Esᴘᴏɴᴛᴀ́ɴᴇᴏ

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—Estaré en la casa de Tae— Avisa bajando rápidamente las escaleras de su casa dando un gran salto en los últimos dos escalones resonando al momento de caer, tomando su sudadera mientras se la ponía en el momento, saliendo de manera despavorida de su hogar.

A veces no sabemos que es lo que pasa en la mente de una persona con depresión, tratamos de ayudar en lo que más se piensa que es lo correcto, pero jamás vemos más allá de lo que sea que le esté afectando.

Por eso Beomgyu no dejaba que su mejor amigo se hundiera cada vez más en su miseria, aunque este jamás le dijo que fue lo que pasó para llevarlo por ese rumbo, en un círculo vicioso de su propia mente la cual le juega chueco, uno jamás va a saber que demonios internos trae dentro, pero lo que si puede hacer es ahuyentarlos para que pueda salir de aquel agujero negro, porque tenía la pequeña esperanza de que Taehyun podría salir por su propia cuenta y más que eso, tan solo necesitaba un pequeño empujoncito para que eso sucediera, pero no salió como planeaba.

Cómo era su costumbre al salir de su casa tomó su bicicleta roja avisándole a su madre que iría a la casa de Taehyun y llegaría puntual a las 9, pedaleando a una velocidad moderada fijándose al cruzar las calles, uno no sabe que loco puede estar suelto en la ciudad, a medida que se va acercando puede notar como mucha gente está reunida al rededor de la casa del peli castaño, seguido de una ambulancia y varios policías, la sangre le cayó a los pies de una sola, dejó de pedalear y bajando de su bicicleta de forma estrepitosa con el corazón en la mano, corrió lo más rápido que sus piernas le permitieron quitando a la gente de su camino.

—Permiso.... Permiso ¡Necesito pasar!— un par de policías estaban tratando de que la gente no se acercará en lo absoluto, se mantuvo ahí hasta que vio como en una camilla era llevada a la ambulancia estacionada, la tía de Taehyun lloraba tratando de explicar la situación ante una oficial mas y a su lado lo que parecía ser un paramédico.

Taehyun.....

—¡Taehyun!.... ¡TAEHYUN!— trató de pasar por alto a los policías quienes le estaban obstruyendo el paso, se sentía de cierta manera tan desesperado tanto que el aire le faltaba y que iba a desmayarse en ese momento, un hormigueo se apodera de todo su cuerpo de forma intensa, elevó su pierna para patear a los oficiales corriendo a los paramédicos.

¿Por qué Taehyun estaba cubierto de pies a cabeza con la sábana blanca?

¿Por qué su mano estaba sangrando?

Pudo notar como la mano de su amigo estaba por fuera dejando lucir rastros de sangre medio seca decorándola, la pulsera que había hecho juntos por el pacto de su amistad estaba intacta aún en aquella muñeca delgada, Taehyun no podía haberse ido, de sus labios salió un quejido mientras tenían su boca abierta, sintiendo como las lágrimas bajaban de manera rápida por sus mejillas de una forma inconsciente, sentía que el aire le faltaba, la cabeza le dolía y tarde o temprano iba a desfallecer, pero no, ese que estaba ahí no era Tae, claro que no.

—¿¡Que hacen?! ¡No se lo lleven, el está bien! ¡Taehyun diles que estás bien! — trata de alejar a los especialistas tirando manotazos y uno que otro golpe con su pie al momento que era jalado de su ropa para alejarlo del cuerpo sin vida, trataba de decirles que Taehyun se lastimaba solo y que no pasaba a mayores jamás pasaba a mayores, siempre estaba ahí con él, no debió de ser así, pero está vez había excedido sus limites.

—¡Oigan! Necesito ayuda— uno de los paramédicos jala del brazo a Beomgyu para alejarlo de ahí, ¿Cómo logró colarse? Pero el chico de tan sólo 16 años forcejeaba con todas sus fuerzas entre lloriqueos y quejidos sonoros, con su rostro lleno de lágrimas, no quería aceptar que su mejor amigo hubiera muerto.

—¡No! ¡NO! ¡TAEHYUN! — unos brazos más delgados lo abrazan con delicadeza, aquel aroma a dulce le inunda la nariz, sabía de quién se trataba, la tía de Taehyun lo mantiene entre sus brazos mientras de derrumbaba en su pecho llorando de una forma incontrolable, los sollozos de la contraria no se comparaban con los del joven.

—Beomgyu.... Beomgyu tranquilízate por favor— lo apachurra contra su cuerpo sintiendo como este temblaba mientras la abrazaba con fuerza sacándole el aire, tratando de alejarlo de la escena, mientras le acariciaba a aquellos cabellos largos oscuros, lo malo había ocurrido, se supone que serían sus mejores vacaciones.

Irían a la feria, un viaje a la playa, subir a la montaña rusa, hacer una pijamada y ver películas de terror hasta el amanecer, comer hasta que ya no pudieran más, tenían tantas cosas que hacer juntos.

¿Cómo quería que se tranquilizara?

No entendía en que falló, no entendía porque Taehyun terminó con su vida, no entendía que había hecho mal, se echaba la culpa, él era el culpable de que Taehyun estuviera muerto, si tan solo hubiera dado un poco más de si para ayudarlo, si tan solo se hubiera puesto en su lugar y tratar de comprenderlo, sin tan solo no lo hubiera dejado solo, Taehyun le había dado demasiadas pistas al respecto, sabía que lo iba a pasar, lo iba a hacer tarde o temprano.

—Lo siento Noona.... Lo siento mucho— pedir perdón no lo iba a regresar a la vida, lamentarse tampoco lo iba a hacer, pero quería creer que si era así tanto que se aferraba a una realidad que no podía ser concluida, sus brazos se mantenían firmes en el torso delgado de aquella mujer.

—No no.... Beomgyu, no te lamentes a Taehyun no le gustará— sabía perfectamente que el más afectado era aquel adolescente así que solo le quedaba darle todo el apoyo y soporte posible.

—No pude cuidarlo.... — sigue llorando de una forma errática que jadeaba a cada segundo, posiblemente tuviera mocos saliendo y se vería del asco, cosa que Taehyun pudiera estar burlándose de él, realmente lo quería escuchar reír de nuevo.

—No era tu responsabilidad hacerlo Beomgyu.... Tampoco es tu culpa que se haya quitado la vida— y era verdad, no supo cómo tratar con la situación de Taehyun, pero apaciguó poco a poco una bomba que con un mal movimiento pudo explotar y así lo hizo.

No solo su amor y cariño fueron suficientes, no solo sus terapias fueron suficientes, ni los Anti depresivos, nada de eso fue suficiente para alejarlo de un mal camino, al final sus demonios fueron las fuertes que él, luchó cada segundo de su vida por seguir vivo, el hecho de que alguien termine con su vida debe de ser valiente al tomar aquella decisión, el recuerdo de Beomgyu siempre estuvo presente en cada momento en su vida, incluso cuando la navaja fue metiéndose más y más profundo en su muñeca, la sonrisa de Beomgyu estaba retratada en su mente, le agradecería después por todo lo que hizo para que se sintiera alejado de toda la maldad que había en su mente y cuerpo, pero Beomgyu no podía cargar con una responsabilidad extra, fue un poco egoísta de su parte, tan solo esperaba que él no estuviera molesto por la decisión que tuvo, solo quería que Beomgyu fuera feliz.

—Si tan solo lo hubiera abrazado una última vez— ya no podía llorar más, sus ojos ardían y le costaba abrirlos, pero como dicen... El hubiera nunca existió, aquella mujer era lo único que Taehyun tenía aparte de Beomgyu, estaba a su cargo y ni eso pudo hacer bien.

—Shhhh .... ¿Está bien si te dejo por unos segundos? Necesito ir a hablar— pasa la manga de su suéter por sus ojos y nariz para quitar el rastro de su dolor, separándose de la mujer, ahora que la veía, también se veía abatida y triste, estaba siendo un poco egoísta de su parte, la vio caminar con un paso tembloroso, era la hora de decirle la verdad a los encargados del asunto.

Se sentó en la entrada de la puerta de la que era hogar de Taehyun, si seguía parado iba a caerse, mirando a su alrededor mucha gente decía cosas y se susurraban entre ellas, desearía que su madre estuviera aquí para poder consolarlo pero sabía que ella no le agradaba mucho aquel chico, abraza sus piernas escondiéndose en ellas soltando un llanto de nuevo, no iba a poder dejar de llorar por un largo tiempo.


Lo siento mucho Tae, no pude ayudarte......




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