Ben Hope.

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Dedicado a: FarimaGarcia

Sara estaba sentada en una de las mesas de la cafetería de su escuela, Harvey Greene Grammar School, instituto solo para chicas.

Aunque, en los años 11 y 12 aceptaban todos los géneros. Sara estaba en su doceavo grado, era una alumna promedio, nada de interesante; su única amiga se había transferido a Truham, por lo que ya no convivía con nadie.

No prestaba atención a nada ni nadie más que a su plato de comida. Terminó de comer y se levantó de su asiento. Todavía faltaba algo de tiempo para que las clases siguieran. Decidió ir a la sala de instrumentos, aquella donde la puerta solo se abría por fuera.

Caminó casi corriendo hasta que llegó al lugar. La puerta estaba cerrada, se oían murmullos, Sara estuvo a punto de irse, pero unos golpes desesperados y gritos le hicieron entender que la persona que se encontrará ahí dentro, estaba encerrado.

Debía ser alguien nuevo, pues todos los estudiantes que llevarán más de un año en la escuela, sabían que esa puerta nunca abría por dentro.

Tomó el pomo de la puerta, lo giró y al abrir la puerta se encontró con un chico de cabello café oscuro al igual que sus ojos, (seguramente de su edad); sentado en una esquina. Lo que más impresionó a la chica, fue todos los moretones y golpes que tenía aquel chico, además que sus ojos estaban tan hinchados que parecían haber estado llorando por horas.

Su cara estaba magullada.

—¿Te encuentras bien?— preguntó Sara preocupada.

El chico la vio por unos segundos para después desviar su mirada y esconder su cara en sus piernas.

Sara se acercó cautelosamente, se sentó junto a él y le dio unos golpes pequeños en el hombro, llamando su atención.

—Lo preguntaba en serio, ¿estás bien?— preguntó de nuevo Sara, no conocía a aquel chico, pero parecía al borde de un colapso.

Él le dedico otra mirada, para después abrazarla y llorar en su torso. La apretaba como si temiera que fuera a desaparecer.

—S... soy u-una p...ersona de mierda...— contestó por fin, su voz sonaba quebrada, vacía y sin energías.

—¿Por qué pensarías eso?— preguntó Sara mientras lo abrazaba.

Él chico sollozó una vez más.

—No quieres saberlo, soy un cobarde, prefiero que me veas así a como soy en realidad— confesó el chico susurrando.

Sara lo abrazo aún más.

—Bien, tranquilo, no me lo cuentes— lo tranquilizó Sara—. Pero al menos dime quién te hizo eso.

El chico suspiró y se alejó un poco, pero todavía la abrazaba un poco. Sara por fin pudo ver mejor al chico. Era alguien atractivo, pero eso era lo de menos, se veía increíblemente mal.

—Me lo merezco sinceramente, pero, fue un chico de Truham, probablemente lo conozcas, se llama Nick Nelson, él y otros de sus compañeros me golpearon porque yo soy la peor persona del mundo— explicó el chico aún con un tono desgarrador.

—Créeme, te puedo asegurar que hay personas que pueden ser peores que tú y todavía no sé que has hecho— contestó Sara con una sonrisa reconfortante—. ¿Me dirás que fue lo tan feo que hiciste?

El chico suspiró y asintió nervioso.

—Yo, soy bisexual— empezó, Sara hizo una cara de confusión, eso no tenía nada de malo. Pero el chico siguió hablando—, pero todavía no salgo del closet. Hace un año conocí a este chico que se llama Charlie, él es gay, se reveló en toda la escuela; yo ya sabía mi sexualidad, pero como no era abiertamente bisexual, me acerqué a él y empezamos a "salir" aunque en realidad solo nos besábamos porque a mi me avergonzaba.

ONE SHOTS || MultifandomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora