UNO

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La cabeza de Chanyeol estaba enterrada en la almohada, mientras roncaba lentamente, era la única manera que había encontrado de no ser una molestía por sus ronquidos, de todos modos, nunca había respirado bien cuando estaba dormido, su doctor habí...

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La cabeza de Chanyeol estaba enterrada en la almohada, mientras roncaba lentamente, era la única manera que había encontrado de no ser una molestía por sus ronquidos, de todos modos, nunca había respirado bien cuando estaba dormido, su doctor había dicho que era un problema de postura, pero resultó que no importaba en qué posición lo hiciera, siempre terminaba roncando levemente.

La luz del sol ya estaba entrando por la ventana y con ella, unos pequeños pies descalzos que se azotaban contra el piso de la alcoba, entonces Chanyeol había atinado a levantar un poco la cabeza cuando sintió un peso extra en su espalda baja, alguien que se había sentado ahí y procedía a hacer como si él fuera su caballo.

-Tengo hambre, mucha hambre, papá, quiero comer.- Chanyeol se terminó quejando mientras respiraba de manera entrecortada, tratando de darse la vuelta, para poder ver si sus quejas le conseguían la piedad ante los ojos de su hijo.

-¿Cuándo despertaste?- le preguntó, pero su hijo solo estaba brincando todavía, hasta que Chanyeol pudo arrojarlo al lado de él en su cama, para poder hacerle cosquillas en su barriga y hacerlo reír, él pequeño aún estaba en pijama y todo, pero cuando despertaba, solamente quería comer. -Solo alguien como tú se despierta con tanta energía, no puedo creerlo.-

-¡No! ¡No! ¡No quiero!- su hijo había tratado de escapar y Chanyeol solo lo estaba sosteniendo de su pequeña pierna, mientras lo jalaba de regreso, a lo que Chanyeol solo se estaba riendo por eso, porque su hijo, pegaba de gritos, era completamente adorable.

-De acuerdo, de acuerdo, vamos a comer.- le dijo Chanyeol y su hijo asintió contento, escapando de la alcoba mientras que Chanyeol se tomaba por fin un respiro para reaccionar bien, solamente pasando sus manos por su cabello, mientras las tallaba con algo de fuerza los ojos y bostezó bien en grande.

Tomó su teléfono para poder ver la hora, dándose cuenta de que era muy temprano, pero su hijo ya tenía hambre, así que ya era necesario que se levantará, de todos modos tenía que ir a trabajar.

Chanyeol vivía en un pequeño departamento que tenía un montón de ventanas, pero todas ellas tenían seguro, porque cuando su pequeño hijo ya estaba caminando, había aprendido a abrir las ventanas, lo que había sido demasiado peligroso, por eso Chanyeol había colocado seguros en cada una y de vez en cuando, atrapaba a su hijo queriendo abrirlas, pero esos seguros eran contra niños, no importaba cuánto quisiera, nunca iba a poder. Eso no había evitado que Chanyeol colocará un montón de plantas cerca de estás, y solo se podían abrir las ventanas superiores, para que les diera un poco de sol.

Chanyeol salió de su alcoba descalzo para poder conseguir una jarra con agua y echar algo de agua en cada una de sus macetas, mientras que su hijo estaba brincando en la cocina, esperando por él.

-¿Cómo es que puede saltar tanto?- preguntó Chanyeol para sí mismo, viendo como su hijo no se cansaba. -Park Da Som, deja de brincar, te vas a caer.-

Hoy será un buen díaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora