nivel 1: inequidad en espacios laborales

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Antes de empezar sé que ya existe una historia 2doc basada en el violentometro pero también existe uno en el ámbito laboral así que trataré de hacerlo aunque quizás sean capitulos cortos.

Un lunes por la mañana, el señor Hannibal Niccals ingresó a la oficina acompañado de un joven de aspecto inusual, cabello azul y ojos hundidos. Se veía tan diferente al resto, "todo un fenómeno", pensó el hermano menor de Hannibal, al verlo entrar. Lo barrió con la mirada de forma despectiva y él, junto a sus compañeros oficinistas Russel y Noodle, guardaron silencio para oír hablar a Hannibal.

—Buen día, muchachos.- Saludó el hombre.

—Buen día, señor Niccals.-Respondieron los empleados.

—Quiero presentarles a Stuart Pot, el nuevo que nos estará apoyando en el área de contabilidad, digan hola.

—¡Hola, Stu, bienvenido!

—¡Hola! Me alegra mucho estar aquí, es un placer conocerlos.

—Te presento a Noodle, nuestra asesora de marketing, Russel del depto. Administrativo, y él es mi hermano, Murdoc.

—Es un placer, Murdoc.-Estaba a punto de saludarlo con un apretón de manos pero este se giró sobre su silla y fingió contestar una llamada importante con el celular para evitarlo. Stuart mantuvo la compostura y aún sonriente volvió a lado de Hannibal.

—Hey, Mudz, le mostrarás su oficina.-Ordena de forma autoritaria.—Él te enseñará tu cubículo.-Voltea a decirle.—En fin, chicos, los dejo trabajar, no les quito más el tiempo, nos vemos luego.

Todos se despiden de Hannibal y Murdoc rueda los ojos. Se levanta de su lugar  y va junto a Stuart para mostrarle.—Para que quedé claro, mi hermano es un idiota. Él podrá haberse quedado con la empresa de papá y ser el legítimo dueño pero aquí yo soy tu jefe ¿Me oíste? Tú me obedeces a mi, no a él.

—Lo entiendo, señor, soy bueno siguiendo órdenes.

—Que bien, ahora acompañame, te diré dónde será tu puesto.- De mala gana lo encamina por el pasillo hasta una oficina que se hallaba cerrada. La abrió con las llaves y al encender la luz, ésta parpadeaba. No había más que un escritorio de vinil despostillado y una pila de sillas polvosas y rotas.—Toma la mejor silla y ponte cómodo. Le preguntaré a Russ si en su área tiene una computadora que no ocupe para ti.

—Es muy...acogedor aquí.-Dice Stu. En realidad lo que piensa es que es un cuarto bastante pequeño. Ni siquiera había ventanas.

—Era la bodega de materiales pero se adaptó para espacio de trabajo que nadie usa. Es perfecta para un contador como tú.

—Crei que me darían un escritorio en el otro cuarto.

—Oh, no. No querrás estar con nosotros, en serio, somos un desmadre y no te dejaremos trabajar a gusto. Necesitas tu propio ambiente y mucha concentración. Esos cálculos y números no se harán solos.

—Creo que tienes razón.

—En fin, volveré con tu equipo. Siéntate, ya regreso.-Stuart hizo lo que se le dijo. Tomó su silla y la desempolvó con las manos. Ni siquiera un trapo. Mientras tanto Murdoc regresa con los demás y no puede evitar burlarse a carcajadas.—¿Vieron los ojos que tiene? Parece un maldito muerto.

—No te burles, no sabemos por lo que ha pasado.-Dice Noodle.

—Como sea. Russ, llévale una computadora.

—No tenemos más. Hay una, pero es del año del caldo.

—Esa servirá. Solo necesita usar Excel ¿No?

Russel hace lo que le dicen y se presenta con Stuart con su computadora de pantalla grande y pesada, ayudándolo a conectar los cables.—Deberías meter una solicitud al área de compras para una más actual.

—Esta bien, Russel. Puedo con esto, me adapto fácil.

—Bienvenido de nuevo. Solo ten cuidado con Murdoc, se le van los humos a la cabeza y se torna insoportable. Te pido una disculpa por este espacio y recibimiento tan anticuado.

—Lo toleraré, es nuestro jefe a fin de cuentas.

—Sí, nuestro jefe, cómo digas.- Russel hace una expresión como de querer vomitar y hace reír a Stu. Ambos se despiden. Una vez solo, Stu respira profundo y se pone a trabajar.

Violentometro laboral (2doc) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora