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Jungwoo casi se desmaya del susto al sentirse atrapado, pero se tranquilizó al reconocer la voz y el olor a su espalda. Estaban en un callejón escondidos y todo porque el alfa problemático que estuvo molestándolo en la tienda estaba a pocos pasos. Si descubría al omega era seguro que habría un gran problema entre alfas.

Jaehyun esperó pacientemente hasta que no hubiese rastro del otro alfa, una vez desapareció de su radar, tomó la mano de Jungwoo y se fueron pronto a casa tomando un taxi para llegar pronto porque caminar ya no era una opción.

—Odio esto—soltó el menor una vez entraron a la casa—Es que no podemos dar un paso sin que nos estén acosando.

Claramente estaba frustrado el omega, odiaba esos días donde su única opción era encerrarse sino quería que un alfa se propasara con él. Y esta vez ni siquiera eso iba a poder ser, miró a Jaehyun.

—Sí,  esta vez ni estando en una casa estaré a salvo—murmuró bajito. Pensó en encerrarse en el baño ya que la casa solo contaba con una habitación, la misma que habían estado compartiendo sin problemas, pues en todo ese tiempo el rubio jamás se pasó de listo, pero ahora era distinto.

Observó detenidamente a Jaehyun, aún no cambiaban el color de sus iris, pero su respiración si estaba errática y las fosas nasales agrandadas para poder captar mejor el olor de cualquier omega disponible, justo como él.

Pegó un brinquito de susto cuando su mirada se encontró con la de Jaehyun, claramente este también estaba consciente de su estado y de lo que pensaba. El alfa le sonrió, pero no era esa sonrisa de siempre (por lo menos la que conocía siendo el nerd del colegio), Jungwoo nunca la había visto excepto cuando estaba siendo "Taemin".

—Aprovechando que mi padre envió dinero, puedo quedarme en el hotel que está unas cuadras atrás estos días.

Jungwoo no respondió nada, solo vio cómo el mayor tomó una maleta pequeña y empezaba a guardar lo necesario para esos dos días. Debería estar agradecido, sinceramente sus asperezas aún no se habían limado y su orgullo era tan grande como hablarlo, más bien su inmadurez, no sabía cómo expresarse sobre todo porque las acciones actuales del alfa lo confundían.

Era más fácil seguir la rutina de antes, cuando solo eran un simple estudiante popular y él,  un bicho raro, huirle para luego luego ser encontrado por los secuaces del castaño, ser molestado e incluso abrirle las piernas; porque su cuerpo actuaba de modo automático y no tenía que pensar en qué acciones tomar, pero ahora le costaba saber qué hacer frente a un Jaehyun distinto ¿Alguien puede cambiar mucho de la noche a la mañana?

—Nos vemos en dos días Jungwoo— le acarició la mejilla con parsimonia, no era fácil sobre todo cuando su alfa le pedía tomar al omega ahí mismo y hacerlo nuevamente suyo, el aroma enloquecedor ni que decir del hermoso cuerpo del menor era una total tentación.

—Ha-hasta luego Jaehyun—y el sonido de la puerta cerrándose fue lo que de espacio en la sala mientras Jungwoo se sentaba en la cama luego de soltar un largo suspiro. Volteó el rostro y su nariz lo atrajo hacia la almohada que el alfa utilizaba olisqueando. Era un aroma tan abrumador que puso inquieto al omega, haciendo que soltara como si quemara

—No debería estar incitando a mi cuerpo, aunque supongo que tocarme...

Agarró unas prendas y se fue a la ducha, se tomó todo el tiempo que deseó mientras pensaba, aunque era agotador no podía evitarlo..siempre en esos momentos de soledad su mente divagaba en recuerdos pasados donde se había equivocado y quisiese retroceder el tiempo para tomar otras decisiones.  Como quizás no entrar al colegio disfrazado de nerd, todo hubiese sido distinto; o ir a otros instituto donde no hubiese conocido al mayor, o una alternativa a no ser manipulado y chantajeado.

