus manos, sin dejar de caminar, guiándose con los pasos del contrario.
— A mi me volviste loco vos. — Habló el argentino, que analizaba el mapa con cuidado, luego lo guardó y miró a su compañero.
— Aw ¿Loco por amor? — Preguntó con una sonrisa tierna en su rostro acercándose al argentino para abrazarlo suavemente.
— No, loco intentando saber qué decías, francés boludo. — Soltó una risita burlona, dándole suaves caricias al francés en el rostro seguido de unas muy suaves cachetadas. — Dale trolo, soltame. —
— Que poco amoroso eres. — Se quejó, separándose un poco pero sin romper el abrazo, para luego sacarle la lengua.
— O vos sos muy cariñoso. — Sonrió levemente, mirándolo a los ojos. — No puedo creer que me estoy dejando tocar con tanta facilidad. — Murmuró, pasando sus manos por el pecho del francés. — Bueno, también tengo que tener en cuenta que me dejó tocar por un alfa jodidamente atractivo, si fuera otro omega ya me tendrías en tu cama. —
— ¿Si fueras otro omega? Recuedo que alguien me dijo que se dejaría hacer el amor. — Comentó burlón, sonriendole con confianza.
— ¿Quién? — Preguntó serio, como si no entendiera su indirecta bastante directa.
— Tú — Respondió cariñoso, olfateando el cuello del omega.
— No, quién te pregunto capo. — A penas respondió, se separó de su compañero y le saco la lengua en forma de burla. Empezando a correr con tal de joderlo.
Un gruñido se escapó de la boca del más alto, poco después una risa, le tenía un amor odio a esos comentarios y bromas de argentino, siempre caía con facilidad. Empezó a seguir al argentino, pero se asustó cuando lo perdió de vista, empezando a correr con mucha más rapidez.
— Spreen! — Gritó mientras lo buscaba con la mirada, los pastos les llegaban hasta la cintura por lo que su compañero podría estar escondido en cualquier lugar. — Ya sé que te escondiste, sal que tenemos que seguir. —
No hubo respuestas.
Se preocupó, solo lo perdió de vista un segundo y ya no estaba, volteó a ver atrás y tampoco había nadie allí.
— Ya, Spreen, ¿dónde te escondiste? — Gritó un poco más preocupado, buscando algún movimiento extraño en la hierva. Su corazón latía más fuerte y rápido mientras más pasaba el tiempo.
Cada segundo era importante.
Tragó fuertemente, un nudo empezaba a formarse en su garganta, su estómago se retorcía ante la idea de no encontrarlo. Empezó a olfatear desesperado, quería sentir su aroma, lo necesitaba.
— ¡Boo! — Se sobre saltó dándose la vuelta, encontrandose la figura del osezno, este tenía una sonrisa alegre en su rostro. Poco segundos duró, apenas olfateo al alfa se preocupó. — ¿Estás bien? ¿Nunca te conte que soy bueno escabulliendome? —
El ente no se lo pensó, actuó por impulso jalando al argentino hacía el, olfateando con desesperación el cuello del mismo. Se embriagaba con el dulce aroma, sostenía con fuerza el cuerpo de su acompañante.
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Pasivo agresivo. - Shadreen
FanficAu | Un mundo como cualquier otro, la codicia y malicia de los seres que lo habitaban provocó un desastre enorme, un castigo divino a todos, incluso a los inocentes. Todos tienen un nuevo objetivo, llegar a la tan aclamada "Tierra prometida". Adv...