VII

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La noche había sido tranquila y agradable. Al llegar a su destino, Douma estacionó su auto frente a la casa de Inosuke y salió para abrirle la puerta al menor, quien permanecía profundamente dormido. Con una sonrisa en su rostro, desabrochó cuidadosamente el cinturón de seguridad y cargó a Inosuke con cuidado, sosteniéndolo en sus brazos mientras el omega ronroneaba suavemente.

Inosuke se despertó ligeramente, escondiendo su rostro bajo el cuello del alfa.

—¿Te desperté, mi amor? —preguntó Douma en un susurro mientras caminaba hacia la puerta principal de la casa.

—Uh... —respondió el ojiverde con voz adormilada.

Douma sonrió cálidamente y abrió la puerta de la casa con la llave que tenía el ojiverde en su mochila. Entro hacia la habitación y con cuidado, depositó a Inosuke en su suave cama, dejando caer su cuerpo entre las sábanas. Se alejó un poco para observar al omega tan relajado y confiado.

—Inosuke... —dijo Douma con voz ronca mientras acariciaba suavemente el rostro del menor. Sabía que tenía que dejarlo allí, pero su corazón se sentía pesado al separarse del omega.

Inosuke se encontraba recostado en su cama, con los ojos cerrados y la respiración tranquila, cuando Douma llegó a su lado. Sin embargo, al escuchar su voz, abrió los ojos y lo miró fijamente, notando cómo la figura del mayor se recortaba en la oscuridad de la habitación.

—¿Te vas? —preguntó Inosuke con una nota de tristeza en la voz.

Douma se acercó a él con una sonrisa y se sentó a su lado, acariciando suavemente su cabello.

—Sí, tengo que irme —respondió el alfa con una voz suave.

Douma acarició suavemente el rostro de Inosuke con sus dedos antes de inclinarse y capturar sus labios en un beso dulce y coqueto. Inosuke sonrió tímidamente y cerró los ojos, disfrutando del contacto suave de los labios de Douma en los suyos.

El alfa comenzó a emitir un gruñido suave mientras profundizaba el beso, haciéndolo más apasionado. Inosuke se sintió un poco nervioso al principio, pero pronto se relajó y comenzó a corresponder el beso.

El beso se prolongó por unos minutos, mientras ambos disfrutaban del contacto de sus labios y el calor de sus cuerpos juntos.

Douma colocó sus dos manos a los lados de la cabeza de Inosuke y lo seguía besando ahogándolo repentinamente en un beso que se intensificó en un instante y se convirtió en un apasionado beso de lengua. Inosuke estaba sorprendido, pero lo disfrutaba cada segundo.

Cuando finalmente se separaron, un hilo de saliva se rompió lentamente, dejándolos a ambos sin aliento, demostrando la pasión que acababan de compartir. Douma se acercó más a Inosuke y lo abrazó con fuerza

—Eres lo mejor que me ha pasado en mucho tiempo —susurró Douma con voz suave y profunda.

Inosuke sonrió tímidamente, sin poder creer que alguien pudiera decirle algo tan hermoso.

—¿Por qué no te quedas conmigo? —preguntó aun con algo de sueño, rodeando el cuello Douma.

—Me encantaría quedarme, pero tengo algunos asuntos pendientes que resolver.

Inosuke asintió con tristeza, pero entendió que Douma tenía responsabilidades que atender.

—Te esperaré aquí —dijo con una sonrisa dulce mientras acariciaba los mechones de cabello de Douma.

Espiado por ti | Douma x InosukeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora