~ I ~

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Harry no era alguien cruel, o por lo menos no se consideraba así, y tampoco se consideraba muy oportunista, pero cuando escucho esas palabras por parte de Ron algo dentro de el brillo, después de todo si Ron no los quería el podía tenerlo.

"No los quiero como hermanos" eso fue lo que dijo...bueno, la basura de unos es el tesoro de otros, no podía perder esa oportunidad.

Fue extraño para muchos cuando notaron que después de esas palabras el rostro de Harry se iluminaba de emoción y esperanza, emociones que no tenían ningún sentido en la situación.

El ambiente era pesado y las palabras gritadas aún podían oirse levemente en las paredes, se podía respirar la incomodidad y la tensión.

Pero a diferencia de casi todos, Harry solo estaba pensando una y otra vez si se atrevía a hablar, si lo hacía, si aceptaba la oportunidad que estaba delante de él.

Suspiro suavemente, llenándose de decisión, sabíendo que era lo que quería y lo que buscaba, y ahora había una manera de tenerlo, no quería retroceder.

Cuando hablo, incluso Ronald quedó callado, sus palabras pasaron como cuchillo al rojo vivo en una barra de la más fina mantequilla, dejando a muchos incluso sin aliento.

-¿Entonces pueden ser los míos?- pregunto lleno de esperanza, una que era notoria en su voz, y sin ser suficiente, incluso se mostraba en su rostro.

Ron lo miro con total confusión, sin lograr captar el sentido de esas palabras, el tono, la pregunta, no parecían pertenecer a la escena...

Pero Harry no lo vio, ni si quiera le prestó atención, fue como si no estuviera.

Inmediatamente había preguntado volteo a ver a los gemelos, que también parecían bastante conmocionados por la simple e inesperada oración que había golpeado a todos desprevenidos.

-¿Lo serían? ¿Serían mis hermanos?- pregunto como un niño pequeño lleno de emocion y deseo, había temor, había miedo y había decepcion, de eso no había duda, esas emociones deslumbraban bajo sus ojos caóticamente, pero todo eso parecía fuertemente opacado por la incertidumbre y la esperanza que estaban en él.

Incluso se le poda ver temblando, su cuerpo siendo incapaz de manejar tantas emociones fuertes, contradictorias y complicadas.

Los gemelos lo miraron en silencio, con unos ojos igual de confusos y sumergidos en miles de sentimientos; curiosidad, inquietud, incertidumbre, emoción, temor, sorpresa y mucho más, junto con pesar y dolor y otras indescifrables que se removían en los orbes azules de ambos.

Era una tormenta de pensamientos y sentimientos, un huracán entre dos pares de ojos celestes azules y un par de preciosa esmeralda, ambos colores inundados hasta desbordar de sentimientos, de esperanza y duda, de mucho más de lo que él humano entiende.

Fue una llovizna destructora, o un terremoto descontrolado, tal vez una de las más grandes batallas mágicas, todas reflejadas caóticamente entre los ojos de los tres humanos que se miraban fijamente.

Solo duró unos segundos, unos pocos e insignificantes segundos que aún así significaron todo en ese momento.

Unos segundos, antes de que los dos pelirrojos altos y silenciosos se les viera sonreír tristes, destrozados de una manera débil y casi invisible, antes de asentir.

Nadie pudo reaccionar antes de que el fuerte impacto de Harry en los gemelos los derribara a los tres al suelo.

El menor de los tres estaba llorando alegremente, lágrimas como cataratas cristalinas que se deslizaron libremente, pero el pequeño solo abrió los ojos desde el suelo dónde los abrazaba y sonrio totalmente complacido.

Había una gratitud enorme, había emoción, esperanza, sorpresa, pero todo desplazado y opacado fácilmente por él amor más brillante y reluciente que alguna vez los dos mayores vieron alguna vez.

Los gemelos se quedaron sin palabras y sin aliento, anodadados por los verdes ojos que, podían jurar, brillaban, brillaban inmensamente por amor...

Harry se quitó de encima, aún con una alegría que no se podía aplastar, que no había manera alguna de borrarla y se levantó y alejo hasta casi estar donde estaba antes.

Ambos gemelos se levantaron, volviéndose concientes de todo el silencio y la conmoción que parecía flotar y presionar en toda la habitación.

Su atención regreso como relámpago a Harry, su pequeño y... nuevo hermano, cuando esté comenzó a hablar.

-Ustedes...¿Hablan enserio?- pregunto él menor, encogiéndose levemente, la incertidumbre y el temor en sus ojos tomo más poder y protagonismo.

Pero todo eso fue abandonado al ser tacleado por un enorme abrazo de los gemelos, que habían logrado evitar no terminar en el suelo.

Era una abrazo fuerte y apretado mientras ambos lo elevaban en sus brazos, apretado en medio de ambos y sin poder tocar el suelo; pero en lugar de parecerle rudo o brusco, esa muestra de amor solo lo hizo reir contento.

En medio del silencio y la fuerte conmoción y confusión, los tres lloraron alegres, sin entender de dónde salía tanta emoción y tanto amor el uno por el otro.

Ahora había un nuevo vínculo, uno inquebrantable.

Ronald había renunciado a eso y Harry ni si quiera encontró lugar para sentirse mal mientras sentía los fuertes brazos de sus hermanos, se había negado a dejar pasar la oportunidad, y no podía arrepentirse.

En medio de todo, en el silencio cariñoso y acogedor que prometía un futuro más alegre, los gemelos susurraron suavemente como siempre diciendo -Eres nuestra familia

-no de sangre

-pero si de alma

-eres nuestro hermanito- repitieron juntos.

Harry volvió a llorar, y los gemelos no se quedaron atrás, derramando lágrimas con las más enormes sonrisas.

No de sangre, si de alma: Eres Nuestro Hermanito Donde viven las historias. Descúbrelo ahora