capítulo 40

635 90 1
                                    

Pov. Neteyam

Cuando abrí los ojos sentí el peso de alguien más a mi lado, recargado sobre mi…Por un momento me hice ilusiones, por un momento pensé que era él… Pero cuando recuperé el sentido por completo me di cuenta de la cruda realidad…Él no estaba conmigo… Él no estaba aquí…

La realidad era otra, yo estaba atado de manos y Aonung era quien se encontraba a mi lado…

- ¿Qué mierda?.- gire hacia mi costado intentando liberarme.

El cuerpo de Aonung apenas comenzaba a recobrar la conciencia al igual que yo intento levantarse. Solo consiguió tirar de mí sin lograr nada…

- Deja de moverte.- tire de él obligandolo a sentarse de nuevo en el suelo.

Seguíamos en el mismo lugar de antes, estábamos atados con las manos en la espalda, una soga gruesa nos unía entre nosotros y al tronco grueso que se encontraba detrás. Pésima idea considerando lo fácil que podría ser destrozarla, sin embargo justo ahora con tan poco control sobre nuestra fuerza resultan ser un impedimento apto.

Cuando intente tirar con fuerza de la soga, explosiones y estruendos comenzaron a escucharse a lo lejos…

- ¿Qué sucede ahora?.- Aonung me gritó aún intentando levantarse.

Intentaba visualizar las explosiones, el humo, algo que me diera una señal de donde provenía el sonido, pero las copas de los árboles, altas y frondosas, no permitían ver casi nada del cielo sobre nosotros…

- No tengo idea, estoy aquí al igual que tu idiota. respondí obvio.

Puse de mi parte y de manera tosca me puse de pie, Aonung logro seguirme el paso y sin ningún comentario ambos tiramos hacia adelante nuestro cuerpo intentando destrozar la soga. Aunque mi mente estaba calma podía pensar con más claridad mi cuerpo no respondió con la fuerza necesaria, aun estaba un poco aturdido por la inyección.

- ¿Podrías tirar con más fuerza? .- Aonung se quejo en cuanto chocamos contra el tronco.

- Eso intento, idiota.- bufé molesto.

Tomamos posición de nuevo y con todo el peso tiramos hacia adelante, esta vez la soga si se destrozó. Caí de frente contra el suelo, la barbilla me dolió en cuanto sentí el duro golpe. Me recosté sobre mi espalda y lentamente pasé mis piernas por dentro de mis brazos, pasando así el nudo en mis muñecas frente a mi. Pude ver como Aonung me imitan, ya con un mayor control y cada vez más fuerza de un tirón revente las sogas en mis muñecas.

- Tenemos que salir de aquí.- hable fuerte, las explosiones se escuchaban cada vez más y más lejanas, como si estuviesen aminorando…

Dimos solo unos cuantos pasos hacia el bosque cuando de nuevo escuchamos los disparos, no me detuve a mirar quién era o a que le apuntaba. Corrimos bosque adentro sin pensarlo dos veces.

- El cuchillo.- le grite a Aonung que corría detrás de mí.

- No lo tengo.- respondió con dificultad.

Ya no portaba la funda de mi cuchillo, ni siquiera tenía encima la piel bordada sobre mi cintura… Estábamos desarmados, solos y con armas apuntandonos en la espalda…Corrimos rápido, los disparos pararon pero nosotros avanzamos aún más. Llegamos al borde de la montaña demasiado rápido, desde ahí a la lejos pude ver lo que sucedía…

Caos…

Todo era un completo caos…

La montaña donde el clan vivía estaba siendo atacada, máquinas de la gente del cielo detonaban sus armas contra la montaña pero no contra mi gente. Parecían solo querer obligarlos a salir…

Lo Que Pudo Ser (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora