Aquella Locura?

Está vivo

CAPÍTULO 22...

~LUCERO~

Recuerdo mi cuerpo temblar, mi visión estaba rarísima lo veía todo negro aveces blanco. Sentía que este era el fin.

Despierto en un cuarto de hospital mareada aún. Como tonta me entretengo mirando al techo y llega a mi mente sangre, mucha sangre saliendo mi cuerpo. ¡Mi bebé!

—Que bueno que te despertaste —entra Itatí— Como te sientes?

—Bien — respondo algo incómoda—

—Qué? No vas a preguntar por tu bebé? —pregunta seria— O vas a seguir ocultandolo

—Lo perdí? —cuestiono con lagrimas en los ojos—

—No te preocupes. Te trajeron rápido. Dice Paulina que está bien. —se sienta a mi lado mientras yo le agradezco al cielo que no le haya pasado nada a mi bebé— Porqué ocultabas tu embarazo?

—Era muy temprano. —sigo hablando sin mirarla a los ojos— Donde están los chicos?

—Afuera. Están asustados. Aturdidos. Confundiste a Leo con Nicolás y Mariano y llegaste a gritar que Lucerito era Camila

Una lágrima sale de uno de mis ojos y ella la retira de mi rostro

—No te acuerdas? —niego con mi cabeza— Lucero supuestamente esto ya lo habías superado. Y ya van 2 crisis después de una plática con tus hijos

—Es que mi hija me odia —Itatí besa mi frente— No me quiere

—Si lo hace. Pero está sentida por lo que ha ocurrido. Hablé con ella. Bueno todos. Ahora que sabe de tu embrazo sabe perfecto que no puede causarte problemas. Está destrozada, ambos se sienten culpables

—Me va a odiar mucho mas —ella niega con su cabeza—

—No podría con el peso de su conciencia. Ella te ama pero todo es difícil. Leonardo le dijo que tenían que hacer el esfuerzo. Apenas se están enterando de tus raros ataques de ira y ahora el embarazo. Saben que tienen que estar contigo. Y lo van a hacer. —asiento—

Prefiero creerle y no seguir sufriendo y volver a arriesgar la vida de mi bebé. Pero la indiferencia de mi hija me está matando.

—Quién es el padre de tu bebé? —me pongo pálida en un segundo— Ya no confías en mi cierto?

—Si lo hago. Pero no puedo decirte nada. —la miro a los ojos pero ella solo asiente reflejando dolor en los suyos— Itatí te adoro enserio y si te voy a contar. Nomás que ahorita no se va a poder.

—Eso es cosa tuya

Sale por la puerta causandome dolor en él pecho. Es mi amiga de toda la vida. Y sin embargo a ella también tengo que esconderle todo esto. Estoy cansada de tanta mentira

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En casa pasaban los días y esto estaba siendo muy incómodo. No me dejaban salir ninguno de los 3 chicos contando a Adoni. Mi papá me vigilaba cuando ellos iban a sus cosas.

Le expliqué las cosas a Manuel. Lo extraño en todos estos días pero no podía hacer nada al respecto. Todo sea por la salud de mi bebé.

Y como dije todo en casa era muy incómodo. Especialmente es porque Lucerito no me hablaba si no era necesario. Pero todo fue hasta un día. Mi límite al fin llegó.

—Nena estas escuchando lo que estás diciendo?—habla Manuel asustado—

—Perfectamente Manuel. No me puedo alterar y con el rechazo de mi hija me pongo mal. Ella no merece sufrir más.