Capítulo 10

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Evan

A decir verdad nunca pensé que iba a estar mejor sin Marissa, ahora tengo las noches libres y puedo hacer lo que me plazca. Tal y como hago en las mañanas, ahora también vuelo por Triría de noche. Nunca pensé que el volar de noche y casualmente volar bajo y mirar hacia el portal que está en Bajo Tierra, me haría un cambio de planes sobre mi noche. Al principio planeaba volar y luego irme a entrenar para luego irme a descansar, pero he encontrado un entretenimiento inesperado mirando hacia al portal de Bajo Tierra.

El panorama es cómico.

El intento de redención de Sam se está llevando a cabo, pero claro se le olvida que la heredera de Tierra puede dormir a la gente. No es que eso sea de conocimiento exclusivo de Tierra, ese secreto que no es secreto lo sabemos todos en Triría... Bueno, exceptuando a Sam y su estupidez.

Decido bajar para evitar que Sam quede aún más humillado de lo que está.

—Sam –Digo al aterrizar –. ¿Qué hablamos sobre esto?

Por la mirada de Sam, sé que no pasó desapercibido mi tono de burla.

—Evan, cállate. –Se limita a decir.

Casi me río de él y de su estupidez. No se ha dado cuenta que la heredera que tiene enfrente está empezando a soltar el gas que lo puede hacer dormir hasta que ella decida despertarlo. Idiota, se nota que nunca prestó atención a las clases que todos lo herederos recibimos para conocer a las otras tribus.

Sería lindo verlo dormido por horas, pero ya que estoy en esta absurda pelea, no puedo permitir que la niña me duerma hasta que ella decida que es oportuno despertarme.

La acorralo por detrás.

—No te recomiendo que hagas eso. –Digo en su oído.

Pensé que se iba a poner nerviosa al tenerme tan cerca, pero parece que le da igual porque sigue sacando el gas como si yo no estuviera. Me ofende un poquito, pero me genera mucha curiosidad. No todo el mundo es capaz de enfrentarme.

—Te lo dije. –Con mi poder empiezo a alejar el gas lejos de nosotros, espero que ella note la advertencia de que no haga más.

Por suerte, deja de hacer el gas.

—Suéltame. –Dice entre dientes.

Yo estoy bastante cómodo, no veo porqué la tengo que soltar.

—Suéltala, Evan. Ella es mía. –Dice Sam, me hace subir una ceja en su dirección. Ahora que lo noto, tiene a una chica rubia agarrada como rehén, supongo que es amiga de la heredera.

Honestamente, me da bastante igual que diga que ella es suya.

—Me parece que no, esto es más divertido. –Le digo sonriendo.

Yo vivo por y para enfadar a Sam, pero antes de que pueda seguir burlándome, la heredera explota. No literalmente.

Su magia está por todos lados, plantas carnívoras crecen y otras plantas igual de peligrosas y venenosas que con solo tocarlas te podrías morir en segundos.

Cómo yo tengo mi sentido de preservación bastante activado, la suelto y me elevo, no vaya a ser que me mate a mi.

¿Qué va a hacer mi aire contra plantas?

Lo único que puedo hacer es cortarle la respiración a la heredera, pero no lo haré. Quiero ver cómo se las arregla Sam en el desastre de plantas que tiene alrededor, total, es la consecuencia de su estupidez. Por su rostro, teme que alguna planta carnívora lo muerda.

Esto si que es un panorama hermoso desde arriba. Se siente como la gloria, ver a Sam intentando defenderse con una mano y con la otra aún sostiene a la amiga de la heredera.

Tierra [Saga Lapis Omnia #1] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora