Capitulo Seis: Llegando a Seul.

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El jet privado estaba lleno de el aroma a tabaco, colonia y sexo, Jennette estaba disfrutando de sus últimos días con Namjoon así que cada segundo valía oro.

—¿Qué esperas para moverte?

Jennette estaba encima del moreno con el miembro de este en su entrada trasera, su piel se había estirando lo suficiente para que toda la extensión entrara, pero el dolor era palpable, aún con el condón y el suficiente lubricante entrar fue complicado, el grosor le parecía más de lo normal, pero era la excitación de Namjoon la que lo había hinchado un poco más.

Su emoción se debía a la imagen tan sucia de Jennette, por su barbilla escurría un poco de saliva pues le había puesto una mordaza para callar un poco los gemidos,  bajando por su cuello había marcas rojas y sus pezones rojos y duros demostraban las mordidas que había recibido en estos, sus manos estaban atadas a su espalda por lo cual la tarea que Namjoon le pedía era aún más difícil.

—¿Acaso estás sorda?

Namjoon azotó el trasero de la mujer tan fuerte que las lágrimas recorrieron sus mejillas, el ardor de la piel más el movimiento brusco la hizo sentir un dolor intenso. Comenzó a moverse despacio  empezando a gemir, Namjoon la tomo de las nalgas abriéndolas un poco más para moverla más rápido.

La mujer era un estropicio de gemidos y fluidos, ya que su saliva recorría su cuello, sus lágrimas rodaban por las mejillas y su entrepierna chorreaba por la excitación.

—Mirate —quito una mano de su trasero para apretar sus mejillas —eres un desastre tan bonito, que me dan ganas de premiarte —rozo su clítoris con la otra mano —¿Deseas que Daddy te premie?

Sus ojos brillaron ante lo pedido, su pupila se dilató mal sentir los dedos del moreno entrando sin delicadeza, ella no deseaba tal cosa, solo quería correrse con todas sus fuerzas.

Y por todo lo lascivo así sería…

La doble penetración la llevo al borde del placer, sus músculos se tensaron, los dedos de sus pies se retorcieron y sus pezones dolieron de lo duro que se pusieron.  Solo alcanzó al escuchar el gruñido del moreno antes de perder la conciencia.

Cuando abrió los ojos, se observo vestida con una camisa del moreno, traía ropa interior y era claro que la habían limpiado, miro que tenía un par de analgésicos en la mesita de al lado, sonrió ante el detalle, pues si que los necesitaba.

Miro que de la puerta del baño salía Namjoon con una camisa de vestir de manga corta negra holgada, un pantalón gris de vestir, y el look impuluto, como si no acabará de casi partirla en dos instantes antes.

—Ya vamos a aterrizar —se sento a su lado— ¿Cómo te sientes?

—Jodidamente maravillosa, ¿Ya viste los currículums de los aspirantes a contador?

—Si, en verdad te agradezco que me ayudes con esto.

—Es parte del trato, además de que me da más pretextos para estar contigo más tiempo, mi hora casi llega y no pienso dejarte solo.

—No tengo quejas al respecto.

Cuando llegaron a Seul, fueron primero a darse un largo baño ambos y después ir a hacer las entrevistas, del personal que se quedaría a cargo de las empresas Kim, él solo recibiría los reportes por mes y continuaría con su vida como la llevaba hasta el momento.

—Esos eran todos.

Namjoon se quitó los lentes y los dejo en el escritorio, apenas había contratado dos personas de las diez que necesitaba pero los siguentes citados serían hasta mañana

—Has tomado excelentes elecciones, además las entrevistas las has llevado bien, no cabe duda que serás un buen jefe.

—Gracias, me sentiré algo extraño al principio pero siento que será todo más normal en un par de semanas.

—Si, eso es seguro —se levantó de la silla para irse a sentar sobre el moreno —pero tienes algo más.

—¿Ya me lees? —arqueo una ceja.

—Una sumisa siempre debe saber que desea su Dom.

Sonrió y la tomo por el cuello acercándola a sus labios.

—Me temo que ahora que se de esto, me será más complicado encontrar mujeres que cumplan mis deseos.

—¿Quieres  ir a tomar un trago? Conozco un lugar que te va a fascinar.

La noche había caído, ambos se habían vestido un poco más informal, irían a un club exclusivo de Seul, que estaba algo escondido, Namjoon cada vez sentía más intriga, siempre que Jennette la llevaba a algún lugar era una experiencia nueva y muy excitante.

—Llegamos.

Club infierno —se leía en letras enormes rojas y neón — suena interesante.

—Es de un amigo mío, tiene poco que lo inauguro, para entrar necesitas ser miembro, pero él nos espera en la entrada.

La música no se escuchaba por fuera, lo que era extraño para ser un club, no había seguridad en la entrada solo una puerta enorme negra.

Tocó un par de veces y se escuchó una especie de interferencia.

—Madame Dubois.

Al decir esto, un sonido de una chicharra tenue y el pestillo de la puerta se abrió, los dos entraron atravesando otra puerta de seguridad más donde ya se encontraba un guardia y un hombre regordete de lentes que fumaba tranquilamente, cuando vio a la mujer sonrió ampliamente.

—Madame Dubois.

—Shihyuk —lo abrazo —o debo decirte Lord PD.

Una sonora risa se escuchó de parte del sujeto, negando con la cabeza, miro hacia el moreno que esperaba tranquilamente ser presentado.

—Le presento a Kim Namjoon, es mi acompañante de esta noche.

Lord PD estrecho su mano con fuerza.

—Ya te había visto, si no mal recuerdo en un crucero.

—Me parece que si.

—Pero pasen, les mostraré mi humilde club.

Decidí dejar el capítulo aquí porque quiero detallar bien lo que sigue

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Decidí dejar el capítulo aquí porque quiero detallar bien lo que sigue....

*este capítulo es patrocinado por la Namjoonconda* (solo las del grupo de WhatsApp saben contexto)

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