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Regulus Black.

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Juro solemnemente que mis intenciones no son buenas. 

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Alya Nott era madrina de Harry Potter, el niño que vivió. Su ahijado tenía 17 años en ese momento. La guerra era inevitable. Lord Voldemort estaba ganando poder.

Alya era una mujer de cabello negro azabache, sus ojos eran azules claros, su piel era pálida como la nieve. Una Slytherin de nacimiento.

En este momento se dirigía al número 12 de Grimmauld Place, su ahijado y amigos estaban ahí. Cuando paso la puerta oyó una voz.

—¿Severus Snape?— se oyó la voz susurrante de Ojoloco Moody.

Muy ingenioso, Ojoloco.

—¡Yo no te maté, Dumbledore!— gritó Alya.

La figura se desvaneció de inmediato. Avanzó y subió por las escaleras. ¿Dónde estarían los chicos? Se dirigió a las habitaciones donde antes se habían quedado, pero no encontró nada. Por lo cual subió a las habitaciones del resto de la familia Black. Llegó al inicio del pasillo, parecía desierto. Pero 3 figuras salieron de una puerta con las varitas en alto.

—¡Identifíquese!—  gritó una voz masculina.

Carajo...

—¡Mi nombre es Dione, Dione Greengrass!— gritó con su varita en alto.—. ¿Quién eres tú?

Vio como las figuras bajaban las varitas, y una se acercaba corriendo a ella. Actuó rápido y asustada.

—¡Depulso!— gritó y la figura salió volando hacia el otro lado del pasillo.

Las otras figuras salieron corriendo por el chico.

—¡HARRY!— gritaron los dos.

¿Harry? 

La chica salió corriendo hacia los 3 chicos. Debían ser Ron y Hermione.

—¡Por las barbas de Merlín!— dijo la chica y se acercó a los 3 chicos.

El pelirrojo y la castaña la voltearon a ver. Se sorprendieron al ver quien era.

—¡Alya!— gritaron los dos.

La chicas les sonrió tímidamente.

—¿Por qué lo has atacado?— preguntó el pelirrojo viendo a la azabache y después al otro chico.

—¡Corría hacia mí!— explicó Alya.—. No me había dicho quien era, podría haber sido alguien peligroso.

Los chicos sonrieron.

—Y-yo te... t-te r...reconocí... q-quería s-saludarte...— dijo el azabache con mucho esfuerzo.

—Lo lamento, Harry—  se disculpó y volvió a apuntarlo con su varita.— ¡Finite Incantatem!

Harry sintió como el dolor desvanecía, se sintió mejor y se levantó. Alya volteó su vista de donde habían salido. Era la habitación de Regulus...

—¿Qué hacían en la habitación de Regulus?— preguntó viendo a los jóvenes.

—Buscábamos algo...— respondió Harry viendo a su madrina.—. Algo que él consiguió bajo el nombre de...