capítulo 47

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Mis pies están clavados al suelo, estático como una roca obligado a mantener la calma, pero, mi corazón me gritaba que por favor corriera detrás de él... Algo dentro de mi me decía que lo siguiera… Que me mantenga a su lado y todo estaría bien…

No tendremos que separarnos de nuevo, no habrá más despedidas, disfrutaremos el resto de nuestras vidas juntos…

Pero no me atreví a seguirlo…

Decidí a último momento confiar en Neteyam, confiar en que el gran guerrero que es mantendrá a salvo a su hermano, su familia, y entonces triunfante volverá a mí...

Lo que pudieron ser horas pasaron frente a mí como unos cuantos minutos. Sentí como Tsireya tiraba de mi brazo intentando correrme de mi lugar, no reaccioné sino hasta que un helicóptero pequeño se desplomó en el agua a varios metros frente a nosotros. El impacto lanzó litros y litros de agua por el aire y fue justo eso lo que me regresó a la realidad…

La voz de Tsireya se escuchó más alta y sus intentos de moverme dieron frutos… A tropezones corrimos por las hamacas hasta llegar de nuevo a la arena donde casi tropiezo por estar tan distraído mirando si podía ver a mi chico en el agua… Pero nada….

Mientras yo intentaba comprender que había sucedido, por que ese helicóptero se había desplomado tan cerca de la orilla, Tsireya le gritaba a los niños y mujeres Metkayinos que salieran de sus hogares, que estaban en peligro y debían retroceder al centro de la isla.

- ¡Ve al centro junto a los demás! .- Con autoridad Aonung me gritó, pero yo negué freneticamente…

- ¿Neteyam? ¿Lo ves?.- caminé un par de pasos a la orilla ignorando sus intentos de detenerme… Los Metkayinos que salían de sus hogares me gritaban eh intentaban lograr que diera la vuelta, me cuidaban como a uno de ellos… Eso removió algo en mi interior, pero sinceramente no quería irme de alli… Tenía un muy mal presentimiento…

- ¡Iam, no es seguro!.- Grito Aonung mientras con rapidez quito del lomo la montura a su Ilu y repetia esto con un par más…

- ¡Dime si lo ves! .- un poco más fuerte grite en su dirección sin dejar de avanzar. Veía como el Metkayino miraba en mi dirección cada tanto, estaba tenso y muy apurado.

- ¡Regresa, ahora!.- Vi como en un par de pasos entro a una tienda, de esta salio con mi cuerpo humano en brazos, dio un rápido vistazo alrededor confirmando que no quedará nadie y se acercó a mí…

- No ha regresado, no me iré sin él.- en un arrebato intente pasar junto a él en dirección al agua, pero en un movimiento brusco paso mi cuerpo humano por sobre su hombro y me sujetó del brazo con fuerza.

- ¡No voy a dejar que vayas allá, no me importa si me odias después!.

Ni siquiera logré decir algo, en su rostro se notaba la decisión con la que hablaba. No me dejaría ir. No por las buenas. Me debatí durante unos segundos por el que hacer, no soy un guerrero, no sé luchar ni sobrevivir. Seguramente al primer golpe me regresen al fondo de la caleta pero, no pienso seguir aquí mientras Neteyam esta no se donde haciendo quien sabe que…

- Si tocas algo que no debas, te daré una golpiza.-  Dije en referencia a mi cuerpo humano cosa que lo cogió por sorpresa y me dio el tiempo suficiente para poder zafarse de su agarre y salir corriendo en dirección contraria a los demás…

Escuché el grito de Aonung y sentí como intento tirar de mis brazos una vez más, no pudo hacer mucho con una sola mano… Tome distancia entre nosotros dos, corrí junto a las carpas humeantes que ardían en llamas con fiereza… Me dolió ver todo eso pero aun así no me detuve hasta llegar a una de las rocas más altas del lugar…

Lo Que Pudo Ser (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora