Compañera de juegos // Enzo Fernandez (SSA #2)

Capitulo 14

Enzo

Cómo en un dibujo animado sentí el viento golpear en mi cara cuando Felicia cerró la puerta. Abrí mi boca con asombro y ahora estoy enojado. ¿Quien mierda es este salame? Una cara de tarado tiene.

Dios, cálmate Enzo.

Entre en mi departamento tirando las llaves del auto y de la casa en la mesa ratona, con fuerza, sin cuidado. Mi cara no disimula la bronca que tengo. Me dejó parado en el medio del pasillo como un estúpido. Encima para irse con el ex, no sé que me da más bronca.

Mis pisadas son fuertes, que vengan a quejarse los vecinos, los mando a la mierda. Bufé sacándome la campera tirándola en la cama, la gorra me la saqué también y la tire contra una de las paredes.

Quiero gritar, quiero decirle que esa mina es mía y cagarlo a trompadas. Me exaspera no saber que están haciendo.

Me pasó las manos por el pelo en señal de frustración. Al final suspiro intentando calmarme y me siento en el sillón prendiendo la tele.

...

Le mando un mensaje a Felicia, la llamo, otro mensaje, nada. No me responde.

¿Que estarán haciendo?

Escucho la puerta de su departamento abrirse y me levanto rápido a mirar por la mirilla de mi puerta. Veo como el pibe quiere saludarla y ella corre la cara.

- No me toques y no te quiero ver más acá. -esa es mi chica. ¿Mi chica? Ay Enzo, peor que una mina para ilusionarme eh. Apenas ví que entró al ascensor abrí mi puerta haciéndola saltar en el lugar. La agarre y la metí a mi casa pegándola a la puerta.

- ¿Que tanto estaban haciendo que no me contestabas? -no puedo ocultar mis celos. Felicia es alta mina, no quiero que me saque la oportunidad de estar con ella.

- ¿Celoso Fernández? -Re celoso.

— Mira si me voy a poner celoso, pero te mando y no me contestas, ¿Mira si es una urgencia? —rodo sus ojos y la tome de la cara haciéndola que me mire.— Te dije que dejes de hacerme esos gestos. —hable entre dientes.  Se mordió el labio y es como si por dentro me hubieran prendido fuego. ¿Cómo puede ser posible que me caliente tanto? Mire su boca y la bese. Mordí esos labios que me traen loco, desquiciado. Sentí su respiración pesada en mi cara, sus manos volaron a mi pecho apretando mi camiseta en ellas.

— No escuché el celular. —hablo entre beso y beso.

— ¿Que estabas haciendo que no lo escuchaste? —ahora abrí mis ojos y agarrándome de la cintura la pegue a la puerta nuevamente.— Que yo me enteré que te andas viendo con ese gil. —señale su rostro.

— De hecho nos vimos porque recién vino a casa. —con una risa bromista.

— Deja de cancherearla Felicia. Te voy a cagar a cachetazos. —eso es un beneficio para mí, sin dudas. Verla retorcerse en cada golpe, disfrutando de mis manos.

— ¿Premio o castigo? —repitio la frase que yo le había dicho. ¿Dónde estuvo todo este tiempo? Di un suspiro cansado y la solté yendo hacia el sillón a sentarme.— Da ¿Porque te enojas tarado? —se tiró a mi lado pasando su mano izquierda por encima de mi abdomen en un abrazo, y apoyo su cara en mi pecho.

— No estoy enojado Felicia. —mi mirada al frente, observando una tele apagada.

— Es mi ex, no pasa nada ya con él, vino a joder pero lo saqué cagando. —explico, sentí sus ojos clavándose en mi perfil.

— No me interesa quien sea ese pelotudo. —bue, disimula un poco papito.— Me molesta que me hayas dejado parado como un tarado en el pasillo. —en parte es la verdad.— ¿Tanto querías estar sola con él? —una de cal, una de arena.

Sin responderme paso su pierna por encima mío, sentandose en mi abdomen bajo. Sus manos apoyadas en mi pecho sosteniéndose, ahora sí mire su cara y sonreía.

— Con la única persona que quiero estar sola, es con vos. —mi respiración dejo de seguir su ritmo normal para ir acelerada y pesada, mi corazón fue a la velocidad más rápida que le daba. ¿Ven lo que me hace? Yo jamás me pongo nervioso, nunca. Y desde que la conocí solo soy un tímido de mierda, vergonzoso y nervioso.

Apoye mis manos en su cintura, mostrándole una mini sonrisa. Sé que le gusta, se hace la difícil nomás.

— No sé nota, porque me echaste prácticamente. —bufo y movió sus caderas de atrás hacia adelante frotándose conmigo. Sabe por dónde entrarme, por dónde comprarme. Cerré mis ojos y eche mi cabeza hacia atrás, apoyándola en el respaldo del sillón. Su boca se pegó a mi cuello, pasando por mi nuez, dejando besos húmedos y calientes.

Mordí mi labio queriendo callar mis gemidos. Hasta que sentí su mano delicadamente apoyarse en el lugar donde me estaba dando besos anteriormente, haciendo una presión leve. Abrí mis ojos mirándola fijo.

— No te podés poner celoso cuando el único que me pone así sos vos. —con su otra mano agarro el borde de su calza corriendola hacia un costado, dejando al descubierto su intimidad, me mordí mirando hacia abajo y la mano que usaba en mi cuello la llevo a mi mano dirigiendola ahí. Está tan mojada y caliente. Mis dedos fueron más allá y de adentraron en ella. No me puedo controlar.

Felicia empezó a moverse arriba de mi mano, cómo si me estuviera cogiendo.

Hice que se levanté un poco y baje mi pantalón, dejando que mi pija salte tocando con el glande mi ombligo. Ella se mordió con la frente arrugada, me masajee un poco y la acerque a mi cuerpo otra vez, ahora apoyando mi punta en su entrada.

— Vamos a ver si el Gil ese te garcha como yo. —y mirando a los ojos se fue sentando metiéndose la toda hasta el fondo. Los dos gemimos a la vez.— Estás muy mojada. —baje mis manos hasta su culo abriéndolo, aún con la calza puesta y corrida hacia un costado.

— Así me pones. Desde que te vi. —confeso empezando a saltar encima mío. Si supiera que ella me ponía igual.

Que desde el primer día que la Vi saliendo hacia el ascensor en lo único que puedo pensar es en su culo, en ella y en su culo.