Pero el tiempo pasado y perdido no se podía recuperar, aquellas palabras que ahora de te ocurrían y que hubiesen sonado mejor ya no podría ser y de veras Jungwoo odiaba cuando su mente se ponía así.

Salió del agua antes de convertirse en pasa arrugada. No tenía mucho apetito y solo se hizo un poco de ramen instantáneo, colocó una de sus películas favoritas mientras daba bocados hasta terminarse todo. Pasó la hora y el sueño le hizo pesar los párpados quedándose dormido con el televisor encendido.

Jungwoo soñó esa noche con su padre, recordó el tiempo que vivió junto a él y le enseñaba su actividad favorita,  hacer castillos de arena. Realmente fueron muy pocos los momentos que vivió con él pero aún así los atesoraba en su corazón y cada que se dormía venían a su mente cuando estaba triste.

De pronto la escena cambió y ahora estaba con su mamá recreaba el olor dulzón que se concentraba en la cocina cuando preparaba chocolate caliente. El siendo un niño pequeño la abrazaba por detrás todo lo que sus bracitos alcanzaban mientras le decía lo rico que olía, aquellos momentos era parte de los recuerdos más bonitos que tiene junto a sus padres.

Sin embargo la escena cambió, parecía un remolino de oscuridad y esa oscuridad absorbía a su papá mientras él lloraba y estiraba sus manos para alcanzarlo pero cada vez se alejaba mucho más; miró a quien debería ser mamá pero esta no tenía ojos ni nariz ni boca soltó la mano de la mujer totalmente asustado y angustiado. Empezó a correr hacia una puerta estaba semi abierta pero se arrepintió pues había una sombra enorme que comenzaba a seguirlo junto con un cuchillo

Siguió escapando y daba gritos de terror pues lo sentía cada vez más cerca. Corrió desesperado gritando auxilio pero nadie lo oía nadie lo escuchaba y sentía que nadie lo iba a ayudar. Entonces a lo lejos vio una luz y en ella se extendía una mano, una mano cálida y muy blanca quiso alcanzarla pero cada que se acercaba más era jalado por la sombra pues sus gritos eran más desesperados intentando escapar mientras daba manotones, las lágrimas no paraban de salir de sus ojos mientras la angustia se acrecentaba en su corazón el saber que en ese momento quizás podría morir y lo peor que moriría solo pero entonces, tomó un último impulso y agarró la mano aún sin conocer a quien pertenecía.

Se sentía mejor, pero luego ya no era una sola mano, sino que aparecían más y más y lo manoseaban. Volvió a gritar a pesar que de su garganta no salió sonido alguno.

—Jungwoo despierta— escuchó a lo lejos.

Pero los ojos le pesaban a pesar que quería obedecer a esa voz.

—Jungwoo por favor, despierta— su cuerpo fue movido violentamente y pensó que aquella sombra lo había atrapado finalmente para matarlo.

—No me hagas daño, por favor.

Las lágrimas caían sin cesar y la otra persona a la que aún no podía visualizar bien, se encargaba de limpiar con sus pulgares.

—Lo siento, y te prometo que ya no te haré más daño, pero por favor despierta.

Poco a poco abrió los ojos, le costó acostumbrarse a la luz, aún no distinguía el rostro de Jaehyun pero sabía que era él. Cuando ya todo se aclaró y al fin confirmó que se trataba del Alfa se lanzó a sus brazos y lloró muy desesperado.  Hace tiempo que ya no tenía pesadillas, quizás por el alfa que dormía siempre de su lado; no estaba seguro. Solo sabía que no quería que Jaehyun se fuera de nuevo y lo dejara solo a él y a sus monstruos mentales, aquellos que lo perseguían desde pequeño y a pesar de los años seguía sin superar.

—Ya, ya.. no estas solo  estoy aquí contigo— pero a cada palabra lejos de tranquilizarse lloraba un poco más.

—Por favor Jaehyun,  bé-besame— aún contenía el llanto pero necesitaba tanto distraerse y pensar en otra cosa que no fueran sus pesadillas.

Y que mejor que concentrarse en los suaves y sensuales labios del alfa.


Estúpido nerd | Jaewoo & DowooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora