Capítulo 3

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Sigo aquí desde hace varias horas. Tengo frio y hambre. No eh tenido noticias sobre mi madre. Me quede dormida como unos 15 minutos. Espero que mi mama este bien. Odiare a ese bastardo que tengo como padre. Si algún día me lo encuentro lo ahorcare hasta que arrancarle la cabeza y comer sus...

-Marie Demarth- dice un enfermero.

Me acerco a él y lo miro.

-Yo soy su hija. Eider Demarth- trato de sonar lo más calmada posible.

-Bueno temo informarle...Que no la pudimos salvar. Perdió demasiada sangre y por más que intentamos no se recuperaba. Lo siento.

Esto no puede estar pasando...

-¡Como que no la pudieron salvar!- le grito al enfermero-. Esto no es verdad...Esto es un sueño.

-Esto no es un sueño nena- esa no fue la vos del enfermero.

Esa maldita voz otra vez. ¿Quién es ese?

-Lo siento. ¿Tiene a otro familiar a quien informarle?- me dice el enfermero.

-No. Solo a mi padre. Pero él fue quien le disparo- ¿Lagrimas? ¿Por qué no estoy llorando? Me acaban de decir que mi mama ha muerto y ¿no eh llorado aun? Esto es raro.

-En ese caso debe mostrar una denuncia-dice revisando unos papeles que tiene en la mano-. Y una sola cosa más. ¿Qué edad tiene usted?- ¿Para qué lo quiere saber?

-16... - digo a regañadientes-. Espere... No estará pensando mandarme a un orfanato.

-Hasta ahora. Es la única opción...- dice encogiendo los hombros-. Pero...

-Pero... ¿Qué?

-Mire. Sé cómo es vivir en un orfanato y no es muy lindo que digamos. Si quiere puede quedarse conmigo- ¿Qué carajo?-. No me mal interprete, yo tengo esposa. Siempre hemos querido tener hijos pero ella no puede quedar embarazada. Ella aceptara que se quede con nosotros.

-¿Está diciendo que me adoptara?

-Es su decisión.

-Lo tengo que pensar. Muchas gracias. Pero tengo que ir a casa.

-Si decide. Puede encontrarme aquí todos los días.

-Gracias.

El enfermero se va. Camino por los pasillos con la cabeza agachada. No puedo creer que mi madre haya muerto. Y todo por culpa del estúpido bastardo que tengo como padre. Como pudo pasar esto. ¡En el día de mi cumpleaños! El peor regalo que le pueden dar a una chica, sin duda. Paso por recepción y sigo mirando el suelo. Algo choca contra mí. Más bien alguien.

-Ten cuidado idiota- le digo a la persona.

Volteo para mirar con quien golpee y veo a un chico más o menos de mi edad de cabellos rubios y ojos azules. *Hola, guapo.* Maldita subconsciente. Él también me mira y su expresión cambia. Como si hubiera encontrado algo que había estado buscando por mucho tiempo. Sospecho por un segundo que ese algo soy yo, pero descarto la idea de inmediato. Después de todo, ¿Cómo podría estar buscándome si nunca lo he visto?

-Lo siento- se limita a decir.

Sigo mi camino hacia la puerta de salida y salgo del hospital. Supongo que tengo que ir a casa ahora. Por un momento pienso la posibilidad de que mi padre este ahí, esperándome. Todo puede pasar, incluso que yo cobre venganza de mamá.

Me coloco la capucha de la sudadera. Dejando oculto mi rostro. Si voy a llorar, quiero que nadie me vea. Cojo el camino hacia casa. *¿Enserio caminaras tanto? ¿No aguantas ni dos cuadras?* Dejo de lado los insultos de mi subconsciente y sigo caminando. Mi casa no queda tan lejos. Tres cuartos de hora a pie como máximo.

[...]

Después de media hora de caminar visualizo a lo lejos mi casa. Estoy cansada y sudorosa. ¡Puag! Camino lo más rápido que puedo y llego a la puerta. La intento abrir y por suerte no está con llave. Entro despacio y checando que no esté mi padre por ningún lado. Voy a la cocina y busco un cuchillo, encuentro uno grande y afilado. Lo tomo y lo meto en el bolsillo de mi pantalón. Voy a las escaleras y enfrente de ellas encuentro el charco de sangre que dejo mi madre. Verlo me causa nostalgia. Lo salto con cuidado de no pisarlo, siento como si pisara a ella si piso el charco.  Subo tan despacio las escaleras con pisada de gato. Llego frente a la puerta del cuarto de mis padres. Saco el cuchillo y me recargo en la pared junto a la puerta del lado del picaporte, acerco mi mano, acaricio suavemente el picaporte y lo abro lentamente para después abrir bruscamente la puerta con una patada. Esta obscuro no alcanzo a ver nada, empuño el cuchillo fuertemente en mi  mano y la otra la deslizo por la pared hasta encontrar el interruptor de la luz lo enciendo y apunto el cuchillo a mi hacia la cama. Donde no hay nadie.

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Me gustaría que alguien me diera su opinión de como va la novela.

Espero que les guste.


Angell¬w¬

"Mi supuesto salvador" /Ben Drowned/ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora