^6^

115 16 7
                                    

Toni sabía que le estaban dando espacio y ciertamente lo apreciaba. No era fácil poner cara dura y seguir como nada tras haber aceptado sus sentimientos y llorado como un bebé frente su hermano, sabiendo que sería de burla por parte del menor hasta que se le olvidara. Tras un fin de semana sin abrir el chat del mexicano, al fin se decidió a verlo, descubriendo más de 100 mensajes. En su cara se dibujó una sonrisa tonta al ver la preocupación de su estado por parte del abogado. Empezó a sentir como el calor subía a sus mejillas, totalmente avergonzado por lo pasado en la oficina del de pelo azabache.

- "Hola, Salinasssssss. Olvida lo que pasó el otro día, estaba un poco sensible jajaja. Si quieres podemos quedar hoy para que me des eso."

Se decidió finalmente a mandarle un mensaje. Quedó observando lo escrito, planteándose incluso borrarlo. Sin embargo, ya era tarde cuando vio el doble check azul que indicaba que el mensaje había sido visto.

-" Claro, Toni. Hoy me viene bien. Me alegro mucho que ya estés bien, estaba super preocupado por ti desde lo que pasó en mi despacho. No sabía como reaccionar. Espero que hayas visto todas las fotos que te he mandado y te hayan hecho reír aunque sea un poquito. Sobre lo de quedar, hoy a las 18:00 sería genial, en mi despacho. Pero por favor, ven solo tú."

La respuesta del mexicano llegó haciendo que la sonrisa en la cara de Toni se ampliase aún más. El italiano confirmó su asistencia y se despidió del mayor, poniéndose a hacer sus cometidos antes de la quedada con el abogado.

Carlo notó el cambio de humor en su hermano, a lo cual reaccionó molestándolo pícaramente.

-Toni, por favor. Esconde un poco más que vas a ver a Salinas - dijo sonriendo, pinchando suavemente con su dedo el estómago del rubio de bote-.

-Déjame en paz, Carlo...- rodó los ojos en símbolo de ignorancia-. ¿Se me nota tanto?- Dijo dejando atrás su semblante serio-.

-Joder, y tanto. ¿Se lo vas a decir?

-No- soltó decidido-. Al menos no aún...

Y ahí quedó la conversación, dejando a un Carlo poco convencido, mirando a su hermano extrañado. Toni, sin embargo, decidió evitar la conversación sobre todas las cosas, siguiendo con sus tareas diarias antes de ir a visitar a su abogado.

La hora se acercaba y Toni se preparaba frente al espejo intentando practicar su cara cuando viera al mexicano. No podía dejar relucir sus sentimientos. Si bien ya los había aceptado, aún no se veía capaz de decirlo en voz alta. Tomó sus cosas antes de salir de casa y se dispuso a ir al despacho del moreno. No le llevó mucho el llegar, quedando quieto en su coche, antes de decidirse a subir al edificio.

-¡Buenas, Toni! Al fin llegas, amigo- dijo entusiasmado, abrazando al rubio teñido-. Vamos, vamos. Llegamos tarde- fue prácticamente empujando al italiano hacia las afueras-.

-Tan solo son y 30. ¿A dónde es que vamos?- dijo Toni extrañado-.

-Es sorpresa, no te lo puedo decir - Salinas sonreía ampliamente, guiando al Gambino hasta su coche y arrancando en cuanto se subió en él-.

Toni no podía evitar el sentirse tremendamente emocionado. No sabía qué es lo que iba a pasar, pero iba a ir a un sitio desconocido con sólo Salinas. Es como si tuviera una cita preparada, y eso hacía que el corazón de Toni estuviera a punto de salir de su caja torácica. Más se aceleró cuando vio que Raúl lo estaba llevando a las puertas de un restaurante precioso con ecos modernistas si bien también predominaba un toque rural. El Gambino al poco lloraba de la felicidad. No se esperaba que fuera a ser tan fácil el confesarse. Ni siquiera lo haría él, ya lo iba a hacer su enamorado. O al menos eso es lo que pensaba, antes de ver a Hai sentado en una mesa para dos siendo esa la mesa a la que le dirigía el mexicano.

-¡Hola, Toni!- se levantó entusiasmado de su asiento, yendo a darle un abrazo y, lo que más extrañó al italiano, dos beso-.

-Bueno, muchachos. Os dejo solos entonces- siguió sin esconder su emoción el más bajo. Hai asintió efusivamente, sin embargo, Toni quedó inmóvil, sin entender nada-.

-Pero, Salin-

-¡Adiós!

Y así, Toni quedó junto a Hai sumido en una incomodidad en la que no sabía cómo escapar. Todo empeoró cuando el italiano notaba los intentos de ligoteo por parte del chino. Todo estaba empezando a cuadrar en su cabeza y es que el abogado había organizado una cita entre ellos dos. ¿En qué momento el había dado a entender que le gustaba Hai? El chino era más obvio sobre sus sentimientos y él mismo se estaba dando cuenta de sus actos, pero ¿él? Si bien bromeaba ligando con él, no era el único, lo hacía con todos, incluso con Salinas más que ninguno.

Por educación, Toni se mantuvo en la cena, hablando con Hai, intentando mantener una conversación amistosa. Sin embargo, ya no pudo aguantar más cuando a Hai le pareció una buena idea el confesarse:

-Bueno, Toni. Supongo que ya lo sablás y es pol eso que estás aquí... Me gustas bastante y estoy dispuesto a estal contigo como paleja. Espelo que esto sea mutuo- dijo riendo, suponiendo que sí lo era-.

-Hai...- Dijo Toni, pasando su mano por su cara, totalmente apenado-. De verdad que lo siento si te he dado señales contradictorias pero... Es que no me gustas... Me gusta otra persona...- El italiano apartó la mano de su cara y miró al chino directamente-.

-Oh... ¡Estaba blomeando!- rio escandalosamente-. Clalo, ela una bloma plepalada entle Laúl y yo - siguió riendo, nervioso-.

-Hai, lo siento de verdad. No hace falta que lo niegues. Si necesitas un tiempo sin verme o lo que sea lo aceptaré pero estoy dispuesto a seguir siendo amigos- sonrio confiable-.

-De veldad, Toni. No impolta. Además, somos jefe y empleado. Debemos mantenelnos plofesionales.

El rubio teñido se levantó a darle un abrazo reconfortante al asiático y una vez dado se levantó, despidiéndose con amabilidad. Al salir del restaurante, Toni comenzó a sentir una ira efervescente en su interior. De verdad que estaba harto de ver como el mexicano no se daba cuenta de nada, que vivía en la ignorancia e incluso malinterpretaba cosas. Sabía que no podía culparlo al 100% pues, al fin y al cabo, él nunca se había confesado. Pero ya estaba harto. Estaba decidido a acabar con todos los malentendidos y soltar por la boca todo aquello que tenía retenido.

Al fin se iba a confesar.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Mar 23, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

¿Por qué? (Roni)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora