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—¿Te ayudo? —sonrió Hana al ver que Kaelan estaba preparando unas lanzas para ir a pescar.

—No, no necesito ayuda —pronunció indiferente.

—De acuerdo, iré contigo a pescar y luego podemos-

—Me gusta pescar solo —le dijo tomando las lanzas y una cesta—. Pero si quieres hacer algo, ve y pregúntale a Blake o Biel si necesitan algo.

Lo observó irse y frunció el ceño. ¿Qué le pasaba? ¿Por qué estaba tan extraño? Observó que Biel estaba encendiendo la fogata y buscó con la mirada a Blake.

Sabía que a Biel no le caía bien.

—¿Qué haces? —le preguntó a Blake, desde abajo del árbol donde él se encontraba, sentado en una rama.

—Huelo los clanes.

—¿Hay alguno cerca?

—No tanto, están bastante alejados, pero al menos sé que no están haciendo alianzas.

—¿Hueles eso? —preguntó frunciendo el ceño.

—¿Qué cosa?

—Huele a-

Una mujer salió de entre los arbustos, y la tomó del cuello a Hana, cubriéndole la boca.

—Vaya, parece que alguien intenta adelantarse —sonrió mirando fijo a Hana.

Blake gruñó y se bajó rápido del árbol, saltando al suelo.

—¿Qué quieres aquí? ¿Cómo fue que llegaste?

—Busco a mí amigo —sonrió, antes de empujar a Hana contra Blake, y que ella se abrazara a él.

—¿Tu amigo? —preguntó confundida la otra alfa.

—Seh, mi amigo, porque mi hermano dice que no podemos ser compañeros —pronunció indiferente, oliendo el aire—. De todos modos me lo voy a follar. Oh, ya lo encontré ¡Está en el rio! —exclamó sonriendo, antes de salir corriendo.

—¡Biel! —gruñó Blake.

El muchacho vio que pasaba corriendo una joven rubia a unos metros de él, en dirección a Kaelan, y la siguió.

—¡¿Quién demonios eres tú?! —gruñó.

—¡La amiga de Kanelita! —rio, esquivándolo, antes de detenerse y esperar que Biel la alcanzara.

—¿De quién? —gruñó, parándose frente a ella.

—De Kanelita —sonrió, antes de darle una patada baja en el tobillo, y sacarle la lengua, saliendo corriendo nuevamente cuando Biel cayó al suelo.

—Hija de puta —gruñó, poniéndose de pie.

Al escuchar los gruñidos de Biel, Kaelan dejó de pescar y se dirigió hacia su hermano, siendo sorprendido por Brenda, que le saltó en la espalda, abrazándose con sus brazos y piernas a su cuerpo,

—Kanelita, dile que somos amigos —sonrió, pegando su mejilla a la de él.

Pasó sus brazos por encima de los hombros de Kaelan, abrazándolo por el pecho, y sus piernas en la cintura de él.

—¿Tú la conoces? —preguntó desconcertado Biel.

—Brenda ¿Qué haces aquí? ¿Tu clan está cerca también?

—Mm, no tanto, pero quería verte.

—¿Para qué?

—Para contarte algo, mi amor —sonrió.

Blake y Hana llegaron hasta ellos también, observando confundido el muchacho a su hermano.

Hana al ver que Brenda estaba en la espalda de Kaelan, abrazada a él, gruñó bajo. Y Brenda al verla, sonrió divertida, mirándola con burla.

—¿Quieres que te lo diga? —le dijo haciendo un mohín.

—Claro —murmuró rodando los ojos.

La rubia sonrió y le susurró en el oído algo, sólo para que él lo escuche, por varios segundos.

—¿Estás segura?

—Ajá, apenas lo supe, quise venir a contártelo.

—¿Pero cómo lo comprobaste?

Rodó los ojos y volvió a susurrarle.

—Mm, de acuerdo, pero sabes que no hago alianzas —le advirtió.

—¿No? ¿Y por qué estás con esa? —le inquirió arqueando una ceja, antes de tomarlo del rostro con una mano y girarle la cabeza para que la mirara—. Ojito con lo que haces, Kanelita, mira que soy muy celosa y posesiva.

—No sé de qué hablas —pronunció indiferente.

Lo observó a los ojos, fijo, y Kaelan desvió la mirada.

—Gracias por la información.

—¿Sólo gracias? —rio, antes de tomarlo de las mejillas y besarlo.

Hana desvió la mirada, y se dió la vuelta para irse... No era un simple roce de labios.

—Nos vemos cuando termine el juego, o, cuando sepa algo más —sonrió traviesa, antes de limpiarle la comisura de los labios y bajarse de su espalda—. Hasta la próxima.

Se fue caminando por el bosque, antes de comenzar a correr hacia su clan.

—No voy a preguntarte cómo la conocen, y que fue todo eso, sólo quiero saber que te dijo —pronunció Biel.

—Werrior le prometió a tres clanes pequeños que si jugaban para ellos, les darían tierras. Pero, debían fingir que no tienen una alianza, para que nosotros no sospechemos.

—Hijo de puta —gruñó—. ¿Y ella cómo lo sabe?

—Atacaron a uno de esos clanes hoy. Llegaron a un acuerdo, de que si ellos le daban información importante, no los matarían.

—¿Y le creyó sólo por eso?

—No, dice que torturó al líder para que dijera la verdad, y después de eso sí le creyeron.

—Okay ¿Y por qué te contó todo esto a ti?

—Eso... No importa.

—¿Te va a cobrar con favoreces sexuales luego? —le inquirió arqueando una ceja, antes de reír—. No creo que quiera que le pagues de otro modo.

...

Competencia De AlfasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora