Lo primero que pasó cuando llegó a su casa fue recibir un castigo de sus padres, al parecer no fue precavido ante sus acciones, además de que Taehyun y él estaban enfermos por la salida que tuvieron el día anterior, le habían prohibido salir dentro de unos días, pero para su suerte Taehyun estaba visitándolo, ahora los papeles estaban invertidos entre ellos, Beomgyu estaba acostado con un trapo en su frente por la fuerte fiebre que había provocado al salir en lluvia y sin suéter, sintió al instante en el que su amigo entró por aquella puerta de su pequeña habitación, se veía tan adorable con su gran sudadera y su bufanda verde, traía una mochila en forma de chango donde traía las cosas para dibujar, jamás salía de su habitación, se sentía tan ajeno ahora, tomó asiento en un pequeño banquito que tenía por ahí.
—¿Cómo te sientes?— Beomgyu se sienta en su cama tomando el trapo de su frente hablando con su voz enferma, ayer pudo ver uno de los tantos ataques de pánico que le daban a Taehyun y no pudo evitar preocuparse.
—Mal, pero estaré mejor— Comienza a sacar un cuaderno donde tenía aquellos dibujos que a Beomgyu tanto le gustaban, a paso lento se levantó y caminó hacia él extendiéndole su libreta— Espero que guste— Se limita a decir volviendo a su lugar, jugando con las mangas de su sudadera.
Después de que Beomgyu lo dejara en la puerta de su casa bajo la lluvia no podía dejar de pensar en él, entró a su habitación sin importarle que toda su ropa y todo su cuerpo estaban mojados, tomó sus colores y su cuaderno subiendo a su cama comenzando a dibujar, aquel sentimiento de inquietud estaba presente en su mente, su única manera de aliviar era dibujar, se sentía ansioso ya que nunca lo hizo con colores tan llamativos, toda la noche le bastó para dejar por hecho el retrato de Beomgyu tomando su bicicleta roja elevando su mano para despedirlo y llegar a su casa, al rededor se podían ver pequeños monstruos de color negro tratando de asecharlo, pero no podían hacerlo, Beomgyu parecía tener un escudo protector, como una pequeña burbuja que lo mantenía a salvo de todo mal, todo él y lo que dibujó dentro estaban de varias tonalidades en colores correspondientes, lo demás era blanco y negro, la oscuridad quería tomarlo pero siempre Choi Beomgyu ahuyentaba todo lo malo.
—Claro que me gusta....¡Me fascina!... ¡Mucho mas que eso!— Pero lo que Beomgyu no sabía era que esa sería una manera de despedirse de él, Taehyun no estaba dentro de su burbuja protectora, tarde o temprano los monstruos vendrían por Taehyun.
—Beomgyu....— Le llama en un tono bajo y el nombrado lo mira, podía notar como mordía su labio inferior, estaba a punto de llorar, el remordimiento le estaba carcomiendo la cabeza, estaba tratando de decirle que intentó acabar con su vida en cuanto terminó aquel dibujo.
—Taehyun....— Se levanta dejando el dibujo de lado y lo primero que hizo fue abrazarlo, no le importaba si se volvía a enfermar, realmente lo necesitaba, el nombrado se aferro fuerte en la cintura de Beomgyu mientras se dejaba llevar por el sentimiento de culpabilidad, la bufanda le estaba picando en el cuello, justo como la soga que adornó anteriormente.
—No dejes que me sigan.... solo quiero descansar de ellos, los detesto, los odio.... — Su voz se quiebra, su tono pide ayuda, su cuerpo es el campo de guerra y su mente es el núcleo de ello, se sentía roto, ni con el pegamento mas fuerte del mundo podría pegar todas sus piezas.
Recuerda haber puesto el dibujo en la mesita de noche, el cansancio lo apoderó y su mente jugó sucio, parecía estar hipnotizado, caminó descalzo por toda la casa hasta llegar al garaje, pudo notar las sogas estar a su disposición, su mirada perdida y vacía, en ella pasaban las imágenes e cuando su madre le pedía perdón a gritos y lloriqueos, su padre estaba a punto de volver luego de darle una paliza a su madre, su única salvación era huir de todo de una forma permanente, si su madre pudo huir, el también podría hacerlo, lloraba y lloraba de forma desconsolada, recuerda sentir los labios de su madre en su frente luego de ello estaba en la habitación como un adorno, luego de desaparecer por un día entero en busca de ayuda y no obtenerla no tuvo mas remedio que hacerlo por su cuenta.
—¿De que hablas?— Lo aleja un poco para arrodillarse enfrente de él, tomando su rostro para que lo viera, pudo sentir que lo iba a perder en cuestión de segundos, pero no quiso hacer caso, el tacto de Beomgyu le quemaba, así que alejó las manos del contrario quitando su bufanda con cuidado, dejando ver las marcas que la soga hizo en su cuello y Beomgyu no supo que mas hacer.
—Por favor... no digas nada.... — suplicaba sin dejar de llorar, no quería escuchar sus regaños, lo que quería era tener palabras de aliento.
—Taehyun, te prometí que no iba a dejar que te atraparan, pero necesito que pongas de tu parte también, recuerda que si sientes que todo está perdido no dudes es buscarme.... no te dejaré solo nunca más— extiende sus brazos fundirse en un abrazo que duró mas de lo esperado, los sollozos de Taehyun le pesaban, no tenía ni idea de como lo iba a ayudar, pero esperaba que fuera lo mas rápido posible.
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Se quedó viendo la gran casa, no había venido desde aquella vez, dejó su bicicleta tirada en la entrada, no sabía que es lo que había pasado con la tía de Taehyun, la última ves que la vio fue hace unos días y desde ahí no tenía nada de información, estaba enfrente de la puerta, indeciso si tocar o no, se sentía mareado, la puerta se abre y Beomgyu no lo puede creer, estaba Taehyun enfrente de él, su aroma a cítricos le inunda la nariz, ¿Cómo era posible? lo había visto muerto, abrió su boca para decirle algo, pero no salían las palabras adecuadas de ella, parpadeó varias veces, para alejar las lágrimas de sus ojos, la sonrisa del contrario fue lo primero que obtuvo, extendió sus brazos para atraerlo a él, en cuestión de segundos su figura desapareció por completo.
—Taehyun.... — susurra y se da cuenta de que la puerta jamás fue abierta, miró a su alrededor, no estaba, se dio dos golpes en la cabeza con la puerta, sus labios temblaban levemente, se sentía tan patético, Taehyun no iba a volver jamás, dio dos pasos hacía aras tratando de despabilarse, su corazón latió con fuerza cuando la puerta fue abierta dejando ver a la mayor en ella.
—Beomgyu.....— Le sonríe un poco y lo primero que hace el nombrado es abrazarla, siente unos brazos envolverlo contra el torso contrario, acariciando su cabello mientras comenzaba a llorar de nuevo.
—No puedo vivir sin él.... lo extraño mucho, lo quiero de vuelta, lo necesito conmigo— sus piernas tiemblan, había retenido muchas cosas durante estos días, mas que nada por que el cumpleaños de Taehyun estaba a la vuelta de la esquina, todo lo estaba volviendo loco, quería abrazó una vez mas, mirar su sonrisa, tomar su mano, enseñarle cosas nuevas, pero era imposible ahora.
—Lo se muy bien.... lo se mas que nadie...— deja escapar varias lágrimas, ver el estado del adolescente le partía el alma en dos, además de que le hacía recordar su sobrino y lo feliz que se ponía cuando aquel adolescente estaba cerca de él—Se que es muy difícil Gyu... pero creo que es el momento de que sepas porque Taehyun era así.
Toda la historia le daba asco, le daban ganas de vomitar, estaba enojado por lo que le acaba de contar, si hubiera conocido antes a Taehyun lo hubiera ayudado en todo, tan solo era un pequeño niño quien se supone que tendría que estar jugando y divirtiéndose, no vivir una vida llena de violencia, culpabilidad y abusos.
Ahora estaba un poco mas calmado al saber que Beomgyu fue una parte importante cuando Taehyun vivía, lo hizo feliz en su momento.
Vivo en una pesadilla de la cual de vez en cuando me levanto en un sueño... y al final pude tener miles de sueños en donde tu presencia me acompañó hasta el final...
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ᴰᵒᶰ'ᵗ ᴳᵉᵗ ᴴᵘʳᵗ ⁻ ᴮᵉᵒᵐʰʸᵘᶰ ✉
Diversos"Taehyun diles que estás bien......." Dónde Taehyun termina con su vida y Beomgyu no sabe que hacer.